Poemas :  Entre la Tánatodidáctica...
Entre la Tánatodidáctica...

Nadie estaba dibujando la primera nube,
y tejían hielo por los bosques, los sillones,
y los saludos.

Mil aplausos presos de los artrópodos,
nuevos ondean muertos, con minúsculos,
clavos de sol gris.
Tanto
A uno
Como
A otro
Tanto.

Ocultan la noche de la luna,
bajo la sombra de la verde mirada,
y el acuerdo del fusil, y aliento,
en el castillo del mar azucarado.


Entre
La
Tánatodidáctica.

Destilan al rojo, el celestial escombro,
las bocinas vacilantes, callando,
la verdadera sonrisa de las tumbas,
del tabaco fumando lágrimas.


Mantienen las agujas en sus semillas,
los néctares de subterráneos pieles,
en la espalda de las frutas,
ecos de doble filo, vestidos.

Tanto
A uno
Como
A otro
Tanto

Por la imaginación, retorcida del cepillo,
entre los misterios del peine,
y la falsedad anclada del estilo,
del papiro comediógrafo ágrafo.
Acalla,
el drama del prolífico patán.
¡Heredad distorsionada maldad en cada esquina!.


Entre
La
Tánatodidáctica.¡Hogaño ahoga la consciencia!


Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
Poeta

Poemas de reflexíon :  Quieto sueño
QUIETO SUEÑO

Sin el tiempo acompañante, ni la noche infinita,
los colores multisabores inmóviles juguetean.
Quieto el aire gracioso anciano, duerme y vibra.


Por la esquina que camina,
con su ritmo entre la espuma,
de sueño levanta el zapato, pariente lejano,
del rápido copo ambulante, del bar fresco,
que lanza despierta la brisa tibia,
en sus cuchillos de acero dulce,
como promete iluminar el camino,
ese que cobija al asesino mayor,
en la ciudad del silencio virtual,
cómplice de los mismos infiernos,
en las columnas del amanecer riendo.

Quieto sueño, quieto, quieto.
Sueño
Quieto, las esquinas de los vientos.


Con todas las lunas matinales del ocaso,
revoloteando en la zona lisa,
de aguda infamia,
de botellas ondulantes y de música,
que habla de sonrisas y de nácar,
celebrando los collares y cerveza,
en las noches parpadeando mil insomnios,
con la húmeda miseria, de las bocinas mudas,
en los amores que circundan el viento,
en los velos de las puertas del eco,
donde una luz se abre bajo el agua. ¡Quieto sueño!.

Escabel de escabrosidad escabullirse.
Sueña quieto escapar al sueño.
Quieto de escaldar escalofriante.
Sueño del zafarse.

Fantasmagórico escurrirse dándose vuelos paralelos,
el nublado embroma el caminar de la esquina salada,
con el ciego pescador de estrellas, la tinta sumisa corre al parque en la ciudad que los terneros dibujan tortuoso,
inocente, en grabados de una caja,
de guantes azufrosos,
en los pájaros que reparten las ventanas,
y las estrellas,
y el hueso de lana de luna, en los párpados malditos, enamorados del agua, cuando el hielo anida el alma,
por el reflejo que baña la fuente,
de la eterna muerte afilada espiral,
en la prosa pobre del espejo aterrador.

Escarapela de cómplices enjoyados,
al mismo hormiguear garrapatean,
pulverizando mil ausencias injustas. ¡Sueño quieto!.

Por el barro seca hierba, al grumo que brama,
por el pálido sabor del espacio espeso,
cargando los prejuicios del orden llano.
¡Qué de ningún modo preguntan!. Siendo evidentes,
en la geografía del cabello, de cualquier aliento,
por la suerte radical desatada, que acoge engendros, en el desmontaje verdadero,
de la mínima consciencia,
por la expresión superlativa que vocifera subterránea, que sangra las maniobras del escondite docente, que cualquier hostilidad desnuda,
la moneda cincelada.

¡Quieto sueño!.
Del inquieto insomnio.
De la exuberante aversión leucofeo.
¡Inquieto insomnio!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta