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Aprendi metáforas com meu pai. Ele só bebia café forte. E o nosso, por ser fraco, ele chamava de "mijo de barata". Até hoje eu só bebo "mijo de barata".
Ser poeta é isto: Observar as nuances da vida, e infecta-las com metáforas.
A.J. Cardiais 05.05.2017
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Poeta
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Dizem que quem tem medo de barata, sente a presença dessa .... ingrata, antes de qualquer pessoa. Mas não é um medinho à toa, é um medo incrível. Parece que uma pequena barata, (que qualquer criança mata) se transforma num monstro horrível. E tem um ator, que sente pavor. Quando vai começar a peça, o ator (o que sente pavor) grita: aqui tem uma barata!
Os outros atores ficam sem entender nada, com cara de interrogação... Aí o ator (o que sente pavor) pergunta: vocês não estão sentindo o fedor dela? (as atrizes se cheiram, cheiram uma às outras) e respondem: não! Daí o ator (o que sente pavor) diz: mas eu sinto... Ela está por aí me olhando... Só está esperado eu me descuidar para pular em cima de mim, com seu cheiro ruim.
Olhando para as atrizes e para a plateia, pergunta: vocês não sentem medo? Uma – Eu sinto, mas não é tanto. Outra – Eu sinto é nojo... (e faz cara de nojo) Outra – Eu também sinto é nojo... O ator, que sente pavor, então diz: vocês têm sorte.. Para mim barata é a morte. Se ela me tocar, o mundo vai desabar... Uma das atrizes fala: nossa, mas que tragédia... Por falar em tragédia, e a nossa peça? Quando é que começa? O ator, que sente pavor, responde: A peça... A peça... A peça é essa barata, que está me pregando uma peça! E antes que algo me aconteça, eu vou gritar, para que ela apareça: Apareça logo, sua barata fedorenta! Eu já senti sua presença!
Então alguém joga uma bola de papel no palco, e uma das atrizes grita: olhe ela aí! E todos saem correndo... A plateia não fica entendendo, mas acaba aplaudindo, em vez de vaiando.
A.J. Cardiais 10.05.2016
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Poeta
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NADA MAS AMABLE...
¡Que sea cada uno el rito rítmico ...de la era de los disfraces ...regente tierno ante todo, ...fábrica del altiplano orfebre!.
¡Que esté por el brocado viejo ...repleto de vasijas míticas ...y la creación conmigo, me dices, piramidal iguana!.
¡Nada más!.
Y no más que una doceava lagartija barrenadora, ...de veinte días, de cráteres en fiesta, ...en siesta, de sal sacrificada azúcar.
¡Nada más!.
¡Que se vuelva, creo, me dices, una fermentada fecha, de fértil abstinencia de papeles importantes del amor de las culebras, ...fruto de las orejas!.
¡Nada más!.
En barata, en oferta, y de remate, de lechuza, de canasta, de objetos liberados, y de ramas, por el ayuno de hojas secas, constelaciones, y que luego se vayan, hechos de jade en yema de huevo, sin ruegos, sin la versión completa de la marea, con la gravedad de las exigencias, por la superficie de las mentiras.
¡Nada más!.
Así se comprime. La capa membranosa. Del magnético parásito. Por las condiciones intramusculares. del método sintético.
¡Nada más!.
Abstenerse de aisladores, adherentes, enamorados del caucho, y de los que creen en los capilares, ultravioletas, en las partículas, independientes, en la ley de los reflectores.
¡Amable, amable, amablemente nada más!. Hay solo una capacidad ilimitada con la espera sublime subalterna con la frágil cualidad del Caos con la emblemática debilidad.
Y la flexible mueca. Por la saliva del guijarro tibio, un cuchillo, un rayo semidesnudo, en los dientes, y entre las sábanas, las piernas, la selva y la castigada risa, en la razón del rumor crudo, rubros arrebatados, y etéreas olas, con el poder de la desgracia, embriagadoramente amarga.
¡Solo, para la eternidad, nada más amable!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Pensar de Orión
Si El huracán enloquece Por Tener más de lo que necesita. ¿Que le queda?. ¡¿Cómo inmóvil, rueda, el raudo vacío?!.
Piensa A veces en sus rayos y truenos El viejo Huracán (Maya) En La constelación Transformado... En el más allá.
Aire en el purgatorio incapaz de defenderse del hambre y de la sed con la insatisfactoria relación maligna, incompleta, entre las cosas que dañan, la tortura del alma de cañones candorosos en los pobres cuerpos que envilecen una a una las mismas horas zurcidas y a las almas de vestuario verdadero y del poder cerrar la cera, flama, vela. Donde se afanan las cuarentenas nerviosas se retocan a los pobres de solemnidad barata vivificándolos. ¡Cómo híbridos huracanes!. De Tropical perturbación. Y atmosféricos latidos en el noble pecho humano.
Y Las nubes se dispersan En la bóveda de jade, y son cada vez menos, detrás de los horizontes, solemnes y más pobres, desapareciendo tardes, lo que ya es bastante grave, gira del regreso, débil por el suelo, que un solo hombre todo un año marcha, o una sola mujer por el día galopa, y ambos contemplen cuantas gentes van por las riquezas muriendo, sin tomar reposo aún bajo mil techos distraídos del horizonte. Híbridos, huracanados, en el hueso pisciforme.
Donde lo montes, se levantan, y suben a las cumbres escarpadas. Prisioneros de los estandartes al octavo compás inundado de rincones iluminados, pretendiendo, apresar la luna, semejantes a una corriente que pasa, por el agua pensativa, oculta entre bambúes, donde sauces silenciosos observan, los lagos donde la luna se refleja, y que salen, de este sueño que cuentas.
Y piensa, dice, sueños crea...
¡Que la ortogénesis es incontrolablemente interna, válvulas de amores, perfumados odios de sillas, y salones destrozando, platos, en las juergas de claveles, y como él, de una pierna, cojo, el rayo con el trueno, en una dirección determinada del perdido rumbo inmóvil!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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