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Parado encima de este alto precipicio . Podre yo saltar, no sé cómo. Mis alas rotas no pueden volar. Es muy larga la distancia al fondo. aunque cayéndome muera.
El viento bofetea mi cara. Impresionante vista desde aquí. Trescientos metros hacia abajo. Puedo saltar esta brecha tan amplia. No vuelan mis alas caídas.
Yo usaba volar los cielos tan alto. Vi mi caza, debajo de mí. Me zambullí trescientos metros de distancia. Luego desplegaba mis alas, para quebrar mi descenso. Pero ahora no vuelan mis alas rasgadas.
Era un feroz cazador. Un raptor que todos temían. He jugado las térmicos cañones. Dispare los cielos ambos lejos y cerca. Pero estas rotas alas no vuelan.
Si mis alas no sanan. Y no soy el dueño de cielo. Que injusto morir. Si no como me muero. No vuelan mis heridas alas.
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Poeta
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Tengo alma de camino. Camino de los rectos, los poco transitados, cultor de pesadumbres y humildes alegrías que no sabe de sombras más que las de la noche y algún amigo errante.
Gris árbol a su vera le dispensó la vida para que no distraigan su paso los amores; por eso apenas tiene huellas leves de besos y alguna nube tierna que enjuga su quebranto.
De saber que lo eluden, él huye de sí mismo y es punto de su fuga punzante perspectiva; tacto desesperado que busca al mundo borde por despeñar anhelos que se le han vuelto yuyos.
Con albur tan señero, pudo haber sido mi alma: marina trayectoria, atajo entre infinitos, anillo de planeta, (por abrazar un algo) y no el camino yermo que la indolencia excluye.
Quizá mi alma es camino que el creador tendiera. Mas él no lo confirma hoyándolo su paso. Por eso, ante lo ignoto: que mi camino escoja concluir a gusto y gana en fe o despeñadero.
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Poeta
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cami tu desicion es de amor mi dewseo es amarte en tu sentido en tus ojos y en tu sed la decision nos une por amarte mas por quererte mas siempre vas a mas siempre me tenes por sentirte en tu deseo por darte mi amor de sentirte por tenerte por amarte en tu deseo que es hoy aqui y ahora te quiero mucho
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Poeta
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Unbreakable
Abrió lentamente los ojos, despertando finalmente de su sueño. Sin embargo, los cerró nuevamente a causa de la pesadez de sus párpados, propia del cansancio de la noche en vela, y también producto de la luz solar que se filtraba por la ventana y encandilaba su visión. Se movió perezosamente en la cama hundiéndose más entre la almohada y las cobijas, tal vez intentando prolongar unas horas más aquel reparador sueño.
Abrió los ojos bruscamente contemplando la figura del joven que dormitaba junto a ella, se veía tan frágil e inocente… Parecía incluso un pequeño niño necesitado de cariño.
Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro, era curioso que aquel joven fuera el mismo que la había protegido durante tanto tiempo, aquel que demostraba tanta fortaleza y seguridad en sí mismo, aquel que se veía inquebrantable, aquel que era su luchador.
Llevó su mano a la frente del castaño, tanteando su temperatura corporal y alegrándose que la fiebre hubiese desaparecido completamente.
Una oleada de sentimientos recorrió su cuerpo.
Fue entonces cuando aquel extraño pensamiento cruzó por su cabeza ¿Y si desde ahora ella lo protegía? Tal como lo había hecho él con ella desde el mismo día en que se conocieron ¿Y si a partir de ahora era ella quien lucharía por él?
En aquel momento cayó en cuenta de algo, y se sobrecogió un tanto al entenderlo, ella casi no sabía nada de él… No sabía de su pasado, ni de sus sentimientos, ni de la razón por la que él era de esa manera.
Llevó su mirada a su muñeca izquierda, leyendo una vez más (como tenía costumbre hacer) la marca en ella.
“Unbreakable” decía.
Gracias a estos instantes de ensimismamiento, no se percató que el joven había despertado, llevándose un pequeño susto al verlo sentado frente a ella, con su mirada somnolienta fija en sus ojos. Hecho que por alguna razón aceleró los latidos de su corazón.
El joven llevó las manos a sus ojos frotándolos con fuerza, tal parecía que no había terminado de despertar, redirigiendo su mirada a los ojos de ella. Pudo percatarse que lucía algo cansada, y llevaba todavía la ropa del día anterior.
“- Estaré en la otra habitación, tienes que descansar y no quiero molestarte- sonrió cálidamente, reflejando, sin embargo la preocupación que la embargaba.
- Espera…- La detuvo tomándola del brazo con las escasas fuerzas que aun tenía- No te vayas. No me dejes solo…"
Recordaba perfectamente de la noche anterior.
Le sorprendió de gran manera la sonrisa que de pronto se dibujó en la chica de ojos verdes, logrando de ésta manera, que apartara la mirada y se sonrojara un poco, acelerando los latidos de su corazón.
- ¿Qué hora es?- fue lo único que acertó a decir, ganándose una mirada confusa de la chica- Olvídalo, yo mismo revisaré- agregó levantándose bruscamente de la cama dirigiéndose hacia la salida de la habitación.
La joven sonrió de nuevo.
Tal vez no sería tan mala idea.
Miró de nuevo la marca en su mano izquierda decidida, apretando luego el puño y llevándola hacia su pecho, donde se supone va el corazón. Desde ahora lo protegería sin importar cual era el papel en que de verdad estaba destinada a realizar, se convertiría en su luchadora pasara lo que pasara. Al mismo tiempo, y sin saber el por qué, el joven observaba la marca en su muñeca derecha:
“Unbreakable” decía.
Después apretó el puño y llevándolo luego hacia su pecho, dejó escapar un suspiro.
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Poeta
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