De pecho amarillo, crema del América, desde muy chiquillo ha tocado esférica.
En campos de seda se vistió de frac, con total entrega, verdadero crack.
Fue un Ocho de Diez que dio puntapiés al balón sagrado, está consagrado.
Táctico del juego planteó a Dios un ruego, sudar su excelencia, su elixir, su esencia.
Derramó la clase, finura, talento, con brillo se nace, tremendo portento.
“El Gran Chaparral”, Líder, Mariscal, Cacique del centro, la diestra su cetro.
Rey del tiro libre de larga distancia, bárbaro calibre, en red su fragancia.
Pirul, Pirulete, el central ariete, “rabona” sin mancha, ¡gol de media cancha!
Ombligo en estadio, mágico el canario voló con entrega, no tuvo barrera.
Del cielo sus dones, sus metas, pasiones, campeón de campeones, trofeos de ilusiones.
Aprendió con Roca, discípulo y genio, su alma con broca pulió con ingenio.
Luego, el jugador vuelto entrenador, por el pasto verde vida casi pierde.
Infarto frustrado, corazón aliado da al divo Reinoso su hálito glorioso.
Excelente humano, devoto cristiano, del fut caballero es siempre el primero.
Chile-Mexicano, es nuestro paisano de doble faceta, atleta . . . poeta.
Su madre imperdible de las manos tibias, oda, imagen plausible, de penas te alivias.
El futbol jugando, luego, “reír llorando” como aquel Garrid su amigo adalid.
Estando en pantalla no sabe de falla, su crítica es sana retórica humana.
Ideas, sus conceptos, no entienden ineptos, dedos a la boca que no se equivoca.
Nunca cerrará su gloria, trayectoria, ni su historia, la leyenda vuelve al nido, ¡Maestro muy bienvenido!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda. México, D. F., a 29 de abril del 2009 Reg. SEP Indautor No. 03-2009-061613310400-14
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