Bienaventurados los que en el olvido Viven, La ceguera del conocimiento. El consuelo a su vida, No arrastra ya el arrepentimiento.
Bienaventurados los que en el olvido Viven, La mirada taciturna de la lejanía El regreso paulatino a la infancia La separación lánguida y dolorosa del ser.
Bienaventurados los que en el olvido Viven, Entre marañas fibrosas las palabras, Que no pueden salir de la boca.
Bienaventurados los que en el olvido Viven, La lenta detención de su marcha La pérdida del ser amado Hasta llegar a ser extrañado.
Bienaventurados los que en el olvido Viven, En su mundo oscuro y cruel Escuchando palabras inteligibles Diciendo lo que no se piensa Pensando lo que no se dice.
Bienaventurados los que en el olvido Viven, La cruel enfermedad del olvido El preámbulo de la muerte estando vivo.
Bienaventurados los que aman A estos seres olvidados Que sin razón deambulan en nuestras casas Cuales almas que arrastran penas.
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Poeta
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