Anfractuosidades
Serán la voz del futuro
un biombo desnudo al clamor del reloj
viva escarcha entre los dientes del tiempo
del níquel frenético entre perros patanes
tres paredes de manzanas empedradas del tiempo
sobre las casa qué copian desiertos nubarrones
en el cuello mordido del murmullo acodado
¡Que tiene las manos de trenes y momias!
Sinuoso curvar del pensamiento al sentimiento
Laberíntico doblegar al juicio sano de la espada
Aborrascada manipulación de marejada codiciosa
Serán allá donde los ecos soplan
las verdades encerradas en el silencio
en las alas de las nubes
en un poco de cielo
del rencor acogedor inextinguible
del dolor fatigado sediento
¡Con la metálica pasión exaltada...!
Por el hoy dónde la ceniza sola ensalza
Abyecta irrupción vesicante
Del los atufados féretros encrespados
¡Anfractuosidades, oh, anfractuosidades!
Serán del ayer que se defiende ardoroso
¡Del olvido!... En las voces adormecidas
Por el estridente campo errante
¡Dónde al recobrar la vista el sol
cree ser el primero
en descubrir la luz
en los reducidos límites del imposible
en las fábricas de religiones para el consumo!.
Tempestuosa contorsión del tiempo acomplejado
Entre los sillones veleidosos noveleros
Entre el actuar encorvado y siniestro sosiego
Serán las anfractuosidades, serán...
¡Allá dónde los ecos perecen!
En los helados campanarios
En la mezcolanza ociosa
De la indiferencia infalible
De la intrépida interrogante
¡Ecos frescos entre las cruces!
¡Ecos verdes entre los vientos!
Ya brilla ya, el reprimible irrefrenable
¡Serpenteante camino camina el caimán!
Retorcido y proceloso del ayer inclemente
Serán de los huecos, los rotos cristales sin sueño
¡Sin gallos con picos de nieve!
De llamas amargas de lirios risueños
De varios vagones bermejos
De barrancos huyendo lejanos
Del tabaco traicionado del candado
Del pantalón enrojecido del llavero
¡En la curva fugitiva del abrojo!
Así, así, anfractuosidades van y vienen
Ahora, ahora, por el mimo que la muela remeda
¡Todo aquéllo del ficticio muérdago valiente!
Serán de cera aceradas las frentes febriles
de la grandeza qué oprime al zapato gastado
por el rumor del espanto terrible ¡Oh, verdad!
De los gusanos de las brumas ignotos
De los alcoholes docentes consortes del desastre
En el frasco venturoso de las flautas jactancioso
En la confederación de los brincos del solsticio
¡Una cifra fiera del olvido atroz!...Por el tiempo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez