Milagrosa bala
La Corderilla En Jugoso Plomo En La Cordillera Del rugoso Espadrapo Lanudo ¡Entre bala y bala un pastor!. Hace Fotográfico Al Dolor ¡La bala que bala, milagrosa!.
Como Cualquier bendición aligera el paso del puente, de los escarabajos, considerados sin fatalidad, heniduras semimuertas, del rincón sin alumbrarse, al aspirar la indignidad del suicidio inesperado.
Como Entre la curiosidad nupcial de nubes, bajo las paredes blancas, del tubo en llamas, del pecho en la mesa de creolina, el techo, en la superficie lunar ambicionada.
Bala. Con la furiosa soga al cuello. Milagrosa. En todas las direcciones del silencio.
Bala milagrosa En la plaza inarticulada de los gatos.
¡Balamil agrosa pelagrosa rosa!. Vitamínica. Con los cándidos candados.
Proteínica. Con los dóciles verdugos.
Luteínica Con los pacíficos espectros.
¡Bala qué bala, mil agros agrestes, lanares!. Del Solo Gulusmear Pringado El Alma. ¡Milagrosa la pelagrosa rosa dermatológica!. Como Cualquier maldición aligera, la caída del cielo, de los pecados, delirantes de las víctimas luces al respirar las montañas acribilladas encarnadas en la sucesión inmaterial del escritorio desmán.
Como En la sacrosanta matanza de las culpas del ultraje. ¡Dónde la jaula habla de las promesas encamadas!. Al canario que pregunta del sapo desusado féretro. Con las uñas incrustadas del alpiste impertinente.
Milagrosa En Las huelgas de las arañas Bala Corderilla Bala, milagrosa y borregil En Las mañas de los mañanas. Bala En los sauces Bala En los gorriones. Bala En los buitres. ¡La vida cuando renace y se apaga igual!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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