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Tal vez como antes, ahora también, Tengamos que dejar el amor ahogarse, Una vez más debemos separarnos, Porque nada feliz fue nuestro encuentro. Sin embargo el amor, presente siempre Estuvo, cuando conversamos, cuando Nos reímos, cuando nos miramos y Cuando nos tocamos... nos estremecimos. Entre nosotros no hay final ni olvido; Sin reconciliarnos, otra vez nos alejamos. Pero me queda la alegría de haber puesto El brillo del amor en tus ojos, nuevamente. Delalma 21/10/2020
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Poeta
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Ojos brillantes, golpeame con tu luz, llevando las barras, y luego me dejo ir, dejar ir para cualquier persona.
Llevame, tira mi corazón, y consigueme uno nuevo, un corazón sincero.
Tus ojos brillantes, tu mirada fulminante, deseas más de lo normal, deseas todo.
Eres algo codiciosa, deseas más de lo normal, tienes ese brillo en los ojos, eres una mujer de ojos brillantes.
Erick R. R. Torres ( Ángel Negro )
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Poeta
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NATURALMENTE...
Natural Mente.. Mira el verde brillo de los campos azules los cielos en las retinas de la primera esperanza en la suerte bondadosa qué naturalmente mueve al sol en su cielo azul en su amarillo en la dulzura del agua del viento en la tierra del corazón de la vida de las hojas escritas del árbol viviente ramas raíces y frutos en la memoria guardados en el futuro qué aguarda el verde brillar de la esmeralda al diamante... ¡Encarnado!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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C.L.A.R.E.C.E.R.
Cu Rio Seo Del brillo obscuro. ¡Interpelación del cabellero!. ¿Albar acaso al sol de ocaso?. Encuesta profunda inclinación. ¡Cuestión de enfoque, cuestión de enfoque!. La ceguera desayuna obesa. Con Toda La evidencia. ¡Por el aire qué se respira!. Por ¡Dónde la nada fluye a torrentes!. De Lo Tanto... Tanto... ¡De lo tanto musmusitar!. Casi Casi simiesco el ámbito en la anécdota. ¿Clarecer?. ¡Sí!.¿Para quién, dónde, cuándo?. Solo veo, al estar discerniendo la criba. Por el acierto, concierto, desconcierto. ¡De aquéllo qué discerniría simple recua!. Porqué... Asimilada a lo lejos, una polémica huye. Para poder vivir. ¡Mientras algo le quede de aliento!. Ya sabe___Por lo desigual, aquéllo que un primate acoge. ¿Clarecer?___Aún me lo pregunto cuando dejo de serlo. ¡Encefaleando mis palpitares!. Y Veo. ¡Casi ciego hogaño!. La presencia del ojo al disfrazar. Eso del rígido pulsar sobreviviendo. Y dices, digo, tal vez sí, no lo sé. ¿O sí?. ¡Una dimensión. De otro clarecer. Indefinido!. Porqué... La corriente es afín al gorro. ¡Y ahora, sí!. ¡Vamos a requiempezar!. Vamos, vamos. Del claustro vigilante añejo. De la simulación cosmopolita. Porqué... La catarata es señal inesperada. ¡En toda su acuosidad oftálmica!. ¿Clarecer?. En las calles.El discurso, del abandonar ocultando, el plato pidiendo sopa, la cuchara llena de hambre, la conciencia perdida, entre sus huesos, y sin saber con que al honor se fuma, menos que nunca mucho. Tal vez. Habré discernido un poco. Tal vez. ¡Un mucho de lo qué discierne cualquier oruga!. De aquéllo del bisbisear. En la dramática multitud estática. ¡Por el rechazo del torbellino al sentarse!. ¡Por lo tímido del impulsar al viento!. ¡Hogaño, sí, hogaño, vamos a requiempezar!. Con toda la dimensión del inútil polo ¡Del potaje de lóbrega robustez! Musmusitar, a veces, musmusitar. En éste clarecer. De la progresiva eliminación peculiar. ¡Por la distinta sensibilidad del saxofón!. ¡Por la cadena marginación encadenada!. Libre, libre...¡Ahora esta desencadenada!. En las paredes demasiado desnudas. Entre las camas dormidas solamente. Entre los futuros olvidados pensé que pensaba.Y Por Haber ¡Quedado!. En el clarecer. En el cogimeditambular.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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Historia ocular
Historia Ocular de ceguera completa Erupción de disculpas Al desvirtuarse vidriosos Al recrudecer las campanas. El crepúsculo tejido El jinete torvo Pantanoso Parpadeo.
Cuando el hielo y los dientes se juntan con hambrientos ojos son crueles de escarcha cubiertos, dónde se derriban árboles, y se pesca hierba, qué se ha de ir a buscar dónde el vino y el té son iguales, al hollín de seda, abiertos a la ribera de brocados diferentes, a la lluvia, todo el año, dónde el arco caza salvaje, el agua desnuda, de ojos azules, la escritura oscurece, qué, ya no leen, ni el sudor de izquierda ni derecha, de la frente arrugada de la noche delgada y el ojo está encerrado en una lámpara velada, en un triángulo. Donde el brillo y el grillo se entremezclan, cantando, y hay un rectángulo de idéntico color, que sostiene otro triángulo donde una flauta suspira...Historia ocular, de ceguera completa.
Erupción de disculpas Al desvirtuarse vidriosos Al recrudecer las campanas.
El crepúsculo tejido El jinete torvo Pantanoso Parpadeo. Y lo dices ¡Cómo el sueño de otras noches de limpias aguas!. Y lo dices ¡Cómo el crisantemo qué deshoja la maceta núbil!. Y lo dices ¡Cómo el invierno al estirar las piernas dormidas!.
Por el ojo enrojecido a velocidad reducida. Y del rostro mastica fragmentos de sueño, de tardes usadas, mastica la paja girando en el patio lo qué podría ser dientes de sol dientes cargados de sueño, de tardes usadas, de colchas de hierro de argollas de jarros.
El ojo para disipar mil penas, regresa a sus fuentes, ¡Al río de corazones sedientos! Y Se Toma todo párpado, pestaña y enretina las mañanas del sol de mañana...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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