LENTEJUELO VELOZ
Ya viene del suelo, la memoria sepultada en el olvido de la esperanza ingenua fiebre de nuez prurito de arroyo con alas de armario espejos de abismo... Con el alivio efectivo, de la farmacocinética predecible, en cuatro meta-análisis independientes del plomo dulce, como un tratamiento alternativo del suspiro convincente, que se niega a que le suban la dosis, del plumaje de cisne, con la rítmica espiral de ave de presa, de testa moribunda, que surge en la tempestad de verdades inmoladas, en la lírica mandíbula, donde palpitan los ánimos risueños, y a lo lejos muchos enhebran las culebras incombustas, en varios lustros opacos, bajo el ciprés y del acanto estremecido, por la suerte infiel del consuelo que da risa, flaca, paupérrima, al macilento sauce, que murmura al viento de seda tribunicia.Con la premura pelma premiosa en las esquinas del crepúsculo arquitecto de las últimas cavernas en racimos repletos de amenazas del susurro con ganchos del saludo con agujas del dedo con dados cargados por la furiosa cortina saliendo de la noche, naranja, novia nublada novata. Por supuesto, a la hora de la comida indispensable del silbato, con la ayuda desinteresada de los minerales y las hierbas secas, educadas por el collar de perlas para fumar en el salón de lectura, que no arriesgan la garganta de las vacas, en el clima tropical de la malaria, de mayor éxito en la calle, con el diseño de los menús bilingües del placer más ancho, original y exclusivo, en la mesa del silencio en turno. En la protesta decapitada del recurso, del sabor de temporada, fusiones de camarón con salmón, cacahuates, cocos tímidos y pistaches inquietos, bañados con el apio cálido. Cosas solo de cocina en bolsas de plástico, para los momentos más especiales, del arte culinario con hojitas de parra, pierna y bebida. Y mañana siguen igual asesinando al aire junto al mar indiferente temeroso de las bolsas encarceladas en la tarde de insectos indefensos paludismos riendo a las ballenas hasta morirse los hilos desangrados de fe de metal y billete fanático con vestido nuevo cíclope minúsculo gris de escalera envenenada, y un buen saldo, de sonrisas baratas. ¡Más allá del viejo cristal!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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