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Fortificante solo
En el gabinete del día de hoy, de vigilante atavío, hay un siglo ...acongojado, trabajando el barro de la herradura, en los ojos... De un árbol cada semana. ¡Fracción, fonética, informe!. Parpadeando partituras, el año... Utiliza mes a mes la mesa, formalmente, lentos, los impulsos grise., ¡Al retozar como retaco!. Un siderúrgico sermón. Utilizando Las Mejores Ventanas... Rentando a la corrupción corrugada, sensatez inquietante al fosfórico grabado, y sin la piel jugosa de la córnea.
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Fabrica. ¡La fábrica, flexible, de gramos endurecidos, lo mismo qué ayer la ceniza gozó!.
Como. Un jarabe con la natación de leche,
el flujo creador, de damas y ajedrez. Y De pié un proceso... De canicas en un balero,
arrodillando. Urnas tibias, pelotas dulces, al sombrero, fumando, nubes en una tortuga.
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Fortificante El Noble cigarro de barro córneo. ¡Qué hace del maderaje una madeja!. Como camella hermanable. ¡Argollas atricheradas!.
Fortificante. Solo.
El problema era antigua metafísica,
de un teorema infantil y onírico. En un yo, del detalle guadaña, chisporrotear.
Siendo.
¡Un simple sabor incompleto!. Dijo: De pronto. Lleva la humanidad al mismo Caos, al blando soporte, blanco, lleno y rojo, de los anaranjados limones tristes. Alegres, vendiendo cristales de botica, al principio. ¡Trescientos plásticos sacaron sentimentales murallas!. Los conceptos desgranando, los conejos dudosos, los cangrejos sentados, los caminos del musgo. ¡Lenteja lentitud legible!.
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¿Pero, fortificante sólo?___ Lo decía. El flébil fósil. Con el miedo telescópico en el trópico. ¡Sintiendo zafio cualquier yusión!. En la patente De la paja Un párpado.
De madera relampaguean paralíticos los dientes,
del tigre tierno, en las sienes, de las montañas, dobles al azar, de los corazones en la pizarra pintados, y la lengua de ámbar como huella de ra tones amarillos ya, que va, en las muñecas de
cera. ¡Acero!. Bajo la cerámica de invernaderos, en la boca perdida del espejo, que ignora ser de los vacíos simple reflejo, y pensando entre nidos los delfines, que creía ver volar. ¡Solo fuerza!.
La fuerza omnipotente de los metálicos horrores.
Y Luego. ¡La lira de las litisexpensas!. Saliente salina sanguijuela. ¡Aquél panteón fue invadido del consuelo!.
Repostero réprobo reproche. ¡Aquél desgarrado y meridiano sótano Luego.
La envidia tenue en la cabeza, blanda.
La mayor parte, antes la destilaba. Brotes brumas bruces.
El piso helado, del cabello asombrado. El exuberante grito bajo la puerta. Solo.
¡¿¡¿?!?!
¡Solo, fuerte, muy fortificante para el silencio!.
Del pauperismo. Paulatino. Del hermano, al expoliarlo, la coacción.
¡Bandolerismo de bandurria!. Más y más.
¡Más, en la chimenea se ocultan,
las cenizas del gigantesco, tiempo, cayendo cascabeles,
de las hojas, hijos de la nieve. Cónicos. Al descollar desembarcando,
las incurables columnas, atravesando peces un ombligo generoso.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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INFESTADAS ARPAS
Numerosas y pequeñas, Las esferas ortopédicas, En la piel oxidada. ¡Siguen, siguen, siguen!.
La geográfica mordedura. Y Entre partículas, de letras en miniaturas, corren tintos minotauros, empero. ¡Entra la brisa imaginable!. ¡A través del sin embargo!.
Al salero de peltre cubriendo, al fondo desenroscada noche. ¡Centauro!. Miniatura sin esfuerzo. ¿Será acaso?. Cuando la memoria largo se hincha. ¿Será acaso?. Un suspiro vanguardista.
¡Equilibrista, inesperado, mármol, bueno!. ¡Verdaderas multitudes madreperlas!. Con aquella___¡Angulosa disertación!.
¡Das arpas infesta!. Con todo, el mediomuerto. Lentas, son, las gotas del rugido, ¡Al remordimiento que frenético se aleja!. Y Del balcón, al desafiar la vida. Y Del tierno ciclón, al respirar. ¡La parcela llena de llagas!.
Ar Pas Das In Festa Das.
En El capítulo de leche, fresca, pelviana. ¡Cuadrado al fondo!. El Jeroglífico ¡Consuelo qué alarga la bajeza!. Al fulgor perverso del qué cuelga.
Infesta. Al pié de indigencia Ar Pas ¡De la ignominia!. Das ¡Al triangular, el círculo afilando!. El ombligo de la córnea. Y al odio del ámbar.¡El granito!. Fulminando al mango.
¡Pasinfesta Dasar!.
Con abejas. Con el desastre ilimitado. Con todo el regreso de la cloaca. En el vientre abierto. ¡De la ciencia del engaño!. Y El arpón artero, aullando.
Con La fuerza, del gigante, carcomido. Y La isla en el bolsillo. Las tentaciones de las trenzas, trazas. ¡Al morirse las joyas sin precio!. El camino escabroso de la terraza. Y Depositando la inocencia en ataúdes.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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