En la intemperie...
El
Licor
De
Las
Autopsias autopistas asustarán a los disparos
En el espectáculo monótono de mansión suntuosa
Del hacedor de los cielos agusanados susurros
En
La
Intemperie
Entre las vertientes anónimas
la pasión extraña inesperada
el terreno esforzándose por ser vacío
el tiempo hecho de hombres neutros
el venerable asfixiar precursor ilustre
La
Intemperie
Fabrica excluyendo
Las últimas porciones honorables
La
Intemperie
Hecha esqueleto
Los disparos desparramando exigentes
En
Las
Sombras solitarias del silencio
En
Las
Paredes perdidas de la memoria
De
La
Calma suspendida de las tumbas
De
La
Imaginación enterrada del tacto
En
La
Intemperie llena de promesas y de engaños
La culpa cómplice se arrastra
El cascabel por un salario
La consciencia vendiendo
Los gusanos apretados
Los nidos incinerados
En
El
Tren
De
Los
Engaños
En los vagones de los sabores amargos
los kilómetros de las alarmas blandas
emergen impasibles de los refugios
en el coche flotando blanco el pecho
en el círculo inútil de los zapatos
la marcha mueve a las ventanas aladas
la estrecha cadera de una daga grácil
subiendo la velocidad y las alfombras
¡el fin eterno derrama brusca sangre!
En
El
Metal empapelado del pasadizo...
En la intemperie del caballo vendedor ingrato.
Los sepulcros lanzan los reproches acusadores.
Los sucesos indeclinables de las nubes secas.
Las palmeras encomiendas de las orugas tiernas.
Las ausencias expertas en el plumaje incontable.
En la intemperie de los pesares incontenibles.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez