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Quiero sentir el calor de aquel instante Adivinando quizás tu rostro con estas manos Ver en tus ojos tu alma, ser quien soy y amarte Fundiéndonos entre llamas que encendemos al besarnos…
El camino fue largo, recorrido en silencio santo Mi memoria puesta en los recuerdos que se me hacen lejanos.Quizás la timidez innata o el tiempo que ha pasado.De aquel banco de plaza de corazones abrazados.
Sólo quiero sentir que mientras mis dedos te leen, Algo que todavía no entiendo estará pasando.Y así, mientras el cuerpo mengua, mi corazón crece Celebrando estar juntos y decirte te amo.
por Conrado Augusto Sehmsdorf (Kurt)
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Poeta
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ESPEJISMO ESPECULATIVO (Neosurrealista)
De cobre lento lirio la tarde tiene grietas, con blancura de blandos tenedores, decorando las rodillas de las monedas, y desnudando la espalda de los espejos.
Y ante ello, crece la desgracia: Con la fuerza bendita del tiempo, viscoso de la cita, ya tendrá que hacer un banco de madera. Al espíritu le viene bien la espera, brumosa de la niebla, que se alza. Y así, acompañar el canto de los sembradores, dentro de un grano, glorioso goce glacial, en el mismo, discurso de la edad, como un templo de vuelos que esperan, a quién presentía, la huella que deja, otro cántaro capaz conforme. Así lo deseaba. Quería someterle y del desdén participar, por la espiga que promete, al plato que aflora, en el oro de la juventud, la amistad de otros tiempos.
El camino, en cambio, no es recto, ni sujeto va de las penas, sirve al encanto por las bridas, dolientes, nobles, como las mulas al final de las lagunas, ven al cielo, corridas, de la dicha que flaquea sin curvas.
Lleva consigo al infortunio, elevado, de llameante dicha, cuando es el alma libre y no la vence el zapato en la cocina, donde ya no sucede nada cierto a las cadenas, y tantas moscas están rondando, felices al azúcar, Y nada dicen, que ahora otro mantel no recuerde, tan alto entre mayores goces al encontrar la carne, que busca una joven, y canta con ella la piel, que la une y entrelaza como al duelo, y nada complace a los caprichos de su pecera, que vendrá a vestirse con las fábulas, de las caderas, los ojos y los gestos. ¡Hechos con helechos!.
¡Sí, sí!. La bilis es tijera de sótano, ¡Sí!. De amarfilado sótano intacto, En la tarde con la puerta bocabajo, Donde la piel cubre las almas secas.
No hubo en el camino espada traicionera, ni ceniza de flores nuevas, donde solo los espejos especulan, averigua ya quién dio, esas ganas de morir en el jardín. Cansada de cadenas y camisas, de trompetas, que dilatan al destino con silenciosos cantos. En ese abismal regocijo, de blancuras incurables, continúa, arrastra las flores falsas, y sus recuerdos, con la genealogía, entristecida y conforme siempre, con la plata, y unos azules pantalones de tres botones, con los zapatos y su lenguaje de sueño de hombre, y de su sombra ninguno sabe, del ramaje umbrío, espejismo, uno más, arriba de todas las estrellas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Galbana...Insolente
Avanza el gris por el verde de la calle bajando al cielo su amarillo grillo de una amarga noche de verano venenoso comerciante hueco haciendo ácido al otoño implacable usurero rastrero interino sobre las oleadas de las nieves muertas entre los líquenes blandos siendo desmelenados desfiladeros que destejen del dolor las pesadillas en las plumas lanas del pálido suburbio con el racismo del cemento agrietado que sabe dulce despeinando sueños por la indignación del humo viejo que dice ser único divino puro espiritosa infernal cicatería del insomnio al infiltrarse petrificando al banco por el saqueo vaticinado midiendo al resplandor cenizas de las espinas raras semillas ralas de las naranjas desayunando insectos de las guadañas marchitando inviernos de las hierbas de los libros que nada duelen al pobre analfabeto del nuevo olvido seca la arrogancia del fantasma indecoroso de los círculos escogidos de los gusanos divinos fatuos disolutos respirando platos lilas desnutridas aguas tibias despellejando al desparpajo sembrando calamidades mercantes entre los aburridos vientos temblorosos maridaje montaraz aletargado del hipócrita leyendo en la comida las míseras monedas de las hambres del alambre lumbres pantanos arteros ilustre réquiem del incauto añico frangible icono del clavo barato insolente haragán.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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UNA HISTORIA URBANA
En la ubre abre la leche. El camino. La sandalia. El jardinero. El banco. De leche. El. Niño... Llorando su camino. La vaca, el pasto, campo verde. Abre vientos. Limpia Urbes. Mejores verdes. Caminan las sandalias. Del jardinero. En el banco, verde, el niño. Llora y reza la madre. Por la leche, verde, pasto. En la ubre.
En la Urbe. La madre. Del niño. Del jardinero... Pobremente. Abriéndose, un bolsillo. ¡Nada encuentra verde!. Ni el camino su sandalia ni una vaca...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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