¡Declive Cruento!...¡Declive Cruento!.
En el interior de pana pena el pantalón.
Por la camisa de lana leña el sol.
En el exterior, sombra frágil.
En el interior de lunas.
Duerme y aroma esmeraldas dulces.
Los dolores jaspes serenos claveles.
Con la espina por sandalia.
Con la dura y cruda ágata en bruto.
Realidad del existir granate.
El paño de años piedras.
Sangre sacra y abanico.
Cada hecho un artificio.
Cada lecho un orificio.
¡Sagrado el corazón humedece!.
Por fuera reverdece solo el sol.
En la negrura de claridad austera.
Por dentro destrozada solo el alma.
En la sequía de vulgares oropeles.
Por fuera, por dentro, sufrimiento puro.
En el aire.
Se bañan los lamentos-Devorados.
Por los dientes y nombres-Helados.
Con el ritmo exótico indefenso.
Con el cantar de una paja.
En el aire hondo de discursos.
¡Y las focas apagadas del océano!.
Esbeltas rocas.
Esmaltan lapidarias.
El entusiasmo.
Crece la fuerza y desconsuelo.
Inoportunas Cariterias.
¡Martirio del criterio!. Sano.
En las manos fúnebres de lenguas.
Declive agrio de vinagres.
Summum, inmoral e innovación.
Vendimia y bufonadas baratas.
¡Expansión declarativa de autopista!.
Enrojecido el cielo.
Ya se seca, enriqueciendo cementerios.
Sirviéndose de infausto fraude.
El declive es repulsión.
Cruento hueco de la historia.
Bien lo sabe la consciencia.
¡Sí aún hay!. Por el remordimiento.
Del consigo carcomido.
Cara cosa de arcabuz y cuchillo.
Alquimia de perico y discurso.
Es justo el odio que se tiene.
Bien lo sabe. ¡Cada flor en cada tumba!.
Y de la sequía ni una sola gota.
Ni brizna de merecer es digno.
Gloriosamente.
Fracasado declinar.
¡Escombro vivo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez