INCÓGNITA IGNOTA ES...
Porque esa estrella se recuesta bajo,
el desierto arroyo del viento triste.
Y las olas hilan solo a sus espumas,
en la arena atrapada en la burbuja.
Por aquel viento que curiosea la vida,
en el retrato de las olas saladas.
Con el hambre del sueño cubriendo,
la inquietud de las paredes que muerden.
Porque al oído solo se asoman,
los collares del bosque serenos.
Y escriben con aire los reflejos,
esmeraldas los ojos del tiempo.
En la mirada del silencio,
con la ferocidad dulce y suave.
Escondiendo un grito bajo el cabello,
por la sinfonía de olores brillantes.
Y la gran roca se cuelga de los minutos,
decorando unas alfombras inquietas.
Bebiéndose la luz en ebullición,
con el ácido suspiro del camino azul.
¡Tan gris como los mejores verdes,
han visto el misterio del diamante!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez