“Salido de un cuento de hadas, de leyendas . . . endiosadas.” El Oro se engalanó, de “art nouveau” se vistió de cabeza hasta los pies en mil novecientos diez.
Venturoso dos de octubre, fortaleza puertas abre edificación fastuosa, imponente, majestuosa.
Arquitecto, harto devoto, Señor Roberto Cravioto le puso al pueblo el encanto, diseñó . . . mágico manto.
Época de Don Porfirio antes de irse p’al exilio, se inauguró magna obra en que la belleza . . . sobra.
Palacio Municipal de El Oro, pueblo principal, contigo viajo a un pasado de clase, de arte olvidado.
Fachada, ¡qué ventanales!, puertas, paso a los umbrales del estilo más soñado, de aquel buen gusto añorado.
Arcos, mural tan lujoso, pincel de un pintor que gozo, ¡bravo! Manuel de Rugama la historia, así, se amalgama.
Los versos se me hacen nudo, luces campana, un escudo, bóveda muy catalana que, a los techos, engalana.
Dignos de añejos castillos tus dos rojizos barquillos que reposan boca abajo, Cristo bendito los trajo.
Sus picos rasgan la nube blanca, de algodón, querube, de mi mente no te alejas miro de lejos las tejas.
Te ves lindo entre montañas testigos de tus hazañas; Palacio sutil, cordial, de nuestro Oro celestial.
Salido de un cuento de hadas, de leyendas endiosadas, eres tan . . . caballeresco que admirándote yo crezco.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda El Oro, Estado de México, a 02 de octubre del 2017 Dedicado a mi compadre, Noé Gaytán . . . Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
|
Poeta
|