Invencible lucidez
Desplazado el camello, en su colmena de arroyos, ya se despeña, encima del puente.
Reposa el pulso de tus cabellos, y nada por su falda el volcán, bañado de negra nieve.
¡Descúbrenos!. Lúcido, lúcido, lúcido. Invencible. ¡Como ninguno!.
Te aceitunamos la brisa, atrás del pelo curvo, salado en las ramas, y en las avispas de hielo.
Cautivo el aroma, en su charla de cordeles, ya se disfraza danzando la ruta.
Travieso el barco de sus rodillas, y todo el día por etapas, alejado de vidrios muebles.
¡Desengáñate!. Lúcido, lúcido, lúcido. Invencible... ¡Como ninguno!.
Les cauterizamos la risa, debajo del mísero gusano, enrollado en las astillas.
Y... En las prédicas... ¡De hormigas!.
Ya merecemos, despertar convencidos. ¡Limpios manzanos!.
Huertos de flores, con las facciones...¡Claras!. Y en paz... ¡Vivir!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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