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MONÓLOGO ENSAMBLADOR (Neosurrealista)
¡Sí, no, encendido, apagado, positivo, negativo!.
Donde se ha tabuizado la naturaleza y humildad. Y en lo coloquial el éxito es la rúbrica inhumana. ¡Caudal artificioso, peculio retorcido, vanidad!. ¡Vaya estándar deducible del bolsillo!. ¡Vaya usuabilidad relictiva!.
Matemáticas sin humanidad números inexistentes.
Por el lenguaje mismo del sí mismo, he hallado lo que ni siquiera quieren, abiertos los caminos perdiendo, la orilla de las rupturas, en la reunión que aniquila perpleja, la flecha sin el techo, jardín sin vegetales, en la quietud peregrina dócil, ¡El símbolo evitando la pasión!. Del ámbar jamás ausente brillo, la sumisión de las antorchas, en la todavía proximidad escasa.
¡Monólogo metálico, indiferente, objetivo sin objeto!.
Por la mirada que no puede nombrarse. Por las imágenes de la distancia perdida. En los hechos que se repiten rendidos. Al rostro del pensamiento inútil vano. ¡Sí, no!... Doble orilla del reencuentro. Del escondido anonimato, positivo, negativo. Donde ofendidos dejan a los pisos alados. Los insultantes, los después, del nunca. ¡Sí, no!... Difaman los pasivos incautos. Positivos, negativos, por la sórdida validez. Encendidos, apagados, por la escarcha. indistinguible.
¡Oh, ensamblado de máquinas ineptas, reptan y no captan!.
Los frentes y las borrascas frontales, en la superficie del tiempo, extraído de cada una de las regiones desconocidas, síntesis de los radicales libres, en las decisiones del aire, en los sentimientos de los libros, alternancia del poder y la ignorancia, de las crisis a los desastres, tras la efímera hegemonía del hipopótamo, debido a la incidencia negativa de los factores positivos, y la cosecha excesiva de triunfos confundidos con el fracaso, a medida que los hallazgos se multiplican por moler las mínimas metas de los átomos divididos, con el escepticismo sin énfasis, en la promoción de los tanteos de los dedos, y los resortes que no valen más que los otros. Así, dos eran los ciclos, de los versos polimétricos, de los milagreros retóricos, con el hipérbaton relegado, y la luz de los intransitivos danzando.
¡Oh, monólogo, los tiempos han cambiado, la lengua maneja el cerebro!.
Ensamblando el azul al cielo, contando y cultivando estrellas, Inventado la tierra, el aire y el agua... ¡Con el fuego inconsciente! Y sólo por servir a lo que nadie ignora... ¡Pero nadie se ha hecho sabio!. Y nadie es cualquiera, y nadie lo sabe, y nadie está en todas partes. Con todos los inconvenientes hasta el menos importante. Donde las características vestigiales son otra forma de evidencia amorfa, que permite atravesar a saltos varios kilómetros, que tienen los núcleos fuera de sus células, en una especie parecida al hombre, pero no idéntica a la humanidad que reemplaza, porqué están lejos de la descendencia desintegrativa, con un patrón similar de cerca. De un agrupamiento, que acude a reverenciar lo que desconoce.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Herviborosamente
El Tren lejano de la tarde, Infinita vegetal de soñadora transparencia, Deja perplejos los símbolos del impulso, campestre.
Despedida. Como una luminosa luna. Vegetal del incansable pensar sentir...Nada más y nada menos en la cabeza del sombrero hay un zapato dulce, lo dijo entonces, la orfandad del orfanato de ovoide hambre, y no movió ni la humedad del huésped hueco, ni una pluma, lápiz, apincelando el convoy, de papagayos.
Y entonces, en el, después, cuándo, al asombrerado árbol, dije: Apenas murmurando, el otoño de sus hojas.
Entre otros, exóticos acrobáticos y fluidos genuinos, los amigos se han ido antes, de las cualidades fatales nuevas, en el mañana, en el género flemático simpático disimulo, y también dejará, aquéllo qué anduviere divulgando solvente, como lo abandonaron las esperanzas de las lluvias del llavero...
Y dijo el herbívoro: "Nunca más."
Sobrecogido por dónde anduvieron los insectívoros al romper el silencio, el nivel nevoso y sus compuestos joviales tan idóneos subterráneos, subterfugios, el obtuso subtítulo, de kilográmetros gimnásticas palabras, sin duda lo que dice, enjoya, explaya, y es todo lo que sabe, de lo láctica una mácula, en su solo repertorio, arrepentido escarabajo, reaprendido, de un amo desafortunado, a quien desastre impío le dejó feroz ubicuidad, persiguió, al cenit mendaz sagaz del tragaluz, y acosó sin dar tregua al dócil mástil, hasta que su cantinela dejó al gato en paz cómo tardía ganzúa, y sólo tuvo tahúres, múltiples brújulas desorbitadas, genio artísticomelódico sin un sentido sólo.
El Tren lejano de la tarde Infinita vegetal de soñadora transparencia.
Deja perplejos los símbolos_____Insomnes____Viviendo la experiencia de viajes dobles del impulso campestre. Herbivorosamente____ lento e inefable. ¡Deportivos, vitamínicos, de lujo disfrutar, las semifinales de los cuartos!. Herbivorosamente. Por las calles carnívoras. Por las semanas finales. Por el torneo sombrío de los relámpagos mojados.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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