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Yo ya estoy cansado de tus malos tratos tan solo me buscas si te da la gana, conmigo te sientes altiva y ufana por capricho, a veces, “me quieres” a ratos.
Contigo tan solo momentos ingratos, busco contentarte la intención es vana mi corazón sangra rojo se desgrana, hoy por la mañana rompí tus retratos.
Espero comprendas mujer lo que siento, estoy muy cansado de tanto rogarte sufro tus desdenes cuánto sentimiento.
Más valdría con alma tratar de dejarte, pero, me detengo de arrepentimiento mi amor tan tortuoso prefiere aguantarte.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 13 de febrero del 2021 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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Cuando me querías, yo llegaba sereno y desde lejos, me sonreían tú y tu casa.
Llegaba al atardecer: Rescoldos por la calle, mi cigarro y el sol entre las cañas.
Comenzaba noviembre y el amor me henchía las venas con turbulencia de parra.
Entonces, a pasional labor y férvida cadencia, vendimiaste, racimo y zumo, mis ansias.
Divisé, cuando me dejaste, guarecida tu sonrisa desde lejos. Tu casa: ¡como tapiada!
Entonces libré mi otoño y el tedio de tu amor desfallecido, ¡barrí envuelto en hojarasca!
Y me fui como no vine: Rescoldos por la pena, mi fracaso y el sol entre nostalgias.
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Poeta
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Harto ya de declararte sentimientos que poco atiende tu engreído corazón, he decidido disfrutar el mientras tanto de tu indecisa simpatía a mi favor.
Y con tu quiero y no quiero tornadizo, (interpretado, fragante y bien doblado en el bolsillo interior de mi quimera) sigo tu maña con mi fe de por si acaso.
Y saboreo tus te amo para siempre o dulcifico tus ya no te quiero ver con entereza de caniche enamorado que sobrelleva por cariño tu desdén.
Pero si triste recupero mi hasta cuando de tu no sé muy bien qué voy a hacer, considerando la crudeza de tu nunca, hallo sensata la razón del para qué.
Allí libero el yo renuncio contenido, mas lo sujeta el puede ser de tu mirada y me le prende ese brillito de algún día que a mi delirio pone pitos y matracas.
Y si aguafiestas mi dilema conjetura, el si contigo no estaré perdiendo tiempo, en su embeleso mi pasión dócil ostenta su ciego sino del no tiene más arreglo.
¿Qué ganaría con mi tiempo desolado, (a replicarle a mi recelo estoy dispuesto) sin tu sonrisa, tus desaires y tus mimos y sin mi brío del no importa yo te quiero?
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Poeta
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Custodiado de luna cual celosa guardiana, detrás del enrejado sombrío de los álamos, dormita el mal camino su sueño presidiario. Cincel tenaz de viento, cauteloso socava, su esencia polvorienta pugnando liberarla, pero el camino rumia, vencido, su calvario.
Como las tantas noches vacías de mi vida, por él transita mustio mi corazón insomne; también acongojado padece esos barrotes. Y al no ver en regreso tu presencia querida, maldigo de ti, amada, tu quebrantada cita y cual recluso, tacho mi beso de tu nombre.
¿Qué cerrojo sujeta nuestro libre albedrío? Los dos estamos presos, camino compañero: Ni el día te libera ni yo en su luz la espero. ¡Injusta es la condena! ¿Desorden emotivo? ¿Acaso nos acusan de amar lo inmerecido? De ser esa la causa, ¡el mundo estaría preso!
Eres “malo”, camino, por tu empeño sinuoso. Yo soy “malo”, camino, por huérfano bizarro: Ni culpa tienes tú, por inclementes creado, ni culpable soy yo, sobra de un dúo gozoso. No lloremos, camino, o te herirían barroso. Si lloramos, camino, desharíanme blando.
¡Mas te juro mi amigo que talaré los álamos, someteré a la luna y al sol dejaré ciego! ¿Acaso lo sombrío no se supone nuestro?... Y fraguada esa noche de cómplice prestigio, cubriéndonos el rastro como a dos fugitivos, me llevarás, camino, sin barreras ni anhelos.
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Poeta
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