“Aunque nos demos de topes.”
Con la lengua no está quieto, López exige respeto a su “alta investidura”, Dios bendito no madura.
“El que se lleva se aguanta” reza cita sacrosanta, pues, Andrés no la conoce, más bien no la reconoce.
Casi, casi, dieciocho años entre insultos y regaños, mil descalificaciones, injurias, denigraciones.
A Fox, Calderón, a Peña, se los trajo de la greña, peleles, les espetó, de hipócritas no los bajó.
Títeres, muchas afrentas, de sus burlas perdí cuentas, fue famosa su alharaca: “¡ya, cállate chachalaca!”.
Veneno de su venero se inventó el “despeñadero”; contra el mundo, contra todos, le encanta poner apodos.
Que, “la mafia del poder”, siempre su afán de joder, “pirrurris”, “Ricky Riquín Canallín”, dijo, hablantín.
“Conservadores”, “fifis”, es grotesco sin barniz el “Comandante Borolas”, no nos hagamos más bolas.
Amlo vive en las ofensas, en las cuestiones más tensas, esto no lo ha superado nunca se queda callado.
De cortesías, él, no sabe, la prudencia no le cabe, me falta tinta y memoria para esta versada historia.
Basta verlo en las mañanas como esgrime las guadañas, cuando se sube en el podio saca su discurso de odio.
Consideración se gana no con encono y cizaña sino con juicio certero, el peje es un pendenciero.
Ya trae pleito con Alfaro, pero, cae en el descaro de hacerse víctima, al punto, viste de mártir presunto.
López es muy chapucero, se pone piel de cordero pero es el lobo feroz, es falso, embustero atroz.
Anda en búsqueda, sin tiento, de sus molinos de viento, a sus adversarios veja, lo atacan, llora, . . . se queja.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 17 de junio del 2020 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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