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¡Dios!… para qué dejar que la quisiera Si me la ibas a quitar, Después que la asistiera.
Para qué dejarme pernoctar En el paraíso de su cuerpo, Si pronto había que despertar.
Como rosa del desierto se encontraba Ávida de amor, A que alguien de beber le diera.
Tú dejaste que ella me bebiera Con la sed de sus caderas, Hasta que la sed saciara.
Yo le entregué lo más sagrado de mi ser La savia que por dentro llevo, Para que ávida la recibiera.
Impertérrito aprisioné su cuerpo delicado Con mis manos y mis besos, Pero se fue desvaneciendo.
Con los ojos cambiando de color Ella musitó un: ¡Te quiero! ¡Entonces vi del cielo su esplendor!.
Pero no era nada Solo el sol llegando de tierras lejanas, A quitarme el recuerdo de su piel dorada.
Delalma 06/01/2021
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Poeta
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¡Acariciaré tu rostro iluminado En la tersa cara de la luna Y en esa hermosa luz plateada Tocaré tu pelo trasnochado!
¡Veré resplandeciente la luz de tu mirada, los fulgentes luceros, Fijos y distantes en el cielo serán los ojos de mi amada!
Tomaré en la noche silenciosa Tu cuerpo de diosa con mis manos, Para acariciar tu piel desnuda, y gozar de toda tú, preciosa.
Y en esa noche tan hermosa, Enfebrecidos haremos el amor, Aullando como un lobo, feliz guardaré esa noche, como una rosa.
Porque cuando te marches de mi lado Llevando hasta tu reflejo de las aguas, Me quedaré sin ti, pero contigo Aleja; Porque yo, desquiciado, te habré amado.
Como aman los poetas ¡A morir! Sin jamás siquiera haber tocado Un solo pelo de tu blonda cabellera, Serás luz eterna que guie mi existir.
Delalma 12/11/2020
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Poeta
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Me preguntas ¿Qué de dónde vengo? Y en tu mirada aparece la incertidumbre, Queriendo escudriñar mi alma En las negras pupilas de mis ojos.
Déjame decirte, que ni Dios lo sabe, Raudo aparecí cuando ya giraba el Mundo, Trayendo plumaje de pavo real Y canto de cenzontle.
Surcando espacios siderales, Cualquier estrella me servía de morada, el cielo me daba un pedazo de su manto Para que mis huesos no se enfriaran.
Con racimos de luceros me alimentaba, Hasta que vi el brillo de tus ojos hechiceros, La luz de tu sonrisa me inquietaba... Y es por ti que recorrí largos senderos.
Un extraño mal hizo prisioneros a mi cuerpo y mis sentidos, después supe que era amor. Mis primeros cantos, convertidos en poemas Llegaron hasta ti y de mí te enamoraste.
Hube de cambiar mi faz, mis pensamientos Para amarte como humano, de lo cual no me Arrepiento porque soy feliz con tu contento, Dejé mis soledades, por la tersura de tu cuerpo.
Delalma 25/10/2020
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Poeta
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Quiero disfrutar contigo éste nuevo amanecer esperar la luz de la mañana… besando tu piel de miel, que me hace enloquecer sin haber pegado un poquito las pestañas. Bésame como yo quiero... y como tú quieres siénteme para sentirte, amor de mis amores, ¡Que la primavera renazca en tus ojitos… acúnate en mi pecho como tierno pajarito! No más oscuridad, sólo una hermosa noche que nos abrigue con su manto, en la entrega de éste inmenso amor, que en las manos… aterido y asustado, no se nos va a quedar. Quiero beber de tus labios el rocío del cielo el néctar de flores frescas deseado, para perderme en tu cuerpo de nácar de amapolas, de azucenas y rosas. Hazme sentir que la vida hoy empieza para ti sin desmayar, dame eso, que has guardado para mí, alimentemos de tiernas caricias nuestros corazones alejando para siempre la sombra de las traiciones. Ya no abrigo esperanzas, sólo realidades tengo aromas de jazmín, de parra y de trigo en tus amantes brazos, y en tu pecho… las aureolas de la luna, de color rosa bordado. Quiéreme como yo te estoy queriendo haciendo de éste amor un paraíso, que nuestros momentos sean una eternidad y vos, la única arquitecta de mi felicidad. Los colores del amor, han asomado a tus mejillas… entre blanco rosa y rojo, del vestido te despojo, tú sonríes y treintaidos perlas escondidas asoman a la luz de tu sonrisa. Penas y alegrías en el camino encontraremos caminando de la mano, todo sortearemos pero te amo, eso ya nos da cierta ventaja y yo te cuidaré más que a una alhaja. Refúgiate en mi pecho blanca paloma, en el tuyo yo me saciaré de los placeres embriagándome de aromas en botones, en tus senos, con las más hermosas flores. Delalma
http://ligcueva.blogspot.com
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Poeta
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Por mí, la flor en las bardas y la rosa de Martí, por mí el combate en la altura y en la palabra civil; para mí no hay negro esclavo, para mí no hay negro vil, por mí no hay perro judio ni hay español gachupín. El bravo ataca el sistema y respeta al paladín, el Cid abre herida nueva, no pega en la cicatriz y es pura la niña mora como las hijas del Cid.
Por mí, ni un odio, hijo mío, ni un solo rencor por mí, no derramar ni la sangre que cabe en un colibrí, ni andar cobrandole al hilo la cuenta del padre ruín y no olvidar que las hijas del que me hiciera sufrir para ti han de ser sagradas como las hijas del Cid. ------
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Poeta
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