Se mira se mira en el espejo azul el ojo del mar en el cielo el rojo del ramo en la flor el azul del abedul en el sueño que sueña el silencio desnudo del mar hecho cielo en la mano de la mano en la frente azul tan azul que no cuesta nada a la mentira más verde vistiendo. El Ojo Azul No, no cuesta nada, no Al azul del reflejo en el ojo En el espejo azul azul Que tiñe a la luz engañando En la mirada que mira mirando El mar en el cielo En la flor en el sueño En la mano en la noche que duerme Que duerme que duerme azul azul El ojo el ojo se mira El Ojo Azul Donde la apariencia se cree verdadera Donde la experiencia certera lo niega Cuando la añoranza espera esperando Cuando la templanza flaca flaquea En la almohada menos azul En la noche menos negra En la consciencia menos vana En la esperanza menos inmunda Azul sabe que el ojo no es El espejo azul que lo refleja.
Me cuesta mirarte a los ojos porque tú, ya en los míos no te miras sólo danzas, y en cada giro tuyo mi dolor se hace más grande.
¿Cómo explicar que tú estás aquí?… ¡pero no estás!.. que la música vive en ti, en tu negra cabecita que otrora, con amor acaricié.
Recordando vas quizás, melodías que un día… entre risas y caricias bailáramos muy juntos, dibujando con pasos maestros corazones en la alfombra.
Con perturbado ritmo danzas soñándote ballerina, en la mano, ramo de flores muertas, el último que, por aniversario te envié.
¡Para qué quiero la cordura... si la razón, barrera infame, me separa así de ti! cada día muero, mirándote bailar feliz en libertad, mientras yo, me consumo en soledad.
¡¡¡Que hecho miserable, golpearía así tu mente… alejándote de mí…!!! ¡De éste amor que está presente... que te siente cerca, pero ausente!
¡¡Gira en tu mundo mi vida… sueña que bailas conmigo, baila!!... que esta, mi desventurada sensatez me atrape y me devore, en ésta espantosa realidad.
En el rincón de la serpiente. Nadie llora ya, la piedra está en la frente donde solo los sueños lloran. Nadie canta ya, la boca está solo en el tembloroso vaho de veredas lejos. En El Rincón nadie llora ni canta, solo la serpiente piensa y siente...
Aquí está, se trata de la carne, de la esquina redonda, de los cuerpos, de las almas, del polvo, desnudo, dulzura inquieta, brumosa, en la lámpara de la torpeza, en la pregunta perfecta, con toda la niebla, con toda la cuesta, de la muerte en el mundo.¡Welt, mondo, world, monde!.
Gloria de los candiles degollados, y sobrevivientes por las espirales montañas, del tiempo, del aire, de plata pajiza y lentejuelas, sordomudas, magnolias, hechas de limones, violetas. De mezquina paga, bucles de mano a mano, de los que mueren juntos, abajo de los rincones, de los serpenteantes pensamientos garbosos, de los rincones de juncos de dos mitades, degollados e inaccesibles mapas perdidos.
En El Rincón de la serpiente hay crepúsculos de invierno, hay viejas estatuas de trigo, de lobo y de flor, ajada. Hay palabras de perdidos alfabetos, de arañas campestres. Hay pueblos centenarios ricos de presentes. desventuras. Rincón de los rincones distraídos, dependiendo del después. En el antes ciego, mudo, sordo, pantano de artimañas, llaves y candados. Seis retrasados confidentes, descifrando novelas de escarabajos y gusanos. En el mañana del quién sabe, tal vez, de otra manera, que por ahora no...
En El Rincón de la serpiente de muletas.
¡Sí, sí, de muletas, de muletas!-Krücke, gruccia, béquille, crutch.
Hay otras serpientes desengañadas, en los domingos de piedra, de lodo seco. Hay otros más pequeños rincones, invocando a las lombrices imaginarias. Hay además otras cosas que ya nadie recuerda, por ahora o por las noches. Hay además botellas en los tejados de pólvora de las hogueras sembradas. ¡Hay, otros tantos miles de hay, además, de menos a más ó menos casi!.
En el rincón. De la vida social, de la muerte individual, la serpiente cristaliza vidrios. Por los soñolientos saltamontes, comprimidos del silencio pergamino endulzado. Por los telegramas melancólicos, donde nacen, las campiñas y meditan las orugas. Por los viejos gavilanes, invocando en la sortija, caballeros y doncellas raras. De la vida serpenteante, de la muerte angelical, la fructífera ignorancia. En el rincón. ¡Teje del mismo interior, otras serpientes redondas!.