Sigo mirando aquellas flores marchitas, viendo como las arrastra el viento por el mar, llenandolas de inmundicias...
Y aún así las sigo viendo florecer cientos de veces en el ocaso de su mirada vacia, e imagino las tantas tardes perdidas en las que suture mis oidos secos de silencio y deje caer un grito sobre su alma que vendió a las cenizas del remordimiento,
Y las sigo viendo florecer...
siguen retumbando en mi mente esas flores apagadas, que yacen sobre mi tumba desterrada de recuerdos pues el fantasma quedo en el limbo, dejando intactas las melancolias, los recuerdos que se plasmaron en mis llantos,
Y las sigo viendo florecer, impavidaz, solas, triztes...
Callé tu silencio y mire una vez más como esa sombra florecía, y aún me sorprendo como esos recuerdos manipulan mis sentidos
Y un buen día las corte, pero tu recuerdo me las envia de obsequio cada vez que miro el atardecer...
Y las sigo viendo florecer, vomitando el pasado por los ojos, viendo como se me van de nuevo los sentimientos que oculte!
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Poeta
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