Morbosa mordaza...
En Fer Misa. ¡Excusa!.
-Scusa, entschuldigung, excuse-
Si En la fortaleza Con firmeza La fiereza. ¡Fuera del hallazgo hartazgo!. Sin pronunciar palabra, frente al ave huidiza, cuyos ojos, son como tizones pies, de pus de paz de vil fantástico trombón con encendidos, pelajes que queman hasta el fondo, de la época de la patraña.
¡Rareza de la ranura!. ¡Rampa rapaz!.
Ésto y más, sentado, adivinaba, el fantasma espantado, salada cobra con la cabeza reclinada, en el aterciopelado reprender a las rendijas, con el forro del cojín, acariciando arpas, por la luz del abedul, avestruz de la noble lámpara, en el forro jarro fácil, del terciopelo sin violetas, acariciando una carroza, por la luz del áspid, de la lámpara dentífrica. ¡Qué ya no oprimiría, ¡ay!, nunca más! Ninguna vieja pesadilla, ni exagerar, aligerar, fingir, surgir del presagiar.
Entonces pareció que el aire, se tornaba más denso, perfumado, invisible incensario, meciendo y danzando, entre cuyas pisadas, tintineaban alfombradas.
La loción incinerada. La crema crepuscular. La certidumbre. Pro Fe Sando. ¡Opfer, vittima, victim, vítima!.
Y el jamás dijo: "Nunca más."
Arrojando. Amplificadores, por la tempestad, heterodina, invasión a este refugio, desolado e impávido, circuito cromosómico, a esta desértica tierra encantada, de magneto permanente. De excitación extraña, hechizado, por el amor al horror, millonario, y multiplicado vidrio audible, espiral mortal, del mundo, ahora inmundo, mañana, inframundo, por el tóxico espejear. de las parabólicas enriquecidas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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