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Mis botas de potro sobo Con la grasa de las ruedas Yo soy gaucho aunque no puedas Entender mi sentimiento Mi mama fue como el viento P'al indio solo monedas
Por Conrado Augusto Sehmsdorf
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Poeta
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CICLÓPEO CONJETURAR (Neosurrealista) Fue allá donde comieron las alas fieles entre las olas las montañas. Allí las botas dibujan el miedo del cartón. Los esperados borradores del venado en flama de corta falda. Y anuncia al hueso de la última lechuga. Como úlceras de la madera milenaria, del fuego y la ignominia, Espejo parabólico, espintariscopio, fluorescencia, que habita en los suburbios calcáreos de la memoria. Los pájaros son una despedida, árbol, antigua voz del arte, en la insegura sombra de la suerte, la memoria se llena de caminos, lágrimas recorriendo la monotonía de tejados y alamedas. He reconocido con sorpresa y piedad, la permeabilidad, del peróxido, del frío sonámbulo, en una tregua, donde reconstruyo con extrañeza, paludrina, usadas moscas de clorofila, quimiurgia, como medalla, en cualquier ojo. ¡Resonancia termoquímica!. Llenas las escaleras de inquietos féretros, van sembrando gotas en el océano el verde, de noche sin desesperación sigue verde, tan verde como rojo y azul es el blanco. Ya defendía lo muerto de su propio ruido, de las ruinas, Factoriales fallas en fermentación, fauna del halógeno, que desde que se escribe, son remotas, pesadillas del magneto. Mira cómo se acerca hasta la cama: Viste de gris con herencias sigilosas, de uno el tres hasta el nueve, que solía fabricar, seda viscosa y sepsis, ¿Dime si puedes, en qué piedra, por favor en qué ayer?. Nadie me dijo que comenzarían, con cáustico caucho, hoy, con roca plutónica, los siglos de la noche. Entre lunes delgados, flautas para jurar que el pobre corazón, De gravedad específica, gime en campos luminosos. Debemos escucharle al bosque su nada, que importó nada. Pero cualquier capítulo lo tengo, en rayos beta rojos. En la tierra misma, que entre ellos forma un nicho, de meteoritos con su metabolismo, a los aires y lluvias resguardando, del huracán de huesos, que la naturaleza, por capricho, fabricó en un terreno muy quebrado. Ya minado en letras. Ríe, salta, corre, vuela, bebe y olvida. Al triángulo dinámico. De los cobardes, letal veneno, con dulces esperanzas, puesto que al vivir todo es un poco rosa, zorro hambriento y colorado. Un hombre hecho y deshecho os habla. Del alivio suelto en un ciprés. Porque distinto soy, cada año, en alguna cosa, arena ruda, y a los pinos taciturnos veo con ósmosis y ozono, Mientras las cortinas decoran los caminos prohibidos, que se han cruzado de brazos en un teorema. Porque llevamos el paraíso, una cadena, con voz de eternidad, de vértebras de vidrio, esponja y espora, y de allá llama. Del más allá, con su daguerrotipo invencible. Porque le duele, inmensamente, al corazón divino, la soledad más mínima.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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COSECHANDO CAMÁNDULA
He sacado ese sueño de la cama, con la espada del bosquejo, del bostezar del almohadón, que prepara la sombra al sombrero, y los botones al bote del lago, y las botas a los brotes más largos, que protegen al sol del agujero, del alfiler del almidón del alfil, con la espuma del boceto, he soñado sacar esa cama dormida...
Cosechando, oye, oye. ¡Oye lo que no ha pasado!. Sembrando, palpa, palpa. ¡Palpa lo que sí ha pasado! Cosechando. Cosechando. Camándula tras camándula...
Ve lo que nadie ve... ¡Sonriendo!. Ni aplaude sin sueldo rastrero. Ni espera que le pase lo mismo. Cuando la tarde se fue quedando, como la cuchara come la sopa, y sopla cuando enciende el hambre, al agua del alma ahogada, en los versos. En la duda preparada, de las respuestas sin remedio del jardín, ladrón de las abejas y de miel de bala, de bolas de bastos de biombos de plomos, en las orejas de fusiles acostados acosados, en los minutejos ortejos de relojes yertos.
Por elegir pensar con la lengua. Por respirar alto con el pelo. Por caminar bajo con el pecho.
La cama del sueño me ha sacado, cosechando fabulosas pesadillas, cosechando rugosas hendiduras, al desenfrenarse la calma ardiente, al desempolvarse la muerte sonriente, camándula, camándula, camándula.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PORVENIR ESPOLEADO
Por ser del futuro una colección perdida. Por el rostro frío del puñal encendido. El eco al astro ora plata siendo oro. Donde el viento tiembla su aliento. Y se templan las aspas de la brisa.
En el trasluz castaño de promesas. Porvenir. Entre trémulas montañas sin entrañas. Espoleado. En el féretro sombrío cargado de laureles.
¡Oh, frescor soñoliento de la nieve!. ¡Oh, balas, botas, entre gotas rotas!. Los ladridos del cobre fallecen. En los lomos de las brumas. En los lobos con la espuma.
Con el rostro erubescente de dúlcido turpial. Porvenir. De arpegios donde hierven las pasiones. Espoleado. Con el son del pasodoble de la muerte.
El futuro viene con sus ecos. Por el cuello con sus fiebres. ¡Un paso que pesa que peca que opaca!. La ensordecedora plegaria del bosque. La ribera que al labriego embate.
Siendo la ilusión pesarosa rosa. Porvenir. Tambores que a la suerte imploran. Espoleado. Siendo la respuesta quejumbrosa rosa.
El futuro ha regresado engrasado. Y se encuentra en el pasado. En el deseo insondable del secreto. En el fuego que anida el hielo hilo. ¡Oh, fragua del mañana hecho agua!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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DIFUMINADO TAFILETE...
El futuro estuvo recordando anochecerse desocupando las pesadillas pasadas gris entre las botas diminutas el invernal enrejado entre los tibios ecos secos sin abrigo en los cabellos impares por el nombre de la tarde dueña que no importa a las botellas del tabaco despreciado allí por el humo recóndito ya de la mirada del viento que viste la vista rala que desnuda la ropa cultivando sequías pedestales islas momentáneas mecánicas marfiles largas púas lápidas lágrimas lastimeras lamentables pliegues plata El futuro estuvo Ingrávido sentado con el vacío anegado y las calles de amargas fiestas en un quizás sin ser y un simple tal vez recíproco y un dónde sólo palabras están entre las inquietas letras no escritas entre las mejillas de las hojas y el ojo en la cumbre del néctar peregrino y soñado en el aroma de noches lejanas y jardín núbil en la lumbre perenne del hielo y el duelo frágil Difuminado tafilete por los senderos del existirse
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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FUMADOR DE NUBES
Fumador. Cuando el mar naufraga en un cerillo. De nubes. Lleno de susurros hechos olas. De flamas. ¡Qué sumisas beben hielos!.
Fumador. En la roja tempestad que muere. De nubes. Un aire rodando por la orilla. Del instante destrozado de las algas. En la aurora derretida del verano. Una bajo las urnas y botas. Otras, cenizas cada día. De nubes. Al después que sube culpable. ¡Fumador!.
Donde toda la muerte, parece olvidada, en la vida que no existe, en el piso que gime pies, en el viento confundido, en la muerte qué persiste, Dónde toda la vida perece despreciada.
Fumador. De los dioses hechos. Añicos infinitas veces. De nubes... Tan dóciles como monótonos, los párpados, piensan. ¡Qué piensan y sienten con cada pestaña!. En los años que pasan y pesan.
Fumador. Entre los años reapropiados del minuto. De nubes. Con la identidad larga de los gestos. Por los suelos perdidos del engaño. Dónde... Hay vicios de muerta historia. De nubes... Con los ácidos consejos de las grullas, en la calvicie de los gallos eclipsados. Y la creación opresiva del eco de nubes. ¡Del eco en su monólogo lacónico!. Fumador.
Del empobrecido tabaco desempleado. Del ennegrecido bolsillo hambriento. ¡Oh, matriz sublime de lo inmediato!. De nubes. ¡Oh, cicatriz reveladora de lo evidente!. De nubes.
Fumador, fumador, fumador. ¡Oh, sí!. Por las irreverentes gotas intocables, de las propuestas irrelevantes, en la indudable revolución del papel, en la inservible memoria del agua. ¡Lágrimas hechas del polvo!. ¡Lágrimas vendiendo ceniza!. De nubes... Sin húmedas familias. De nubes... Sin énfasis desérticas. De nubes... Sin cielos ciertos.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Contemporáneos...
Los Ángulos Vieron ¡Pasar las épocas! Donde... El tiempo largo vaga Manejando, el escote la música, De sol a sol semidesnudo, En la pareja En las culebras liebres En la laguna reflejado con la luna ¡El cuerpo al piso removiendo! Y Hablando duramente de algodones. El filo silbando, el musgo trepando... ¡Arribando! Petrificados...Contemporáneo simultáneos... Vagan, recortando los relojes deteniendo.
Cercanos Al felino de los muslos erguido Entre ¡Calendarios y diccionarios! De fieles tabletas De plegarias intenciones plagadas De presagios, entre, las paredes sinceras.
Con Tempo Ráneos. Alfando eneros de omegas y diciembres ¡Solos ala somos!. (Dicen dijeron diciendo) Como Sal a sol desnudo, con la luna Y la respiración, frunciendo el ceño, recogido, en las botas de las cejas las... Manzanas del gusano merodeaban, el filete conquistando quietecitos.
Con Tempo Ráneos...En la laguna dos tréboles, Volando cuatro páginas, ¡Dos hojas! De la vida, afilan nidos, ¡Somos ala solos!. (Dicen dijeron diciendo) Vuelos vanos y salados...
Con Tempo Ráneos Agarrando el cachete con brotes las uñas del techo enfilando los zapatos en la mano las caras hartas del cansancio las mecánicas membranas trifoliadas ¡Agarrándose, al cartucho, refritos!.
Con Tempo Ráneos... ¡Solos! Vagando por el tiempo ¡Recortado, reflejo, sin espejo! Meses, letras, hojas, nidos, nítricos, ningunos.
Quedándose, trece, tiempos sin espacio. Los Algodones, omegas y diciembres, Petrificados En Los ¡Calendarios!. Diarios desayunando ausencias.
Vagando Largo Y Recortando El tiempo, simultáneos, Como... Diaforética diafanidad en las diademas.
Un... Día...De...¡Más!. ¡Sincrónicos de apódosis!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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AL YERMAR...
Y se puso en gotas, unas botas rotas, en un buen par, de ojos, lejos, del espejo las pestañas, al fresno, fresco, un frasco. Al Yer Mar Gota a gota, levantó el coche, un gato, tan poco hidráulico, más allá el aceite, luego gasolina, bebe un rubí al frágil hombro. ¡Latón de picos, paja, la baraja!. Al Yer Mar ¿Está la venganza gimiendo cartas?. En los bermejos gusanos de fuego, interminables temblores sentados, deshilando las tristezas embalsamadas. Al Yer Mar Puso ese mismo frasco, embalsamado, luego, las botas en gotas, el aceite sepultó, al barniz en la silla desecha sin cucharas, y al olfato colgado de las ventanas mudas. Al Yer Mar La voz amarga el aire, de límpidos panteones, al rincón de arañas entre los cojines encalados, al rumor de los báquicos chicotes endiablados, al rompimiento de los deleites y broche famélico. Abun Dosa Mente Yermar con zalamería infantil las lenguas. Yermar samarugo de los topos cíclicos. ¡Desandar al mismo reflujo esculpiendo!. ¡Destruir calamitoso exterminando la consciencia!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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DESAHOGADO EL ARENAL
Alegre, silbando, el agua, se colocó, bajo el paraguas, la lluvia siempre, atormentaba grises nubes, nu...¡bes!.
Alo lejos el arenal. La calle hormigueaba flotando. Inexplicables lagos. En la taberna de cerveza. Llena de carcajadas adornadas. Silbando en los baños.
Del hilo sudoroso. El estómago se derramó. En un manojo de mañana. De algún modo metálica. ¡Empastada en siete to-mos!. Recién arrancada la montaña.
Un A Mont Aña... Araña...Años...Mañas.
Una punzada___Chasqueando___En la mitad. Incomprensible de la rodilla raspada. Del avión que anoche reía con el boleto. En la ventana con botas negras. Los muros laten-tez-caras. ¡Asaltos, embriagadores!. Aborre--Gados. Cuelgan. De las. uvas. De las. vigas.¡Agotadas de la cosecha!. Hecha Represiva. En la presa de los arroyos. En. La. Sequía de los ignotos. De. La. Cueva... Caba...Corva...Cabran. Los. Barriles beben como escarabajos. Sin agua, sin arena...¡Desahogadamente!. Al. Desierto, arenoso, diluvio, silbando, alegre.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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CIGARRO DE OTOÑO
Geel...Grijs...Bleek...Bleek... Amarillo, gris, pálido, pálido. Por la puerta brota ebrio. El cigarro y su lenguaje humeante. Hostia dialéctica de clavo. Madera con bota y batas.
Cigar...Cigarre...Autum...Automne. Por la puerta cavernas. Por la caverna cuernos. Por los cuernos cueros. Por los cueros cuervos. ¡Oh!. ¡Qué mujer!.
Canción de otoño. ¡Canzone autunno!. Brota por su lenguaje. Ondulante hostia para el clavo. Especie, dolor y paladar. Remedio de muelas y palabras. ¡Movimientos vertebrales!.
Zigarre herbst... ¡Cigarro de otoño!. Brota y brota abriéndose. La puerta dialéctica olvidada. ¡Ven... Vamos... Leones y reptiles!. Senda sinuosa de ardilla.
¡Las palabras y el humo bailan!. Charruto outono. Sigaro autunno. Gran cigarro.Mujer de otoño. Lenguaje perdido y esfumado. ¡El canto ya ebrio brota!. Y se fue. Se fue.¡Con el otoño!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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