|
Falsificó documentos de manera indudable previo juicio ya es culpable Trump carece de argumentos, a Biden lanza excrementos por felón e indecente fue encontrado no inocente ha decidido el jurado ya es convicto declarado y aún puede ser presidente.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 01 de junio del 2024 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
|
Poeta
|
|
ALLÁ CERCANO
Hubo una vez, que vino, añejo, un allá de aspecto manso. ¡Tinto recuerdo de miel!. Enfrascado, interminable, relámpago, con el poder agridulce de un mordisco.
Allá Cerca No.
De un allá cargado de esperanza. ¡Justo estremecimiento del querer!. Al anochecer un rubor ligero, luminoso fluir bugambilia, espaciado, en blanda frescura.
Cerca No Allá.
Un allá, venerado, en la cicatriz, de un domingo no deshecho entre los lunes, lidiando, vengativo, el frío, periódico, en el asiento del ferrocarril un peregrino, chismoso, de falsas intimidades.
Allá No Cercano.
Al cabello que sacude. ¡Todavía verde!. La piel de la champaña. ¡En una lata!. Más allá cercano.
¡Cerca la cerca, qué acercando, cerca!.
Ese allá de futuros prestados, al negar, el ánimo que naufraga océanos, gratificantes, del paraíso mediocre. ¡Lujo de servidumbre y doradas nimiedades!. ¡Un allá, del alarido de la raza!.
Un allá. Cercano, allá, cuando menos sea esperado. ¡Allá se acercará y cercará!.
Verdadera residencia de los mendigos, de las monedas repartiendo medicinas, doblando cautamente, la sequía cada vez, cada vez, menos tortilla, y más engaños, dulces golosinas, más nada de más.
Cerca, cercando. La cerca se acerca. Tan allá, muy allá, desde su desierto. ¡Dónde hubo uvas, jugo de secos higos!. Infinitamente. ¡Unión, ustible, urticácea, humareda!.
............................
Así la historia, culpable de la calle, al fondo, sería de nuevo un recuerdo, menos lento, más enorme, minúsculo allá, ligero, al volver goteando los ojos, la
cabeza inclinada, las rodillas, las escalinatas, el allá sorpresivamente, borrado, pidiendo al espejo reflejos, imposibles, anteriores al supermercado, de verdolagas grises, carnosos quelites, espinosos, calabacitas hijas de armadillo. ¡Y nopales semilludos parientes del cangrejo!.
Canto, canto. ¡Nuevo canto!. (Pálido sabor de transgénicos olores). ¡Allá nadie se muere de hambre!. Nunca, nunca. Sin embargo.... (Nadie... Pensaba... ¡Asustado!). ¿Nunca?.
Aunque... nadie ...convivía con hambre, el hambre lo amaba, ella, con lenguaje. ¡Sabor gruñir, se negaba a ignorarlo!. En verdad. Nadie.¡Era tomado en cuenta!. Y nadie, satisfecho, deseaba aquél allá, allá cercano que lo cercaba. ___ ¡Pero acá!... En este lado___ ¡Sí vivía!. Para él, para su hambre que lo amaba, y aún vivía.
Pero Nunca, detrás de sus castaños, ojos, de ajada piel morena, se fue al otro lado, y nunca regresó, con dinero en cada palabra, extraña, entraña de un lenguaje, mezcla de marmasa, acasia, lobelina. ¡Qué cicatrizaba!
Y nunca, se regresó, pero. Ahora con un vacío mayor. ¡El mismo engendro del... original hueco!. Vestido, con las huellas de ayeres inexistentes, dando brincos, al encuerarse con las raíces en la garganta seca. Allí, atado a las paredes de allá.
Cercano allá, que cerca acercando, cercas. Pero nadie, se sentía feliz, invertía en acciones del cielo, etéreo, ingrávido, primordialmente metálico, desfilaba el alma enferma, donde la bondad misma se compraba, y el verdadero mal, se transformaba en absoluto bien, por un buen precio, a crédito y con toda la razón armada. Lista para usarse.
Pues había una vez, leído esta historia, de mitos y leyendas, del todos fueron felices, y colorado frijolito en labios de buitres, desayunándose una lombriz en abundante cosecha de rapiñas.
Allá cercano, allá cercano.
Hubo una vez que ya no vino. De un añejo allá. Nunca, satisfecho, de caminar ausente. Nunca con trabajo y dinero a crédito, en un pedazo de cuerpo el alma había, enfermado, y terminó invadiendo, infernal mente, la menor esperanza de la higuera. ¡Clonando olivos en el más allá cercano!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
BRAZALETES TEMPORALES
A lo lejos Esclavos Del reloj En los goteantes minutos En las balbuceantes horas Por Las últimas cabalgaduras Por Las palabras sin vestiduras A lo lejos.
Esclavos Del tiempo Palpitando Sin el miedo a nada por todo.
Esclavos Del tiempo Palpitando Con el miedo a todo por nada.
Alejados De horizontes fragmentados De cadavéricas calles Y laberintos estrechos Hay ¡Casas qué se levantan bajo fantasmas!. Hay ¡Rostros rugosos frondosos!. Alejados.
Entre. Brazaletes temporales. Hay en el corazón erosión. Imprudentes. ¡Competitivos para vender!. Esperanzas y miedos. Incontrolables. En un mundo que se mueve. Indefenso. Entre opuestas presiones. Estrujado. ¡Sin elección ninguna!.
Entre brazaletes temporales. Donde los diálogos han muerto. Donde nadie habla con los que solo amenazan. Por los fragmentos de diálogos ahogados.
Brazaletes. En lo imposible del reino de la esperanza. Temporales. Por la esperanza vana, hace mucho yerta. Temporales. En el sí mismo, del morir la muerte. Brazaletes.
¿Quién acaso espera no sufrir, la muerte?. ¿Cuándo causa sufrir al provocarla?.
Brazaletes. ¡Del metal mortal!. Esclavos. Del reloj. Temporal. En la indolencia. En la consciencia. En la indiferencia. ¿Puede separarse la consciencia, de la persona que emerge?.
Y de las atrocidades humanas...
¿Quién es más culpable, el qué las comete, ó el qué las perdona?.
En Los ¡Brazaletes temporales!.
¿De qué sirve el arrepentimiento, cuándo el mal hecho, es irremediable?.
Brazaletes. Ecos de huecos sueños. Temporales. Vanas cáscaras sin tiempo. Palabras. ¡Solo letras sin sonido ni sentido!.
Lenguas multiformes de los metálicos latidos. Por la muerte, igualados y helados... Brazaletes.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
|
Poeta
|
|