Cuando no había nada, no hay cielo, no hay mar, pero el espacio infinito, dentro y alrededor de mi mente.
No hay luz, no hay oscuridad, todo empieza a crearse, desde el principio.
Sin tierra ni sol, ni sonido, sólo el silencio que se encuentran, rompe el silencio con tu soplo divino.
Deja que la sangre corra por nuestras venas, deja que destino siga su curso, deja que la luz y la oscuridad, sigan su camino.
Deja que la sangre corra, a través de nuestras venas, donde el tiempo y espacio, colapsan sin descanso.
Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
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Poeta
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