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Para Mirla Yo quisiera que tu boca y la mía, En un convulso y eterno beso, Se bebieran hasta la última gota De este deseo que por dentro quema. Yo quisiera entrar por tus pupilas, Para ver en tu alma la sonrisa amada, Cuando adormilada, en cada madrugada, Te acurrucas en mis sueños, amorosa. Quisiera que tu piel fuera en mi piel, La caricia mañanera, el sol de primavera, Despertándome a la vida, día con día, Con tus colores bellos y aromas nuevos. Quisiera que tú fueras, la amante amazona, Que ponga bridas a mis deseos desbocados, Y me lleves cabalgando por los prados, Montes y colinas, de tu cuerpo encantado. Muchas cosas yo de ti quisiera, pero tal vez, Ya no es el tiempo de esos amores locos, Donde se entrega el alma sin desasosiego, Sin saber siquiera, que se entrega todo. Por tan solo la mirada de tus ojos, El corazón, de mi pecho te entregara Más, si el rubí de tu boca yo besara, A tus pies, me pondría de hinojos. Delalma 24//XI/2022
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Poeta
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ALIMENTO INÚTIL
El caldo lacta mieles en las horas derritiendo labiales los minutos suculentos, acabando las noches, del cuerpo, el amor que falta, en el pulso de las gemas a fuego lento, en el frente, de la dicha radiante, fácil, de lejanías, la creciente siente, el sabor sublime del aroma, de las huellas que purifica. ¡Hojas, ramas y tronco!.
Donde el futuro ya no tiene pasado. Y calla, y habla, y grita. Donde el pasado ha muerto ignorado. Ve, observa y escudriña. Donde el camino no tiene salida, piso, paredes, ni techo... Ni recalienta. Ni entibia. Ni refresca.
El caldo incendiando la lengua. Enmudece el espíritu yerto, al silencio que es más que fracaso, a la voz que es menos que palabra. Golondrina y halcón y águila. ¡Lactando mieles de amargura! Cóndores, palomas y gorriones.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Cerrar podrá mis ojos la postrera Sombra que me llevare el blanco día, Y podrá desatar esta alma mía Hora, a su afán ansioso lisonjera;
Mas no de esotra parte en la ribera Dejará la memoria, en donde ardía: Nadar sabe mi llama el agua fría, Y perder el respeto a ley severa.
Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido, Venas, que humor a tanto fuego han dado, Médulas, que han gloriosamente ardido,
Su cuerpo dejará, no su cuidado; Serán ceniza, mas tendrá sentido; Polvo serán, mas polvo enamorado.
[img width=300]https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/92/Firma_de_Francisco_de_Quevedo.gif[/img]
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Poeta
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NO TENGO PAZ NI PUEDO HACER LA GUERRA... Autor: Francesco Petrarca Italia 1304-1374. Fue coronado como poeta en el Capitolio de Roma en el año de 1342 y posteriormente protegido por el arzobispo Visconti. Ësta es Versión de Julián del Valle. Referencias útiles son... https://es.wikipedia.org/wiki/Petrarca https://www.youtube.com/watch?v=WWYul1XVdno
No tengo paz ni puedo hacer la guerra...
No tengo paz ni puedo hacer la guerra; temo y espero, y del ardor al hielo paso, y vuelo para el cielo, bajo a la tierra, nada aprieto, y a todo el mundo abrazo.
Prisión que no se cierra ni des-cierra, No me detiene ni suelta el duro lazo; entre libre y sumisa el alma errante, no es vivo ni muerto el cuerpo lacio.
Veo sin ojos, grito en vano; sueño morir y ayuda imploro; a mí me odio y a otros después amo.
Me alimenta el dolor y llorando reí; La muerte y la vida al fin deploro: En este estado estoy, mujer, por tí.
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Poeta
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Camino el atardecer de la vida La noche blanca se esconde en el monte Como felino se agazapa, cuida De no hacer ruido el sol en horizonte.
Me muevo por senderos de perdida Luz de perdida oscuridad, suponte Que no soy el que tú quieres, simbionte De tu amor soñado, calando vida.
Como en el campo el arado, tendida La razón en aquel surco escondida No sabes porque, yo he sido geronte
Pero tu cuerpo de hembra pretendida Por todos deseada pasión huida En la noche, con un viejo bisonte.
Por Conrado Augusto Sehmsdorf (Kurt)
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ENVUELTO EN SOMBRAS LA LUZ PROCLAMA. Autor: Amos Oz Israel 1939
Poeta y novelista nacido en Jerusalén. Estudió Literatura y Filosofía. Considerado como el más importante escritor hebreo contemporáneo, pertenece al partido social demócrata israelí, es miembro de la Academia del Idioma Hebreo, miembro de la Academia Europea de Ciencias y Artes, colabora activamente en el movimiento pacifista israelí Shalom Ajshav y ocupa la cátedra de Literatura en en la Universidad Ben-Gurión de Beer Sheba. Su vasta obra, escrita en hebreo e inglés, comprende novelas, poesía, ensayos y cuentos, galardonado, con Premio Israelí de Literatura 1988, Premio Goethe de Literatura 2005, Caballero de la Legión de Honor de Francia en 1997, y Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2007. Este es Versión de Raquel García Lozano."El mismo mar" pag. 73 Ediciones Siruela 1999
Envuelto en sombras la luz proclama
Viudo y padre. Paciente y recto Como una rama. Por las noches se avergüenza en la cama. Al otro lado duerme una mujer que ama.
El sueño se resiste. Ella está al otro lado sola y desnuda de costado, Hija mía. Esposa. Tesoro hallado.
La luz de la mesilla tiene que encender. En la foto de la cómoda, su hijo. Su mujer. Se arrastra hacia la cocina. Quiere beber.
Vuelve a su habitación. Se sienta. Bebe un vino embriagador. Se ensimisma frente a la pantalla del ordenador. Teclea: un verano agotador.
Desde el jardín oscuro un pájaro le reclama, envuelto en sombras la luz proclama. Narimi Narimi. ¿Recuerdas? Te llama.
Se levanta. Desea ir a taparla, huir de su soledad, extender sobre su sueño un ala de padre de avanzada edad. Vuelve a la cama. Domina su piedad.
Se olvida de su cuerpo. Se atormenta. Se mueve. Vuelve a dar la luz. Casi las cinco de la madrugada. Llueve. En el Tibet las cinco son ya las nueve.
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Cuanta nieve de tu alma, se ha escapado Por tragos de la vida que has bebido Borracheras de tiempos que se han ido Señales en tu cuerpo te han quedado
Ya no eres aquel niño rebozado Que caricias, de tu madre has tenido Silencio son tus noches sin sentido De penumbra, de aquel mundo olvidado
Cuántas vidas en tu juego has ganado Sin embargo, no tienes lo querido Solo muecas de dolor, han teñido
De colores muy oscuros tu gemido Ya no eres aquel niño rebozado Solo eres, un anciano desterrado
por Conrado Augusto Sehmsdorf (Kurt)
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ENCUENTRO CON HIROSHIMA Autor: Eugen Jebeleanu Rumania 1911-1991.
Poeta rumano. Licenciado en Leyes por la Universidad de Bucharest. De la generación de escritores surgida entre ambas guerras mundiales, siendo partícipe de la liberación de la República Popular Rumana en 1944. Escribió teatro, poesía, crítica literaria y traducciones, convirtiéndose en baluarte literario contra el nazifascismo; de esta etapa datan sus libros "En la aldea de Sahía","Poemas de lucha y de paz" y "Canciones de la joven floresta". Su poesía de denuncia está compendiada en los volúmenes "Lidice", tragedia del pequeño pueblo checoeslovaco arrasado por la furia nazi, y "La sonrisa de Hiroshima", escrita a raíz de su viaje a dicha ciudad, enviado por la Sociedad de Escritores Rumanos en el décimo aniversario de la trágica fecha. Cantata contra la muerte", "Poema a Cuba" y "SigloXX" hacen parte también de su importante obra. Esta obra es versión de Manuel Serrano Pérez. Editorial Stilograf, 1965.
Encuentro con Hiroshima
a Kaoru Yasui
Tierra, tierra muda. Muda, con la piel quemada, con el cuerpo desnudo, perdón, Hiroshima ... Perdón por cada paso que golpea una herida, abre una cicatriz... Perdón por cada mirada, que -aún acariciando- duele... Perdón por cada palabra que enturbia el aire donde buscas a los niños, los pueblos de criaturas perdidos para siempre. Tumba inexistente... Viento... viento... viento... viento... Y sus voces, apenas resonando ahora, más extinguidas día a día, únicamente en el recuerdo... ¡Oh, cementerios inexistentes... inexistentes...! ¡De quererlos llorar no se les puede estrechar en los brazos, al menos una urna, una tumba tan sólo...!
¿Dónde están tus pequeños, Hiroshima? Quizás en el océano de plata impasible ... Quizás en la infinita bóveda del cielo... O, acaso, en esta misma tierra. que yo piso...
Cada paso que doy lo doy con miedo... Cada palmo de tierra esconde un catafalco... Es como si la tierra que yo piso hubiera dado un grito: -¡Madre...!
¡Oh, concédeme alas, aire de esmalte, para ser leve como tú, ganar altura, y no hollar Con mi paso alguna herida, rasgar, angelical, el cielo con mi ala...!
...Mas, desde sus mil llagas, centelleando, se me acerca Hiroshima, se acerca, se curva dulcemente y me hace señas:
-Te ruego, ven, amigo, y mira lo que fue, y lo que es, y cuenta...
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Poeta
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CAMINOS DEL ESPEJO Autor: Flora Alejandra Pizarnik
Poeta argentina nacida en Buenos Aires en 1936. Una de las poetas más representativas de la generación del sesenta y es una de las poetas líricas y surrealistas más importantes de Argentina. Murió en 1972 por suicidio como complicación de grave depresión.
Caminos del espejo
I Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.
II Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del borde filoso de la noche.
III Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia.
IV Como cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene.
V Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mí la ofrenda, el ramo que abandona el viento en el umbral.
VI Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste.
VII La noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la estación de los alimentos fríos.
VIII Y la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo, en el pozo, yo bebía, recuerdo.
IX Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.
X Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida. Párpados cosidos. Me olvidé. Adentro el viento. Todo cerrado y el viento adentro.
XI Al negro sol del silencio las palabras se doraban.
XII Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola. Hay alguien aquí que tiembla.
XIII Aun si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y qué deseaba yo? Deseaba un silencio perfecto. Por eso hablo.
XIV La noche tiene la forma de un grito de lobo.
XV Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy. Peregrina de mí, he ido hacia la que duerme en un país al viento.
XVI Mi caída sin fin a mi caída sin fin en donde nadie me aguardó pues al mirar quién me aguardaba no vi otra cosa que a mí misma.
XVII Algo caía en el silencio. Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.
XVIII Flores amarillas constelan un círculo de tierra azul. El agua tiembla llena de viento.
XIX Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo, he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz
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Poeta
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B.A.N.A.L.I.D.A.D.E.S.
Mientras Las Alondras Tejen al perfume El escándalo y la espuma Miente Aventurera Nave Aburbujada Brujuleada Zarza De pálidos lamentos De ligeros corredores.
Banalidades banalidades banalidades.
Entre los párpados del aire, y la sed que ahoga. Entre las noches del fuego. Y la risa que sufre.
La indiferencia del ojo sombrío. La interferencia del oro sobrio. La insuficiencia del ogro umbrío. La insistencia del odio impío.
Atrapado. Entre la flama y la ceniza. Atrapado. Entre la memoria y el olvido.
Liberado. Más allá del tiempo dormido. Más allá del cuerpo querido. En la definición razonable. En la defunción estable. Liberado.
Banalidades Preocupantes A veces Solo Un reflejo Sin espejo Ni consejo Errático Selvático En El Ático. ¡Simpático!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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