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CULTIVA LA CAUTELA
Si el ensueño venturoso devanea. Y el corazón gime de amargura. Por desprender al cielo una estrella. Que nada dice de la noche. No escribas con su eco. No arranques la soledad nacida. No pierdas sus dulces nieves. Mucho verano mata el invierno. Si al fondo obscuro lo confunde. Que la espina espigue sus espumas.
Si la turbada vista alcanza. Dales vivo ejemplo y viejos nombres. Más sublimes prodigiosos y frugales. Con la férvida corriente en remolinos. Entra ardiente en la sonrisa. La magnánima natura fúlgido lucero. La pureza de la aurora derramando. Hoy solícita con dulces dones. Si el amor está en la sacra esfera. Con los brazos de la mañana calma.
Si el noble rostro asoma. Hoy que miedo causa el pasado. Al verle escaleras al tropel silencio. Y el severo semblante muda. Cuídate muerte afable absorto. El torrente asorda cualquier iris. Y la inspiración agita la mano impía. De abandonos y abusos que crecen. Si el ancla la nave desdeña. Y agreste teje su destino. La cautela cultiva.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PSEUDONAUTA DEL PORVENIR (Neosurrealista)
En los hombros del futuro, besaba el pretérito, la muerte venciendo, en la memoria esquiva.
Encontrando un excelente ejemplo de continuidad, a despecho de las modificaciones consideradas como rastros del olvido inveterado, lanzando una moneda que se arrodilla a través del agujero del momento, que tiene una vida semejante a la del lápiz, al terminar en la perla llevada a modo de amuleto, a fin de que las aguas no pierdan su humedad, a causa del fabuloso ritmo en el acto de la realidad viviente, de los fracasos dulces, y programados por el amor telúrico, de los vertebrados terrestres, en el afán de beber las nubes hablando.
Por la costumbre, del vidrio qué se renueva, jugoso frente a la mesa, que de nada sirve al mar. ¡De ausencias construido!
Con la eficiencia del plomo regenerado, y la milagrosa difusión de mentiras infinitas, de la repetición redentora, de la matriz donde se sepulta, a los muertos junto a los vivos, por la inagotable creación subterránea, del plástico fértil que se unta de arcilla, y de jugos vegetales, en las pupilas de una poderosa actualidad, encerrada en los frascos de los sillones frescos, y las corbatas del gran estanque gris, y putrefacto, vestido de pureza, y honestidad barata. Por éste y muchos otros éxitos, que prometen aportar datos infinitos, sobre el Triásico medio y tardío, al que viajan sobornando.
Con las ausencias provocadas, con la voz de pies descalzos, la consciencia ni a intento llega. ¡Al mañana volando!.
Con el tiempo estos viajes, y otros textos se multiplican, forzados por el olvido definitivo, en la soberanía que brinda la inmortalidad gratuitamente. por el cálculo de los valores de una proporción, y repartiendo la inversión de las razones, y permutando los medios que evitan que las cuerdas resulten demasiado cortas, tanto en la aritmética como en la gramática, después de la boda embobada de las ecuaciones, con postulados o axiomas flexibles a voluntad, porque se toman dos semirrectas distintas, con un mismo origen, en los criterios de semejanza de los triángulos celosos, de la siesta de la bisectriz en fiesta, por el huso esférico en la intersección de un alfiler apasionado. ¡Por la geometría del indivisible porvenir!.
Del espejo sonoro, sembrado en la nube, seco el reflejo, sale despavorido y callado. ¡Por viajar a la incertidumbre seguro!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Humanizados cielos
Lo que humana .el alma .. no cabe fuera del cuerpo ... en grandes muertes ....de vidrio.
Entre sonidos gastados, .palabras, profundas y ligeras, ..de máscaras austeras, ...los túneles retuercen.
Se nos van, sin serlo...
Porqués escondidos, porqués del tiempo, donde nadie está, ...presente, ... en lo más, del menos grande.
------Un elefante, un viaje viejo.
----Bajo un sabor, sin ejemplo.
Con algodones y tortugas vuela, cada luna sobre mares. Dulces reflejos blancos. Muy aplastado, ....duerme, y arriba las estrellas, brillan opacas, ......en las voces, ........insomnes de borrachos enmudecidos, en el puerto, .....parque pulcro, junto a la rueda inmóvil. El cielo ha humanizado su muerte.
Dejando atrás.¡Cualquier verde!.
Águilas y... Ágiles gusanos, comprando solo minutos de las orillas, evaporadas más, sin alas, ni plumas.
Envían señal...adas...ausencias, por las calles heladas.
Nada se ha consumado, por el todo consumido.
Todo el siglo, en cada minuto de pestañas.
En la oscuridad, lúcidos, cuentan solo soledades, ácidas y agrias, calladas y jadeantes, por la nublada noche.
En la flor, seca de pétalos murmullos, de la vida, ecos perdidos.
Ardientes y espinados, y como las ranas, ramas llaman. Solitarias, las raíces de las piedras.
Creciendo, y de caricias careciendo.
Ante la libertad del frío candado, amante de cálidas cadenas, dulcemente desarmado.
Y no cualquier mañana, la tarde nos olvida, llora nubes que ven, y no cualquier mañana, la tarde, olvidamos, también, llorando nubes.
Por el cielo deshumanizado, que dejó de ser. El mismo que antes era.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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