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A nivel morfo-sintáctico, su obra nos remonta al anapesto sincrético, en especial a las primeras formas en cromatismo y circunloquio del mismo encontradas en los escritos arameos, mucho antes de ser helénicamente popularizados. En su prosopopeya, muscular y elegantemente descrita, nos recuerda el preciosismo babilónico prefigurado, y el proto-pleonasmo indoeuropeo.
Cabe recordar que la paronomasia como recurso literario se remonta a los períodos precolombinos, y El Kotur promueve aliteraciones y metonimias inusitadas en el estafermo lector. Sin remedar como aristarco en lo mas mínimo su trabajo, es notable el viso de palimpsesto que la obra gradualmente adquiere: evoca la sensación de haber leído su mimesis anafórica antes. “Branca que nunca es brenca”, nos viene a la memoria, aunque sus retruécanos, tropos, jitanjáforas y sinestesias son mucho más impecables en verosimilitud.
Los giros lingüisticos en asindenton sin cesuras son en su mayoría sinistorsos en los encabalgamientos con intonsos de rima aguda. El exordio es polimétrico, con leitmotivo en indigenismo, en repetidas metonimias. El uso exacerbado de la paráfrasis y el hiperbatón, niega un tanto la perífrasis, con sinécdoques recursivos sobre un fondo silogísticamente claro.
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Poeta
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RESBALADIZO ESPEJISMO (Neosurrealista)
El vidrio ha roto su rostro, en la neblina que ha vivido, áspera indiferente, que grita por un segundo.
¡Qué parece el primero!. ¡Qué solo es el último minuto!.
Este importante descubrimiento necesita, uno o dos años de análisis por el aumento, de los latidos del baño, que usa la voluntad, para someter los llamados deseos bajos, que no se evaden, y juegan a las escondidas.
Al hacer ésto, la historia se pierde y se acorta, en el futuro más alejado del mañana, en la curva, de la frente, donde los palos y piedras son las armas nucleares, con puntiagudas estacas de bambú, encargadas de extender las líneas del tren, reuniendo las ropas, y las pertenencias, de los que fueron tiernamente asesinados, con la mirada de los labios difuntos, entre los muslos.
¡Oh, resbaladizo espejismo!. Allá donde naufraga la exótica candela del sol en camiseta, y la luna no permanece insepulta, como la blanca vela triangular de un bote que dice adiós, con la mirada en las olas. Parece ser, que la omnipotencia de los zapatos, sigue siendo la lealtad de los caminos empedrados, donde las pinturas de cocodrilos y avestruces decoran los cuadernos, que fueron multados con unos cuantos renglones, y los lápices trazan su descendencia.
Con este anhelo, del que feliz es quién, junto a ti suspira por ti, tosco, punzante y sin razón, es la voz de la miel arrepentida de las avispas.
Con ello, empero, no se logran éxitos duraderos. Y la piedra angular resulta ser una esfera de humo. De hecho, el que ambos impulsos solo por excepción se presenten separados, simultáneamente testifica que la ballena desciende de un antepasado de cuatro patas, aunque alguno que otro pato no lo sepa, al igual que la mano humana tiene adicción por la pelvis, los billetes y las monedas, al verse sorprendida con el mismo diseño corporal de los sueños, como la rima frágil de una carabela.
Dos grandes ideas, no solo diez, están meditando en las esquinas de rodillas, durante la cual solo una especie se transforma conforme al clima, que describen las aves cuando nadan, alumbrando los misterios de los peces. De tal manera que, respirar adecuadamente evita los indecibles actos de violencia bajo las cobijas, tanto como practicar ejercicio con los dedos en agua tibia, permitiendo tener a un tiburón del otro lado de la piscina, por las pésimas condiciones de las carreteras que las mariposas destruyen, y confirman la transición entre las alturas nevadas del ojo del altiplano, y los cubos de hielo en jugo de limón.
Todos estos elementos, contribuyen a decir mucho, con las noticias más absurdas, que divierten a los vegetales sin oficio ni beneficio. ¡Con los espejismos más reales resbalando !.
Autor: Joel Fortunato Ryes Pérez
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Poeta
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Desecado...
De Seca Do... ¡Hasta el pantano o el fértil lago!. Campanean los pendulares morires vivientes. En las vertientes qué al olvido impiden
¡A cada paso inventando! El largo bañarse estrechando Lo qué el camino sin retorno ¡Decora, decora, desecando!. La panorámica indispensable del hambre Del pasado accidentado, brisa y miseria ¡Del desaliento destacando el título!
Al puente fallido, flor y canto transformando El borroso dueño de las cenizas Al ritmo del andar por desatinos Intestinos tinos a destiempo. De Seca Do... Re, mi, fa, sol. Tantas veces aventuras. De otras tantas desventuras. Al mérito curioso del diálogo
Marcando al florecimiento la llanura Exhaustiva colección de inconvenientes De los últimos análisis un prólogo
Atenuado y pordiosero...¡Oh, húmeda sequía! Inminente y agradecido... ¡Oh, lúgubre alegría! En los escenarios de las carencias... ¡Riqueza!. De Seca Do... Está el recuerdo en las reservas pronunciadas... ¡Recitadas! En la soledad conmovedora
Hospedera de talleres y mañanas de tallares ¡Por tallar tarde los tallos de las noches! Tan vertebrales como prematuras y excluyentes ¡Desnudares qué la ceguera desviste investida! Entre las personas invaluables Andantes qué transcurren por el aire ¡Dónde los perfumes fluyen libres!. En el fondo de una mirada, lejana, en las alturas. De Seca Do... Con un poco más del incierto destino
¡Tinto y desteñido con frecuencia obscurecido!. ¡Oh, excelencia, sin cambiar a conveniencia!. Destruyendo al mundo el desatino...¡Vaya sueño! Tinto...¡Dónde queda invisible sólo el epílogo! En la desierta humedad que seca el saco. Antes que los imposibles atravesando Los pasos impregnados de mil dolores ¡Historia repetida por ignorarse!.
De Seca Do... Una amistad mal hecha, sin cultivo Del quebranto sólo fértil, cosecha decepcionada Con el abandono del instante Con el nadie en cada hueso Con el sueño equivocado ¡Dónde el vacío crece sólo, de la nada cultivada! ¡Dónde fallece la esperanza, del futuro evaporado! ¡Dónde la fe muere sola, y la voluntad se debilita!... Húmeda de la realidad que seca.
¡Las vertientes caprichosas cuando han desecado el pantano junto al indistinto lago fértil!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez Pérez
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Poeta
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