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NADADORES ((Nadaísmo))
Aquélla es la nada de la que se saca más nada, cuando la sombra deja el vacío que destejen, las ausencias. Porque no hay antes cuando, la consciencia se pierde, ahorcando al tiempo, en un presente inmóvil, falsa divinidad invocada.
Y sueño que soñaba:
Ya fueron los relojes olvidados por el tiempo, a empedrar el cielo blando. Y la sangre seca, hila, hila, las mesas hambrientas, los hogares desnudos.
Buitres y vampiros danzan, en las nubes, de cruz y abanico el disfraz, enlunados beben aguas de plomo, degollando al desierto espinas y viento, y las arenas en pañales y pañuelos, exhalan clavos y hormigas grises, estrellan los ecos y los huecos.
El frío alfombra los anuncios puro. Millones de alegrías alimentan el olvido, y al olivo plumas, angustian al viento.
Escaleras agusanadas venden agujas, en el mar de las ebrias esquinas, derritiéndole al molusco las hogueras.
Y soñaba despertar despierto:
Pero la aurora huyó sin esperanza, abandonada por yertos huertos, entre paralíticas linternas y cielos, duros con el desamparo vigorosas, las ausencias en frenesí llegan.
¡Cuánta gloria ocultan!. ¡Cuánto dolor venden!. ¡Cuánta muerte siembran!. ¡Cuánto ingenuo engañan!.
Con el mariposear de los musgos, en los tejados enterrados, y la feria de los alfileres blancos, a lo lejos desayunan ranas, embotelladas las manos miden mudas, con espejos masticados gozando.
Una lépera lápida lúcida exclama, y clama calma al clavo y escama.
Es mejor que las llamas llamen llantos, y lenta la fuga escape, por la realidad sin ruido perdido, hecho de la nada donde nada nadie.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Referencia útil es... https://es.wikipedia.org/wiki/Nada%C3%ADsmo
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Poeta
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ETÉREO ENTUSIASMO
Por la esquina del crepúsculo azotado va el cristal vendiendo violines perfumados entre los granos de playas, y el regazo tejedor de clavos con plumas en los techos perseguidos por incógnitas viajeras en el callejón sonoro de pestañas con espuelas bordadas con las horas y los llantos.
No temas, no, que al agua incendies, con palabras olvidadas por el suelo, ni creas, ni esperes, la orilla de una mirada que crece del huracán árido.
Etéreo entusiasmo sería. Si del desierto brotan pálidas espinas, a la sombra del lirio que lava la ceniza, junto a los claros vitrales agotados, por la quietud del duelo bajo las ramas, de los volcanes que imploran su cobijo, en la rústica e insondable aurora.
Las flores recién llegadas se esconden, como el suspiro coronado por la nieve, bajo el peso de todos los futuros riendo, entre la tarde confundida por la bruma.
Etéreo entusiasmo sería. En la cama sentada la noche infiel, espera la indulgencia del tiempo dulce, donde mueren las tinieblas sin odio, con la clemencia del ideal hecho humo, por que no tenía la menor intención, de pintar anaranjado el aire, ni al viejo entusiasmo verde azul, como el hecho menos etéreo gris, más allá del amarillo sangriento rosa.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PLUMEARSE PÁLIDO
Al dolor que poco explica. El diálogo de una rata, araña, por el aire. Un pálido plumearse. Pálido Plumearse. Después del olvido que se vive, yerto, yermo. El agua, hielo, vapor de fuego en pesadillas.En la cerveza. En la cereza. En la bajeza. Letra inversa, un saxofón algodonoso. Declara escuchar, un tambor distraído. Prefiere caminar, un violín dormido.
Plumearse Pálido En la calesa con caletre. ¡Cómo muchos creen enroscados!. Del vidrio escuchar mucho. Del olvido sepultar poco. ¡El presente solo fantasía!. El presente nunca es, el presente está siempre siendo, fugaz eternidad atrapada en los momentos indisolubles en la cir cularidad de los tiempos, dicen los que saben.Entre Pálido Plumearse. Sí, sí, y solo si, si. Plumearse Pálido Es... ¡Dónde reposa ferozmente cada escama pura!.
En la pierna lejana.En la tierna lengua. ¡Protestando el clavo al agujero!.
Pálido. Todo el inseparable vacío. Plumearse. Por Estar. Colgado entre letras. Letras, letras. Débiles poemas de ultratumba. Al umbráculo. ¡Endulzados coloridos!. Por Estar. Charlando entre libélulas, libelos ligeros. ¡Fuertes silencios hogaño!.
Al huraño bolígrafo asimétrico. Plu...Mear...Se...Pá...Li...Doooooo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ESPECULADOR
El espejo. Pensaba. Emocionado. En cada reflejo. De las horas enteras. De las ligeras copias del aire. De los botones cosidos.
En. Cada. Reflejo. ¡Emocionado pensaba!. El espejo de las horas. El reflejo del aire. La falda de tres clavos. La pared de dos teléfonos. La frente de una escalera.
El espejo. Pensaba. ¡Qué sentía reflejar!. El flujo del tiempo copiando. Del aire libre el camino. A la misma velocidad. Graciosa emocionado. ¡Pensó qué pensaba!.
¿Será solo un simple espejismo el mismo de todos los otros?.
¡Especulando!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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CONMISTIÓN CONSABIDA
La mezquina espada enfila Rimas extrañas Allá Dónde tiritaba de alegría un hielo De Ventanas arrugadas, clavos y escaleras.
Consabida conmistión.
Quebrando. Al silencio abandonado. Al pie de la imponente montaña. Quebrando.
El pespunte petigris Decía: Es práctico, cuando las cadenas desesperen. Es completo, cuando el atardecer vuelve por la mañana. Es único, cuando el amanecer queda en la noche. En La obscuridad la luz camina. ¡Mejor!. Y es, lo que impulsa a llegar donde nadie llegó. Y es, del caminar las sandalias del lago soñado. Por eso. Esa tarde, dibujó al libro, libre, de la opresiva mañana. Y la tranquilidad del sillón, un carbón.
Consabida turbonada. Conmistión de guardafangos. Encima de los más profundos trueques. Y obvención anticipada. De los húmedos humos. Recónditos. Una pesadilla colorada.
Conmistión. Por los torpes colores limitados. Decía. La claridad trasciende lenta. La urdimbre hirsuta inexorable. Decía.
En cada inicio se ofrece. Un espacio. Un bloque de múltiples rúbricas. Ante los cambios. Por las descaminadas dimensiones. Consabida. En la dosificada confusión. Conmistión. En la pausada dispersión.
Lo inmundo De miserables millones Y Millonarios unos cuantos Serpenteantes Como Se expresa el ácido osario. ¡Alquitrán y alacrán!. Aún apenas. ¡Escucha, interpreta y emite!. En pedazos impávidos De Cibernética vanguardia. De Sintácticos amasijos. Conmistión. Al cerrar la noche. Consabida. Al abrir el día.
Donde Los acantilados acallan Y Al ahervorarse los suspiros. ¡Consabidos!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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CIGARRO DE OTOÑO
Geel...Grijs...Bleek...Bleek... Amarillo, gris, pálido, pálido. Por la puerta brota ebrio. El cigarro y su lenguaje humeante. Hostia dialéctica de clavo. Madera con bota y batas.
Cigar...Cigarre...Autum...Automne. Por la puerta cavernas. Por la caverna cuernos. Por los cuernos cueros. Por los cueros cuervos. ¡Oh!. ¡Qué mujer!.
Canción de otoño. ¡Canzone autunno!. Brota por su lenguaje. Ondulante hostia para el clavo. Especie, dolor y paladar. Remedio de muelas y palabras. ¡Movimientos vertebrales!.
Zigarre herbst... ¡Cigarro de otoño!. Brota y brota abriéndose. La puerta dialéctica olvidada. ¡Ven... Vamos... Leones y reptiles!. Senda sinuosa de ardilla.
¡Las palabras y el humo bailan!. Charruto outono. Sigaro autunno. Gran cigarro.Mujer de otoño. Lenguaje perdido y esfumado. ¡El canto ya ebrio brota!. Y se fue. Se fue.¡Con el otoño!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Deliberada tragedia
Ella cantaba bajo el aaguaa de un recuerdo. Colmenas de guitarras dibujaban una nube En los barcos de pocas nueces Arropando la raíz de cada ccamaa.
A lo lejos la nieve de la nnochee. Saltaba clavos y violines. ¡Flamas aceradas!. Timones temerarios, limones ssecoss. Y una rueda fresa dulce.
Más acá los labios de una tarde. Desgranaban los números oocultoss. Con la luz salvaje por el rríoo. Un lirio duro, clavel dorado y destemplado.
Tantos eran los tambores blandos Y las esmeraldas en los pisos ¡Ranas de pecho, gatos escondidos! ladrillos incansables y niños fríos...
No hay remedio. ¡El hhogarr está vacío!. La vieja luz teje laberintos. El plato tiembla plato y techo. ¡Solo moluscos arañan las arenas!.
Por esos andamios la saliva aahogaa. Y gritan las corolas rumores de velero. Chimeneas de plomos caños. ¡La vvozz de los volcanes se ha perdido!.
Luego, luego, la cadena gana biombos. Y las retinas desayunan alfileres. Hay talcos de trigo y plazas ahorcadas. Y el carbón de libertad ppadecee náuseas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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