Poemas :  Sextante sangrante
SEXTANTE SANGRANTE

Mi espíritu
no sucumbió, dejaré que el verbo, exento, esté lejos
del enfrentado caos. ¡Cuánto ardor ha sofocado!
Ni agotaron, la intuición de otras moradas.
Ni la razón… ¡Cuánta mirada ha trastocado, de horrenda, en bella!.

De fatales conjunciones.
Los ríos y los mares nos recorren y celebran su gloria en la sangre.
Claro el pulso que no yerra. Las palabras absorben,
en el corazón ardiente del enamorado,
sangre, las manos al firmamento,
sudor, en el corazón arisco y duro,
y lágrimas, nubes, sueños, sal y azúcar.

En libertad, en cadenas, espinas, desplegadas,
de máscara y amargura, algodón y pasados pesados.
No hay sueño, al sufrir sentimos las chispas de un fulgor.
Música y lengua, muchos lo habrán hecho, alimento. ¡Cuánta clemencia ha encendido
que no sean… Su luz en el misterio!.

Los árboles
son un racimo de huesos que maduran los ríos.
Y los mares recorren y celebran verdosa gloria en la sangre. He dicho superficie.
Vuelve atrás.
He escrito,
la palabra palabras y son arrojadas a la basura.
Ya no compuesto hablar, ya no que aspire
a laurel docto, estoy tratando de decirte algo
o a la sagrada musa, que no acierta a
verse ni a decirse.
Al amar antes de haber llegado a estas líneas.
Detente. Camina. Duerme. Piénsalo. Piénsatelo.
Palabras de usar y tirar. Callar, ignorar, esperar.

Entonces. Digo:
Fuerza e impotencia. Tú sabes lo que es,
metamorfosis, repetición informe, amalgama,
la impotencia, a buen seguro,
de múltiples colores, invisible,
alguna vez.

Tal vez muchas,
otras más, otras
menos,
la habrás sentido.
Palabras de usar y tirar.
Las dejo que me arrullen, con el alba,
gris, roja, amarillenta, como pañuelos de papel. Hombres de usar y tirar,
a menos,
que el pecho su rigor suspire, esa es su eternidad, su victoria, su polvo y agua encarnada sin tiempo.
Mándalo, ¡oh Musa!, Amor, que en mí rehúsa.
Luego, abro al libro azul con líneas rojas,
y las diseco, desnudando perfumes y miel,
allí como si fueran arcoiris, lechugas y
pensamientos o blancas sonrisas y rosas mariposas.

Está
marcado para
la búsqueda incesante,
le obligará a colgar.
Piel y hueso,
más de una fe
en el perchero,
junto al teléfono.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Exceso escaso
EXCESO ESCASO

Embriagada la muerte la vida deseaba,
delgada, triste y vagando por la noche.
La incógnita la sombra la espina espera,
donde sólo el horizonte estallaba libre.

¡No!. La torre ha perdido la quietud,
antigua, en cada espuela, sin rodillas.
No nació esquiva, ni falsa, ni endeble,
y en sus caderas, las cadenas dulcifica.

¡Ven, mira y no calles!.
En la boca está el cristal muerto,
por el carácter indomable frío,
por el cráter insensible convertido.

Escucha el eco ahumado sin miedo,
al viento resplandeciente del ayer,
del crepúsculo que florece y revive,
y mueve la fragua fiera fiel fogosa.

Por el duro trigo que avena alfalfa,
por el cuervo cable curvo ciervo,
al final de la asustada limonada,
al sabueso que lluvia regio cobre.

Nadie desnuda al nudo espejo,
ni a la tarde gramo a gramo lima,
en las ramas del verano en una rana,
con la evidencia temerosa del crótalo.

Porque han huido las aguas minerales,
del papel descalzo del rumiante,
en el ocaso de la oca sin casa,
y el seso escaso de sordidez brumosa.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  RECUERDA
RECUERDA
Autor: Shamsuddin Hafiz
Persia 1315-1390


Desde joven mostró inclinación por la literatura, dedicándose al estudio de la mística, la teología y la poesía.
Su obra contiene diversas formas poéticas, muy especialmente en el arte del ghazal (poema amoroso corto), diseñado para ser cantado.
En sus versos está presente su anhelo por el vino, considerado por él como el éxtasis místico que permite alcanzar el perfume de la Verdad, y
apreciación de la belleza terrena partiendo de la idea de que de la oscuridad nace la luz.
Este es versión de: Carmen Liaño. De "El despertar del amor"
Editorial Sufi 2ª Edición 2003


Recuerda

El día de amistad en que nos encontramos, recuerda;
Recuerda los días de fervoroso quebranto,
Recuerda.
El dolor en mi paladar es como veneno amargo:
El grito en nuestras fiestas: «¡Que sea grato!»,
Recuerda.
Puede que se hayan olvidado mis amigos;
Pero yo miles de veces ese gentío
Recuerdo.
Y ahora, por la cadena de la desgracia atado,
A los que agradecidos mi bien buscaron
Recuerdo.
Aunque mil ríos de mis ojos surjan,
Yo, Zindarud, que los jardineros cuidan
Recuerdo.
Y aplastado por inconsolable dolor,
Los que trajeron solaz a mi aflicción
Recuerdo.
No saldrán más secretos de los labios de Hafiz:
A los que los guardaron, ay de mí,
Recuerdo.

Interesantes referencias:

https://es.wikipedia.org/wiki/Hafez_de_Shiraz
https://www.youtube.com/watch?v=Kl4UFQDQKa8
Poeta

Poemas de esperanza :  Cadenas
Hay cadenas que te encierran, hay cadenas que liberan
Eslabones de la vida que te dejan sin sentido, caminando
Por caminos que dibujan tus destinos, son de hierro, de madera
Pero iguales por dentro y por fuera, van rompiendo libertades
Van soltado tus encierros, son cadenas que te entierran, que te sacan
De las tumbas, son cadenas que liberan, encadenando tus sistemas
Son atajos que te llevan, a preguntas sin respuesta, son dilemas
Que te buscan, son dilemas que te encuentran, son cadenas sin candados
Que te ponen en tus manos, son cadenas que has cortado, eslabones
Del pasado que has pisado y olvidado, son cadenas que te llevan
A mundos distantes, donde no existe, el olvido, el rencor, ni los cobardes.


Por Conrado Augusto Sehmsdorf (Kurt)


[img width=300]https://www.catalunyapress.es/imagenes/encadenado.JPG[/img]
Poeta

Poemas :  Retiembla porqué
RETIEMBLA PORQUÉ

El eco del silencio desteje cada ausencia,
por el insomnio de aquella almohada,
que a las piedras cobija con el río,
donde descansa el olvido,
donde dispersa la niebla.

El sudor endurecido bebe uñas rotas,
por ofrecer a los gusanos auroras,
que a los pantanos tiñe sonoros,
donde el crepúsculo se enreda,
donde el corpúsculo se envicia.

El mar siembra sombras angustiadas,
por el hambre de aquellas cucharas,
que a las montañas adormece,
donde congela la flama,
donde camina el sepulcro.

El espejo sueña su transparencia,
por verter a las perlas puercos,
que a las nubes anudan cadenas,
donde la escalera se muere,
donde la escarcha se muerde.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Aire funesto
Aire funesto

Fue cuando el destino se vistió,
de libertad disfrazado,
entre cadenas danzando espinosas,
entre las puertas sangrantes.
¡Migajas del hielo quemado!.

Aire funesto.
Por la idea fundamental,
de la contracción-extracción-concebida,
que no solo es desacuerdo endulzado,
por las masas rígidas que actúan solas.

Por el tiempo de corbatas insensibles,
por las nubes de sillas robadas raudo,
al falso suelo sobrio insalubre cumbre,
pobre alambre estambre raigambre de...
¡Desnudares desnudo el desencanto descubierto!.

Aire funesto.
Como topes ante la presión del listón,
de las masas de litosfera cratógena,
que siálica engendra plegamientos,
en la sangre afrentosa silenciosa.

Con la fuerza de la sombra.
Con el engaño de la espuma,
de la orgiástica servidumbre,
del banquete de los horrores triunfante.
¡Súbdito del invasor descarnado!.

Aire funesto.
En el estruendo furibundo uncido,
en el día del adiós de la esperanza,
ingenua del cielo manchado,
por la injusta memoria eminente.

Pétalo del perfume inclemente,
mudable y miserable y detestable,
cabizbajo el sombrero espuela pleno,
el camino viajero ataúd inocente.
¡Ternura que baña que lanza que muere!.

Aire funesto.
De las hojas fanáticas de otoño,
del invierno destilando mieles fuegos,
en la punta sonrosada de los sueños,
de los párpados de un hueso.

En la humilde trinchera del humo,
del inseparable reposo de la brisa,
donde guarda el caracol al mar,
en una gota de silencio seco,
en una voz arrastrada por la inercia.

Aire funesto.
De las pestañas de un hueco,
de las uñas de un cabello,
contemplando el embeleso de una flama.
¡Adoradora de la ceniza!.

Renace rebaño reblandecido,
tierno de alabanzas codiciosas,
y ambiciosas mariposas rubicundas,
por los labios de los instintos ocultos,
bestiales negociantes de edenes infamantes.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Endilgar y enguirnaldar
ENDILGAR Y ENGUIRNALDAR

Por ahí donde la playa camina
el sol
sale
al peinar
el viento la brisa la ola el cielo
por la falda
provocativa
del volcán
a lo lejos
del alma
del desierto en una gota de sed
de arena de sueño que va cayendo
de la tarde más lenta que calma
clamando claro al clavo clemencia.

Para
La
Amarilla ansiedad de la madera
a su manera
triste hambre de cuchara
encapsulada en broches de plata
con el rencor de las cadenas
en las caderas arropadas
de las calderas infaustas
y los siglos enterrados
en el polvo helado y humillado.

Por endilgar al aire las frágiles montañas.
Por enguirnaldar al agua por ser húmeda.
Por endilgar al susurro los ecos infernales.
Por enguirnaldar al epílogo por ser último.

En las caderas
dispuestas
cazadoras matutinas
del mínimo
labio insurgente
del callejón elevado
del perfume acariciado
del néctar nacarado
andando entre campanas
enterradas
por estrellas
tejedoras
de los lutos inagotable
lavandera
del destierro férreo
color de sonrisa
en la cintura
de espuma y cicuta
y otoño radiante
plantado en plata verde
cicatriz
de cobre
solitario
de mercadería iracundo
pobre lingote... Endilgando a caña y sol la nieve dura del rojo lumbre
por donde la tempestad obscura mira la usura la cábala y la droga daga
del perfume desnudo en la espesura del borde verde pavoroso en la
sonrisa del colmillo en la garra erizada del beso al escultor de huecos.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Enmohecido será
Enmohecido será

Porqué...
Del fuego el cubo sale,
recto al agua: Tibio,
laberinto circulando burbujeante,
debajo del rectángulo indispuesto,
arriba del sol vidrioso,
vieja estrella triangular,
geometría,
humana chispa humana.

El aliento en el barro, divino,
de vida plena, divinizada,
la más pequeña nube,
nodriza de la gota,
del vivirse,
en la tierra transitoria.

Lo acaricia el viento, lo cultivan,
ríos, lagos y lagunas,
y la brisa teje,
de sol a sol como relámpagos.

Atormentado estaba, como diciendo,
así callado, gestos y pasos lentos,
que aún no acaba de ser, ligera lluvia,
entre alfombras sedientas,
arenas, cadenas, casas y cementerios,
húmedos, anchos hierros. ¡Enmohecidos!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Oda a un deslave
ODA A UN DESLAVE


En la cadena clava la espina
gotas
del pasado
resbalando, con firmeza
trozos rotos
del olvido
andando
como piedras
del dormir
al despertar
abundante
tejedor de las campanas
palpando
el polvo al agua
el cabello verde
mordiendo la espuma
como dura
un minuto
de silencio... ¡Deslave, clave!.

Ante el trueno
enmudecido
entre las cosas
sudorosa
piel del sol
telarañas
de sal
inquieta
en las olas negras
del otoño
en el plumaje.
¡Sílabas pálidas!... ¡Llave, suave!.

¡Deslave árido!.
Pintando azul
al cielo
bajo
el bosque
que aplana
el fuego
que desde entonces
cambió la vida
que desprendió
de los rincones
las escaleras
abandonadas.
¡Alas libres!.
Donde se cosechan
relámpagos
en racimos
en cenizas
en anhelos... ¡Suave, llave, clave!.

¡Deslave, oh, árido deslave!.
Roja semilla
sin saberlo
la neblina
que recuerda
el vaivén
del callejón
solitario
donde danzan
los suspiros
en el pecho
que llueven
tantas plumas.
¡Aves tintas vuelos bajos!...


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Amblar ambliope
Amblar Ambliope

Del papel cegador la razón tiene la noche atrapada
en gélidos encantos de las hojas del viento.

Hablando el otoño al fondo de las piedras pardas
despertando a la izquierda del amoroso reptil.
Por la soledad que respira viajera en el veneno
musical del aroma cansado en la desnudez.

Del escritorio clamando fiebre con las aves ligeras
en los párpados del ritual que ladra curioso.
Donde las horas pasan los minutos petrificados
con el humo frenético del año que olvidó ser.

¡No, no, no, las cadenas están en calma crudas!.

Por el armario que prefiere ser ojo sin precio cerrado,
en los dedos caminantes, y la risa rebelde agria.
Leyendo al cuerpo las figuras inevitables hiedras
ante las tardes de la ingenuidad monótona.

Entre los pétalos sedientos
del rostro tibio excelso
de la mirada que quema,
y escribe de viva carne.
Porque la cama duerme bajo el tapete despierto
que persigue un alfabeto suculento inocente.

Y gritan los harapos no cantes a esa luna cabal
que en las noches intercambia las estrellas.

¡No, no, no, dibuja ni la lluvia repartida ni letrada!.

Por
El
Amblar
Ambliope
Donde
Solo
Los
Pájaros
Cuelgan
Los
Picos
Escarpados.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta