¡ Oh, esféricos que enalteces !
¡ No son tan titánicos los tuyos que cargas !
Y ahora (con eso aclarado) naveguemos
hacia la mesopotamia de las letras.
Olvidemos tus últimas de estadio futbolístico.
Puede el águila faenar corderos,
sobarcando hacia su nido el hueso malhadado.
Puede el ocelote otearse en jaguares
frente al espejo convexo
de la adulación inmerecida.
¡ Oh, somorgujo del pincel de plumas imaginario !
Si supieras de la estela de ojos carihartos
detrás de tu tinta que esponjas sólo atilda.
El hielo del cardo en tus venas te ha derrotado,
mergánsar de la arrogante deferencia,
desbocando a toda brida las fieras
escondidas bajo tu cuero mustio.
¡ Oh, metálica lluvia de sapos entristecidos !
¡ Oh, numismática de bronces desteñidos !
No salpreses lisonjero el verso ajeno
que no quieres realmente.
[img align=center width=440]http://staticmd.lavozdelinterior.com.ar/sites/default/files/nota_periodistica/argentino-penarol_0.jpg[/img]