D.E.S.C.A.R.A.D.O.S.
Allá donde el mármol arde ajeno,
el alma perece ponzoñosa célebre,
tendido el cuerpo en la carne dura,
del rostro miserable cautiverio.
___ Acaso.
¿Desayuna la noche el sol a oscuras,
las hojas del otoño los pies clavando,
espinas durmiendo en labrado estaño,
con la mesa derribada en primavera?.
___ Será el ocaso.
¡Quién sangriento el suelo cuelga al cielo,
feroz tirano con velos rojos!.
¡Porque al aire resplandece envenenando,
el agua profanada por sus errores!.
___ Acosado.
Desciende aletargado por la niebla,
el lánguido pincel por los tormentos,
de los pálidos colores en desventura,
aguardando al confidente tierno lienzo.
___ Acusados.
Por el ramo de ceniza que transpiran,
el perpetuo suplicio al que enmudecen,
los confines de las aguas del olvido,
en las caras hechas lágrimas a mares.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez