Que no se pierda un idioma porque la ignorancia asoma, que no se extinga una lengua porque la cultura mengua.
Idioma es inteligencia lo que hace la diferencia, comunicación humana que en las regiones hermana.
Lenguaje igual a intelecto propio del ser más correcto producto de su cerebro la idiosincrasia de un pueblo.
El habla es el fundamento, comprensión y entendimiento de una raza . . . su conciencia, distinción y pertenencia.
Lingüístico es el problema que se aborda en el poema, ¡globalización avanza como fiera cruel a ultranza!
Extinguiendo tradiciones de la gente sus pasiones acabando con la historia de las naciones su gloria.
¡Un no a la modernidad!, a aquella que sin piedad se cierne sobre el pasado que, en el bien, se ha cimentado.
Si se abandona un idioma el daño se vuelve axioma si hay olvido de una lengua oscurantismo sin tregua.
Triste adiós a las raíces en el alma cicatrices, despido a la identidad ¡por Dios, qué barbaridad!
¿Qué decir de los dialectos de los viejos predilectos? su desuso cruel presagio: “de la costumbre naufragio”.
Hay que preservar lo nuestro como dijera el maestro y enseñarle a juventudes de un idioma . . . las virtudes.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda México, D. F., a 19 de julio del 2013 Dedicado a mis ahijados, Licenciados en Educación Intercultural Bilingüe (Purépecha-Español*Español-Purépecha), CC. Dulce de la Cruz Séptimo y Andrés López Juan. Reg. SEP Indautor No. 03-2013-111212464200-14
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Poeta
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