La caja espera
Espera la manzana su durazno la cereza.
En la certeza de la caja la fruta.
La caja, la caja espera, la ceniza de las hojas.
Como se quedaron las lunas en las lagunas.
¡Lunares!.
Los ínfimos arbustos de las orugas.
¡Tortugas!.
Se quedaron las arañas en los vidrios.
¡Lirios!.
Los siglos en las pezuñas del pingüino.
Espera, espera. ¡No, no!. Es manzana.
Lo prohibido del pescado la cereza.
El durazno en la certeza de la caja.
Espera, espera. ¡Sí, sí!. La ceniza.
Ya es el tiempo de las puertas voces,
de caminar en el hilo y la raíz dura,
de atrapar los ganchos del desfile,
en la manga, magna, del pino tenso. ¡El mango!.
Ya es la corbata desteñido eclipse,
de alfabeto avispas y rendijas vegetales,
de maderas impasibles y parejas ortigas,
en la danza del espejo sabio. ¡Lo sabía!.
La caja, la caja espera.
De las frutas, la ceniza como el fuego.
¡Juego jugo del destino!.
Como se quedó la rueda en los números parada.
Y los duraznos en caudales agudos.
Como se quedó la tuna en los pájaros espina,
y los años en los corderos de plomo.
¡Ah!__ Si hubiera sido su ceniza.
En la caja de la fruta.
En la manzana del pescado.
Como el brazo sin rodillas y lejano el coro.
No, no, la vela no tiene muletas.
Y el veneno, malherido agrupa.
La tormenta funeraria del mañana.
¡Ah!___Si hubiera sido solo ceniza.
En los hogares sonámbulos.
En los sillones mandrágoras.
En las cajas venenos.
En las mañanas infiernos.
¡Solo cenizas que la caja espere!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez