ÁGUILAS AMARGAS
Las águilas de la tierra son compañeras.
Montañas de amargas mañanas.
Arañas y palabras tal vez.
Ves, ves. ¡Ya el pez agoniza!.
En las malvadas ventanas.
En los rostros sombríos.
¡Con la mohosa tormenta de los azulejos!.
Águilas.
Amargas.
Águilas. ¡Amargas amargas!.
Desplumado el verano purifica solo escombros.
Con el brillo sorprendido y afilado.
Remolino de redes y tapias.
¡Ásperas son las cascadas voces!.
Humanos, ¿humanos?, desmoronados.
Espesos pájaros efímeros.
¿Uñas acaso el velo de sus garras?.
Amargas.
Águilas.
Amargas. ¡Águilas, águilas!.
Disueltas calaveras se bañan.
Valle inmenso y selva de huecos.
Las pieles e instantes viscosos.
¡La entumecida memoria en las urnas!.
¡La ternura derramada en las cenizas!.
Con el vientre mortuorio de cosméticos vástagos.
¡Águilas amargas, águilas amargas!.
Sobrantes son las tinieblas hinchadas.
Enterradas rodillas en círculos.
Con los dardos de piedad y peltre.
¡La dichamancillada se escurre!.
¡La sequedad de obscena garganta!.
Con el jorobado invierno,
de atroz adorno.
Amargas.
Águilas.
Del...
Mañana.¡Manzanas moradas, enroscadas!.
Y en las venas vanas.
Venas vanas. ¡Vanos tiempos!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez