HAY QUE SER CANGREJO
Lenguaje, viaje y paisaje.
Sin pasaje cangrejo.
Con ánimo submarino, submarino.
Al acuoso medio y de labios medios.
Buscar los remedios y de viaje.
Un retorno, un profundo, un Caos.
El paisaje, dolor placentero y lácteo.
Como la vía, savia sabiduría interior.
Del árbol con la luz entre ojos.
Hojas del campestre tronco, con un sin yo.
¡Cangrejo!...¡Cangrejo!. Ánimo y desánimo.
El viaje de entrada y salida sin saliva.
Continuo regreso carnal y progreso,
en fanal de auto erguido,
espada, caverna, escudo y erótico pico.
Un paisaje sin lenguaje.
Un pasaje sin yo de regreso.
Y con submarino trepando al cielo.
Anhelo en la palabra...¡Luz, Luz!.
Y en la caída el Caos es más obscuro.
Al océano de retorno, sobre un tronco.
El cangrejo como un árbol hojeando.
Cada pupila, cada letra, cada destino.
Y con el tino, una victoria, una derrota.
¡Camino de retorno...De retorno!
Un regreso por el sueño del cangrejo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez