|
En verdad fantástica
Donde dueños señuelos sueñan niños, lunares a la luna colocando lupas, diversas zonas luces peregrinas, ignorando del eclipse la corona.
Que no baila obscurecido, y desconoce, de las nubes el sublime canto, y los sentimientos del violín inmortal, y caminar con la muerte y el dolor, y con lo que no esperamos y apenas sabemos.
Vivo porque no vivir espero después, de muerto el cansado aliento, que por una noche muy noche, tal vez no sea obscuridad eterna, ni la luz perdida heridas demande, perdones al polvo que no duele.
No, no... ¡Que no duele, que no duele!. Dicen mil bucles al peñasco que se precipita, como el pájaro armonioso de la brisa fría, que ni desea modificarse en cruda sangre. ¡Apetito apetitoso hambre hambruna!. Y que del hablar llueva lluvia. Y que del soñar camine caminos.
Camiones caninas canciones canicas. Y en los vinos pinos piñas y piñatas, tan ciertas en voz alta, como bajo, el oído que escucha solo al silencio, solo en la seda, y no se vende gritando, como vendaje salvaje, a la ceguera, siendo ciénaga luciérnaga undívaga, la dulce fantasía, sueño salado...
¡El mar cuando no vuela!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Tristeza Doméstica __Tristan Tzara (Rumania). 1896-1963.
Importante intelectual fundador junto a otros poetas y escritores, del movimiento ¨Dadaísta¨. Influyó de manera notable en Alemania y Francia. Esta es una versión de Darie Novácenau.
Tristeza doméstica
I En la semilla de la azucena te enterré serenamente nos hemos amado en campanarios arruinados los años se destraman como los encajes viejos.
Te estoy buscando en todas partes Señor pero tú sabes que es poca cosa te enterré en un mes de noviembre cuando pasaban las alumnas para almorzar pero no sabían que estabas en el carruaje porque habrían llorado.
Como se vienen abajo los diques vencidos dejando caer el dolor en los padres de papel, tu carne vieja ¿cómo tiene que ser? -amarilla y triste y te amé dentro del violín de los buenos modales.
El otoño extendió sobre el país la llaga se desabotonó lentamente los pechos y se abrirá más el vestido como el violín del barco destrozado por los dueños abrirá en el cuerpo de sangre la carne que me está llamando.
Nos hemos paseado tantas veces por el malecón bajo el viento que trae barcos pintados de cal y clava en la ceniza de los pulmones el gancho pero el malecón es un sendero del caracol que habita en el corazón del Señor.
Mis pensamientos se van --como ovejas al pasto- sin fin Lloran en la flauta por las llanuras tristes fragmentos de biografía Me ahogo en la desesperanza de los fenómenos sísmicos y por las calles huye el viento cual perro apedreado
II Los astrólogos tienen encuentros secretos dentro de un cuarto del emperador como panal de miel donde construyen sucesos anticipados al futuro para convertir el amor en dolor.
III El caballo engulle la serpiente de la noche el jardín se puso medallas de emperador estrellado traje de novia -deja que te mate en los infinitos, durante la noche, la carne fiel
la loca de la aldea incuba hazmerreíres para el palacio.
|
Poeta
|
|
Anhelos indestructibles
An Helos Sin Velos. ¡Taxativamente prudentes!.
Como es el cuando, dices: Cuando_____¿¡!? Nada se pierde, al encontrarlo dulce, miel en las profundas cañas de las abejas.
Decoradas y sin tinieblas, de la noche, que almendra solo lunas.
Donde más allá, las arpas dejaron los violines, que enmudecen, sinfónicos tambores, entre temblores y platillos, ensaladas agridulces, más acá de cualquier donde.
Y el eco del perfume, del jardín, no responde mariposeando, ningún oloroso desierto, pegando al pecho nombres, desconocidas melodías, de carne asada, del corrugado techo, de vocales derramando sílabas.
Signos del sino, a los hilos empaquetados, más eléctricas cascadas que broncos gritos.
De cien paredes, fiebre azafranada, cantando muebles, revoluciones, cazadores, campesinos de los astros, del traje de los otoños, enrollados menosprecios, libres, del párpado follaje húmedo relámpago de chispas.
¡Ay!. Volcanes de granizo hechizo, intactos refugios que duermen, que despiertan. Cuando la tormenta teje agujas espumosas, y derriba en ciernes copos y cuadrados, en las negras alas, del carbón soñado.
La diamantina tímida, avecilla del rocío, remoto. Semilla de substancia tempestuosa!. Hilo que oculta sencillas corolas en cada sábana, tundra, estepa, sin sus dueños, la pesadilla que tiembla y calla.
¿Qué velan las velas, armarios de cera, en las flamas ingenuas de los gorjeos, en las manos de bicicletas y cereales?.
Ante la frenética púrpura del suelo, y en la voz airada de la brisa, con el lodo respirando las rodillas, con las emanaciones del crepúsculo capullo, ante la congregación de los suspiros, donde nada pasa...
Del trueno, núbil rayo ventanal, que retumba la desnuda transparencia, en los pocos valles, abajo de montañas aplanadas. ¡Qué cambio, tan climático paraliza la consciencia, y en qué contraste se extingue la razón humana!.
Ayer cordura, artífice honorable del cabello, que llenaba el mundo de contrastes inigualables, sin menguar, intoxicando la inteligencia, sin atiborrar, atomizando con el miedo.
Meridiano monograma, auténticamente, humano.
Por la noble inspiración, del respeto sublime, del recato manifiesto, de raigambre veraz, del sobrio y moderado latir sin curvatura de la humanidad anheloszszsz.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Cristal de dolores
Plasma y plasma. Sangre, suero, dulces. Rojas riberas afiladas. Lanzas, cuchillos, montañas. Fervor sin dueño. Humo de hielo en un hilo de viento. *Al último* Desfilan delfines uvas. Martillos, tuercas, duraznos y mantequilla. Clásicos. Caballos de piedras y algodón. Disfrutes finales.
Pantalla plana. En el mar de un sueño de escorpión. Miel de abeja y durazno. Ángel. En su almíbar de sombreros. De horizonte paralelo. Parados en la esquina. Envueltos. En papel plateado. Con un gato de hojalata. ¡Narración, eclipse, amanecer!.
Participa pleno. Por la alfombra estilo proyecto. Cuando el esqueleto se ha ido. La historia. Con los instantes de oro. Concursa. Con la nueva muerte ruda. Texto de lugares, de canguro y elefantes. ¡Ausentes!. ¡Imagen de lúgubres vacíos!. Frascos y piñas.
Pobre polvo. Bicicletas y acordeones. Supuestos crepúsculos y comienzo. Un actor, suerte, sorpresa. Soledad verde. ¡Solo envejece el tiempo!. La cara de un reloj. ¡Un febril.Sin embargo. Bajo la cama.
Página pacífica!. Digital camino. Limón y cepillos. ¡Perpetuos olvidos!. Libros del agua. Regresos finales. ¿Espacios?. Espesos recuerdos. ¡Espacio del espejo!. ¡Solo dolores del cristal!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|