Llego persiguiendo las huellas del que soñó antes que yo; del que hizo bandera del amor, de aquél que inventó otra forma de decir “te quiero” sin temor a perderlo.
De la caricia de la soledad me dejo llevar al compás de los sones que van marcando los anhelos; sintiendo que voy sintiendo una mano dibujada en lontananza se despide dejando estelas imposibles, rotas en la amargura del desencanto.
Ni una palabra que acompañe a un recuerdo, ni un gesto por faz del hálito de la amargura, solo un presente huérfano de ayer y prisionero de un mañana que aún sin llegar parece haber consumido ya su atardecer.
Llego persiguiendo las huellas que va dejando la música de la vida, una nota perdida en este pentagrama de melodías imaginadas, de sonidos que se confunden con los pasos que a mi paso, esta emoción va dejando.
©jpellicer2012
|
Poeta
|