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EROS LLORA Cuando el hombre sufre y sufre solo, sin quererlo. Y sin buscar la luz del compañero, lejos muy lejos. El amor se perdió, se aleja con cada muerte injusta.
Suspiro ahogado entre los presentes amargos. Cuando con palabras, millones de palabras nace sordo. El futuro de sangre y bolsillo, ambición cruel y caverna.
Nadie sabe…Y no quiere aceptar su culpa el horrendo. Desamor y desamparo de su hermano, de piel y patria. El dios cansado muere día con día, con tumbas que no. No solo ocultan el abuso, la injusticia y la dureza.
También se muere el hombre, la alegría, el honor. Simples cosas, pero las más valiosas. Son los pétalos, los instantes, el ser de cada humano. El desamparo que se extiende impune ahora.
Y llora, llora sangrando pinos y pieles, inocencias. Madres, padres, pobres jóvenes degollados del después Grupos, conjuntos, los vacíos agujeros negros… Ya no solo son del cielo, han bajado, ¡Han bajado!.
El Olimpo nos rodea, desolado, desalmado. Y así siempre será, un reloj vacío, inmóvil, dirigente. Solemne vientre de serpiente, del dolor y la tristeza. Algún día, en alguna parte, la ley de los efectos.
Los efectos cubrirán los firmamentos. Cupidos, Eros y Afroditas. Venus, vírgenes y ángeles. Anidarán el centro de Cronos y verás sus entrañas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Oda al pobre pueblo
En lo anónimo Sufre Estambres solitario El pueblo En lágrimas, engañado. Al empuje Del océano De lo anímico Sumergido A la puesta del sol. ¡Qué teje conchas! Al dolor inanimado En las arenas ¡Donde los impulsos justos varan!.
En lo profundo del soportar Todo Opaca la consciencia Los candados en el alma. El dolor, la impotencia, el desamparo. ¡Melodía sin letra!. Solo tinta roja de rodillas Inclinado en el silencio Herido El techo del hogar Por el ayer. ¡Por el ahora, por el ahora!. Y también por los mañanas, de mañana.
Lenguaje de nubes y cavernas. Lenguaje... ¡Silencio! Silencio de hiel y piel. Lenguaje qué habla por las noches. ¡Sangre, muerte y desconcierto!. Por las ausencias. ¡Qué acompañan las nieblas!. El camino de hielo. Los nombres... ¡Con su muerte a cuestas!. Las cenizas. ¡Que seremos todos!. Alguna vez.
Alguna vez aire divino. Alguna vez en la tierra. Y ahora... ¡Oh, ahora!. Ya no vivos. Recuerdos, tal vez. Olvidados mañana. El pueblo inmóvil. Eco ciego adelantado. ¡No duerme, muere poco a poco!. Con la máscara. De la noche seca flaca.
Flaca muerte su memoria. ¡Flama errante!. En el río, en lágrimas. ¡Ahogado!. El lenguaje de la vida.
Porqué... El lenguaje de las lágrimas. ¡Es el primero que se habla!. Por lo anónimo y unánime. Del Pobre, pueblo... Del pueblo. Del Hombre... ¡Que todo es pueblo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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POR EL ECO TRANSPARENTE
Eco de vieja juventud Ascenso y bajada Barro y aliento Dioses del hombre Hombres sin cielo Música del desamparo Música del silencio Es la juventud...Es la juventud Eco de pobre cielo Pobre cada vez más pobre De vida libre muerta Muerta a puños y a montones Juventud celestial a flor de tierra.
Pico y ala rota. Águila sonora. Antigua pluma y real juventud. Cumbre fértil del pasado pasado ya. Triste anciano, anciano incendio devorado.
Devorado por los tiempos. El sonido sagrado, Himnos al vacío. En el corazón del hombre. Solo eco...Ecos solos...Eco mortal. Sombras despojadas de cuerpos.
Estragos sin pausa. ¡Padre de cementerios!.. Sí, cementerios. Cementerios dentro de cementerios diarios. Azul traición.Muerte azul.Infierno azul. Y el cielo se ha vuelto rojo sangre.
Y la muerte sigue siendo más roja que siempre. Con adornos de verdes secos, verdes escombros. Verdes campos cercenados...Cultivados con lenguas. Platillos y embriones secos del futuro. Pobreza de bolsillos y cabeza sin espíritu.
Sombreros sin sombra y boca enmudecida. Bajo un sol más amarillo, más amarillo que el miedo. El miedo al firmamento amarillo. Eco transparente, transparencia del silencio. Vemos, sufrimos y morimos por el eco del silencio.
Transparentes... ¡Transparencias!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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