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ECLIPSÁNDOSE CLEPSIDRA (Posmoderno)
Porqué… En la sidra será servida sobria. En el sótano del cíngulo vándalo. ¡Zángano círculo péndulo!.
Ahí, dónde el siempre sigue al nunca. Y la red atrapa sílabas y grietas, en el aire sabor de sombras, al lento rayo envejecido arroyo, agarrando al cansado túnel.
¿Cuánta destreza arde adrede? ¿Quién destroza verdes flamas? ¿Dónde a la tromba turban?
Aunque digan que muere sin agua, en la ruina del momento sin rostro, en el rastro del instante sin forma.
¡Vaya veleidad refrenada!. Por eso desnuda el nudo mudando, derramando destinos famélicos, con esa enorme sencillez absurda, en la sal azul del azúcar, al indómito latido del polvo.
¡Vaya, helicoidal, aboga!. Pidiendo al arbusto vasijas, que apresan insospechados luceros, en los huérfanos versos derretidos, por dónde el aroma tortura, la nube cruda del mordisco. ¡Audaz!... Desahuciada en sequía.
¡Ven, vamos, vamos!. Con la masa cándida del molde. Con la mesa cálida del roble. Por esa informe necedad nociva. Dónde tanta loanza lanza ligero. Dónde tanta tardanza taladra…
¡Ven, acata el virar curvo!. ¡Respeta la farsa falsa!. ¡Acota al desvirtuar insumiso!. ¡Rescata el sablear al timo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Referencia útil: https://es.wikipedia.org/wiki/Posmodernidad
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Poeta
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C.O.N.F.I.D.E.N.C.I.A.L.M.E.N.T.E. Moriré, más que ayer, instantáneo, en blanco, helado por el fuego, a pintar la luna; durmiendo, navegaré su altura en llamas, y atraparé al viento antes de bañarse.
Estando ausente, sin saberlo, seré vestido; pero el vacío completo me dejará quieto.
Y nada extraño, será invisible al tacto por la música, hecha de nubes, perdidas entre la ceniza, que respiro vaga por el piso de mis plantas secas sin hablar del barniz quedo.
Sólo, lleno con mi ausencia, igual al hueco dejaré escrito con silencios al techo colgando por el suelo perdido entre las hojas miles de árboles petrificados.
Y cuando, húmeda la orilla, se vea, anudada por las raíces mi memoria; Y corra, serena por el humo que llora, como mariposa de azúcar del mar despierto.
A la muerte desnuda y cruda que siempre tibia me acompaña dormida bajo la piel de mi tiempo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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F.O.R.T.U.I.T.O.
Entre la ronca tarde un gramo de hierba de cristal de río desnuda la luna en su seno como un lago en la terraza brilla próximo al membrillo... Más allá de la piel de aquella nube soñábamos estar despiertos sin luz ni sombras. De entusiasmo verde hoguera rosa noble azul De fontana dulce frescura del frontispicio al envés De ignición encarnada lozanía animosa modestia De atender con esmero al detalle compartido ¡Fortuito tal vez fortuito! Con El Silencio danzando lejos de los párpados del aire en la esfera temerosa de los huecos por el mar dormido y escondido en la cabellera de un bosque perdido...
¡Por Venus por Marte! ¡Ah, pasión obediente y sensata! ¡Oh, placer que purifica el fuego! ¡Por el compartir simultáneo! Al volcán entre las olas espumosas de lava serena y cauta de lana generosa dócil de luna satisfecha tibia de leña ensueño y cobijo del fuego ¡Sí, del fuego mismo! petrificado por ver la nieve durmiendo púrpura en las retinas de una oruga dibujando un elefante un canguro un suspiro un latido un momento prolongado un instante constante memoria y templanza Por ver al unicornio con azúcar apodíctico al terreno fértil complaciente fortín Como La miel azul preocupada por la sal... ¡Tal vez privilegio de la pureza de lo fortuito, de lo factible, de lo fantástico, de lo ferviente...!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Ecos plañideros
Entre las huellas de la palabra, no dicha por la arena, hablando el polvo, que humedece al mar su hogar, de azúcar entre los colores, de la paz obscura del hielo, en el fuego vagabundo del humo, del veneno que tirita grácil.
¡Abanicos acodados acreedores!.
En el pájaro que ladra al sol, quemando, cada flor indiferente al sabor salado, cada noche soplando al viento inmóvil, encendiendo verdes al púrpura labrado, con las huellas del otoño entre los labios. Ecos vivos, del espectro, del espejo núbil. Del disfraz de los paréntesis vendidos.
¡Befa beligerante boicoteadora!.
Mostrando el balcón halcón del rostro. Del hollín filibustero néctar de nácar, de música el perfil, y las rejas pasmadas. Emplumando arboledas y tapices, que llueven escribiendo al mármol, del instante fabricado con orugas, plenos uniformes hechos gas.
¡Cavernosa cavilosidad consuntiva!.
Ecos benignos crepúsculos magnéticos. Ecos paisaje de cereza y ópalos lacustres. Ecos en la carne de los lirios acuchillados. Ecos plañideros que fueron al futuro a quejarse. Plañideros de las nupcias del cadalso con el teatro. Plañideros de los guantes sonrientes por los dientes. Plañideros pedestales del patético patíbulo parlante.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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MANZANA DE FUEGO
En la manzana de fuego el amor, teje las nubes. Días y noches.
En el hogar de la primavera. ¡Un sueño de mil colores!.
En las dulces mariposas de piel y miel. En las raíces de las mañanas. En las hojas de la aurora. ¡La manzana teje al aire rojo!.
Tormenta del cálido viento de azúcar. Donde el dolor verde nace.
Y el tiempo amarillo guarda el otoño. En la sombra de las ilusiones perdidas.
Las estrellas construyen las tardes. Con el canto de los huertos. En el aliento de las frutas. En el desnudo de los sueños.
¡El fuego es de nácar!. El amor fabrica nubes.
En la manzana de fuego. ¡El fruto es el futuro!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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EL BUSTO
Llegó el siglo pasado, tierno, turgente con los movimientos ondulantes. Estuvo entre las verduras primaverales con el amarillo del otoño hasta la blancura invernal oculto. Cambiaba a pesar de qué el marfil no fuera original en los almacenes de abarrotes, y los gritos olvidados en lo lácteo y pulcro.
Se había labrado un espacio en la madera evitando ser reconocido: con más frecuencia silla que mesa aunque banco y mecedora no le disgustaran en el anonimato cotidiano de algunos clavos y tornillos en las pestañas.
Cada año a fin de mes adornaba un escaparate como azúcar impalpable al fondo de la dimensión del chocolate, y penetraba sutilmente en los sabores de las paletas esquivando las charolas repletas otras veces esperaba hasta el ronroneo de pumas y panteras en las manchas húmedas de una pintura.
Al cabo de algunos años, su curiosidad por el arte le invitó a la soledad e intentó cambiar aprovechando la distracción en la voz de un reloj castigado porqué los dientes se encontraban con hormigas en un plato. Pero alguien tomó la consigna de descubrir la colección de mil barriles diarios en los quesos y mantequillas sacando unos huevos de avestruz del tamaño de la única cocina al fondo de una botella en la casa de tejas, y lanzar una sonrisa desde el abismo tibio en la indolencia de un pañuelo qué dejaba sin aliento la hermosa desnudez.
Durante la falsa y fatigosa tarea de los últimos doce años en el libro de registros de los huéspedes terrestres aparecen miles, cientos de ausencias que no debían estar... A pesar del apoyo indistinto de bestiarios de las tres clases, hasta las lecciones aprendidas en la Edad Media con las directrices de ingenuidad y fantasía añejadas convenientemente.
En prevención de temblores e inundaciones huyó al centro de unas uvas entre las traiciones de todos conocidas, y respira del bronce el granito licuado... Estando por donde juegan los ecos la muerte de un piano por creer que cualquier cielo cabe dentro del más minúsculo infierno.
Cuando camino por el polvo olvidado entre los vientos recuerdo a veces qué se impacienta en su pobre mentalidad pestilente convertido en una ficha bibliográfica del peor desastre con una ardiente madeja de ancho follaje al ponerse en la ventana al acecho de los troncos con sus patitas de paje, y los anteojos de vecino dónde las miradas se pierden en la pena insondable por los largos caminos sin fe en los sueños.
___¡Porqué ningún escultor recuerda sus más férreas raíces!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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VACANTE LÁCTEA
En La Nebulosa en la vía. De las ecuaciones voluptuosas de los cosenos. En La superficie helada desfilaba un féretro. Mientras llegaban tres aires tristes. A los pies cubiertos del camino. Noches caídas al filo de una hoja. Sombreando de amarillo el paisaje.
Otoño bajo de estatura descansando. El dodecaedro resbala extasiado. En paz completa la esquina enorme. De la voz carnal de los cajones. Al peso algebráico del sueño variable. Bruscamente estremecidos palpitares. Antes enamorada conmutativa.
Con la visión sumergida interrogante. En los suspiros rectangulares. Contemplando estaba la curiosidad esquiva. Al momento magnético del cortejar. Llegó húmeda sin ser la cosecante. El tumulto del diapasón que emana. El amor a su lado en paralelo. Los cándidos rostros etiquetados de improviso. En la pasión de la curva por el cilindro.
¡Láctea la vía vacante!...Astro y cometa. Otra vez, los dedos lanzan las manos. En la mesa al hombro envuelto en fichas. Por el solemne reproche que rebotan. Los rincones sucios al derrumbarse. La indiferencia oficinista lenta. Con todo el yo que nos sepulta. Por el áspero alfiler inesperado. ¡En el tú que olvido a diario!. ¡En el hacer un relámpago grisáceo!. Por el aparador de las terrazas meciendo. ¡Quedan campaneados mil silencios!. Anegadas las ausencias ignoradas. ¡Al desdoro del afilado fondo!.
Vacante. Láctea. ¡Vía desastrada!. La superficie. Un féretro. Desfilaba. Helada.
Del cuento, desalada historia, secreta del azúcar.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Eres como la sal del mar enfurecido Provisto de la fuerza del Armagedón Que amaina las tormentas y huracanes de mi alma Devolviéndole a mí pecho la pasión
Eres sal y eres vida Eres gusto y eres mies Eres fuente de agua viva, De Ríos de azúcar pa’ beber
Quiero hacerte mío Probar la esencia de tu ser Robarte el aliento con un beso Mientras el falo descubre a su laurel
Tienes azúcar en los labios, en el cuello y en la piel Hagamos el amor esta noche Mientras el viento nos susurra al oído Y la noche nos cobija en desnudes
Vengo a entregarte mi cuerpo ingenuo Y el secreto guardado en el orbe Adornado de botones de rosas En medio del fuego que mi piel absorbe
Voy a perderme en tu aroma Entre tus brazos, tus piernas y tu sabor para enseñarte la virginidad de las selvas desconocidas en juegos de Sal y azúcar… de fuego, sexo, piel y pasión
auris de "PARA TI MÍ COLIBRÍ"
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Poeta
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Altura solitaria
Con un pedazo de muro el sol perdió, temporalidades y ganancias, en la sombra intacta de la noche, en la tierna página del tiempo.
Sol Y Alturaitaria.
En El Maduro labio de la historia, de la huella del azúcar, de la orilla del viento, del cesto miserable del hambre.
¡Allá, allá! En Sol__Y_Taria__Altura. El sol imprime un pájaro, un pez, en la nieve que florece, en los trozos del silencio, en las auroras en llamas. El sol teje la madrugada, una vez.
Antes... Del asombro subterráneo, las aves doran el abismo fácil, las máscaras de certidumbre sueñan, los tesoros aniquilados inocentes, los tesoros de párpados callados, después del fondo...¡Del vacío inerme!. Antes, de las palmeras enterradas. Con un pedazo de muro perdió el sol la noche la luna el lago tiempo historia honor, asalariando al desmán, al bosque ambulante, a las persianas abandonadas, y la sed de los relojes, detenidos en los anchos meses de indiscretos años.
¡Solitaria, altura de ultratumba!. La memoria revestida de amargura e impotencia, la siniestra y retorcida luz retrógrada. ¡Solitaria, altura escalofriante!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Denuedo incesante
El pasado escribe con la luz agonizante. La tinta en la pausa más cercana. Al replicar cuando al silencio marcha. Al dolor crucificando. Al murmullo qué se retira.
+++ Entre ellos +++ ..Ya sin nosotros.. ¡Ellos están!.
Congregando invisibles sombras. Todo lo que la escena escribe. Al hilo de la vida críptico. De las obras del destino cortas. ¡Pidiendo al tiempo siglos!.
...Bordada... ..Lluvia.. .En una gota.
Recluido en un segundo. Un minuto que la pena llora. Un orfanato en el pecho. Un techo, una casa, hogar, familia. ¡Del humo sepultado entre los días!. Del acusado culpable. Un sillón libre, libra lenguas millones. En agónica consciencia. Al libro mártir en preguntas. Enterrando al nombre en sangre.
***En la costumbre*** **Del cielo** *Siempre*
Prestando a la noche ceniza. ¡Abierta la sal, quebrada el azúcar!. Del pasado en la mano. ¡El faro del vertebral recuerdo. Al... ¡Espacio desgraciado!.
___ Esquina ___ __En el lago__ _Abierto_
Vestido en escalofrío. ¡Del alimento que la tierra devora!. ... Aquél que le observa ... ... Desatando la corteza ... :Del vacío silencio en sombras:
:::[[Matinalmente]]::: ...¡Ceporro!... __Frontispicio__
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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