CANCION LIGERA
Si acongoja un dolor a los humildes o si miran un valle, un monte, un mar, dicen tal vez: ¡Dichosos los poetas porque todo lo pueden expresar!
¡Ah! pero en el misterio en que vivimos la cotidiana y múltiple emoción, como no encuentre un ritmo que la cante, se ahoga en el sepulto corazón.
Y están sin voz, el oro de los trigos, el son del viento en pugna con el mar, la luz que brilla el grito que se apaga y el llanto de la noche, en el palmar.
Y está sin voz, perennemente mudos, sin quien venga su espíritu a decir, el sol, la brizna, el niño y el terrible prodigio del nacer y del morir.
Y nosotros, los míseros poetas, temblando ante los vértigos del mar, vemos la inesperada maravilla y tan sólo podemos suspirar!
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Poeta
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