La negra noche cubrió, la magna cúpula universal. El tiempo detuvo su andar; en aquel páramo, de no olvidar.
El aroma suspicaz de las rosas. Se mezclaba serpenteado, Entre las tenues ráfagas , De nuestro idilio atormentado.
nuestro tremor muscular, descolgaba la pasión. Guardando sin mesura, las pocas gotas de razón.
nos cubrió la burbuja de la ansiedad y el silencio sin aire, sin viento solo tu en mi asiento.
Y yo navegando en el placer, Estrellado, de nuestra Burbuja, de amor anhelado.
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Poeta
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