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Cuando llueve en la ciudad el agua va para el caño o inunda causando daño en grave calamidad se pierde, así, sin piedad nadie ha querido captarla para potabilizarla López mal no se preocupa sin desazolvar se ocupa en, por siempre, más regarla.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 16 de agosto del 2024 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Del olvido que es gangrena . . .”
Cuatro barcas en extinción, previo a su total perdición entre la arena, arrumbadas, conversaban desoladas.
Sobre la playa candente y el mar harto indiferente las palmeras escuchaban atentas lo que contaban.
Casi sin casco, sin quilla, mas, sin llegar a la chilla respecto al triste presente de la gloria tan ausente.
Dialogaron del pasado, de su linaje afamado, de su maderamen virgen, de materiales de origen.
De cómo las construyeron, de las travesías que hicieron con “capitanes” amados por océanos inexplorados.
Abismos, pontos y sendas, rememoraban leyendas del fantasioso tritón, del Dios del Mar Poseidón.
Del silbar de caracoles tras los agobiantes soles del canto de las sirenas que se oía en noches serenas.
Abordaron temas varios de piratas, de corsarios, de batallas, de los muertos, de los visitados puertos.
Charlaron de acuosos lares, de bellísimos corales, de los peces, de las aves, tierras, islas y otras naves.
Al son de historias, quimeras, mil “mentiras verdaderas”, llegaron así al vigente ruin olvido de “su gente”.
Al porqué las “jubilaron”, entre sí se interrogaron en tanto pasaban las horas termitas, hongos, esporas.
Continuaban su festín transformando en vil aserrín todo polvoso, a sus anchas, las tablas de aquellas lanchas.
En macetas convertidas muy en la arena sumidas, mientras seguían platicando su cruel final esperando.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda H. Heroica Veracruz-Puerto, México, a 30 de junio del 2022 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Junto a ti el ave reza . . .”
Estos versos van de entrada, el viento no le hace nada, tirolesa austriaca buena de Janitzio hasta Tecuena.
La fila se desespera aunque certidumbre impera, arnés, la polea segura, la vida . . . nos aseguran.
Mosquetón, el casco, guantes, junto al sol muy elegantes, breve viaje inolvidable, cable, acero inoxidable.
Fuerte, tenso, prolongado, volar, el sueño soñado, Pátzcuaro se magnifica tecnología comunica.
Isla Tecuena-Janitzio, cause, lago, precipicio, el agua se hace chiquita, ver las montañas cerquita.
Michoacano aquel anhelo de tocar, rascar el cielo, paseando junto a las nubes cuando a tirolesa subes.
Aviéntate nada pasa solo la emoción te abraza, adrenalina presente es lo que siente la gente.
Cosquillitas, muchas cosas, estómago, mariposas, vértigo de gran altura disfruta vista y natura.
Saluda al pato que pasa ecológico en su casa, con su precioso plumaje engalana, así, el paisaje.
Por este deporte extremo rápido, fugaz, ameno, feliz sonríes al bajar, presto . . . quieres regresar.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Islas Janitzio y Tecuena, Lago de Pátzcuaro, Michoacán de Ocampo, México . . . Dedicado al Sr. Antonio Reyes Justo Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Por Dios que vales la pena . . .”
Eres muy dulce, Tecuena, como toda la “miel buena”, bendita seas, Tecuena, donde quise a mi morena.
Pareces un sombrerito que flotando está en el lago, figura de panquecito de las olas empalago.
Remando voy a tu encuentro quiero evitar la congoja en las aguas, ya, me adentro, visitarte se me antoja.
Las ondas en ti convergen, burbujeantes te oxigenan, espumas que se sumergen poco a poco se serenan.
Todos los peces te adoran, trucha, charal celestial, en lo profundo bien mora pescado blanco imperial.
Andan bogando las naves, altas montañas cercanas, al trinar, concierto de aves, el viento hace caravanas.
Sopla, silbando, resopla, cuatro puntos cardinales de norte a sur, como copla, lo envidian algunos mares.
De los volcanes provienes, a Pátzcuaro perteneces, p’urhépechas son tus genes isleños, . . . te los mereces.
Una cruz, allá, en la cima, al frente queda Janitzio, Yunuén, Pacanda, te estiman, el aprecio es beneficio.
Que las nubes se desgajen aguaceros bañen rostros, que las gotas siempre bajen Tecuenita es de nosotros.
Quisiera pisar el muelle tu farito me enternece, que este amor por ti se selle guía mi lancha que se mece.
Duraznos, chile perón, capulines, las guayabas, chayotes, verde limón, níspero, higueras, granadas.
Aguacates, verde lima, chirimoyas, fiel carrizo, en Michoacán, huerta fina, porque Dios así lo quiso.
Hoy, que tienes tirolesa que emerja la economía, demuéstrale tu grandeza al turismo día con día.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Isla Tecuena, Lago de Pátzcuaro, Michoacán de Ocampo, México, julio del 2014 Dedicado al Profesor, Federico Morales López Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Lindo amor isleño, . . . acuático sueño.”
Zarpé de Janitzio, me sentí fenicio, bien acompañado iba ilusionado.
Recuerdo ese viaje, el lago, su oleaje, bogando hacia el norte yo le hacía la corte.
De frente, muy tiernas, tres Islas fraternas, romántico islote, uno que otro bote.
Al fondo Pacanda donde Dios te manda complacer la vista, natura es artista.
Hermoso el paisaje, en cielo celaje, hubo galanteos, besos, coqueteos.
Llegamos a muelles preciosos, . . . de reyes, pisamos terrenos fértiles isleños.
Seguimos vereda en huertos de seda, volaron minutos, probamos los frutos.
Las peras, los higos, fueron mis testigos, en Isla Tecuena ame a mi morena.
Luciendo su traje “guanengo” de encaje, me decía, entre plantas, te quiero, me encantas.
Oímos mil graznos, cortamos duraznos, granadas, las limas, con versos y rimas.
Haciendo promesas formales expresas, viendo hacia el futuro cristalino . . . puro.
Un par de gaviotas muy fieles, devotas, pensando en cupido trenzaban el nido.
Afines sus almas por las aguas calmas, mirando a Yunuén se amaban también.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Algún día . . . en las hermosas Islas del Lago de Pátzcuaro Reg. SEP Indautor No. 03-2011-041513462700-01
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“Son isleños tus anhelos . . .”
Te sembraron junto al “Siervo de la Nación”, va mi verbo a enaltecer tu figura que se mece, allá, en la altura.
Besados por bellos vientos, centuria mil novecientos, desde el año treinta y seis viven juntos, . . . no olvidéis.
¡Árbol de clase gigante puro, magnífico y elegante!, fuiste por Dios bautizado, un lago a ti te ha regado.
Embelleciendo el paisaje de p’urhépecha linaje grueso tronco bien presumes flores que dan sus perfumes.
En tu fronda, leal follaje, el ave encuentra hospedaje sobre brazos enlazados miles de nidos formados.
Sueltas ramas, hojarascas, de Pátzcuaro huellas sacras, flanqueas diestra de Morelos que se eleva hasta los cielos.
Sigues creciendo en la cima, tu copa es lo que me anima a decirte lo que siento con alma, con sentimiento.
Al General brindas sombra con espesura que asombra, raíces, fusión, cimientos, Janitzio . . . florecimientos.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Isla de Janitzio, Pátzcuaro, Michoacán de Ocampo, México, a 22 de diciembre del 2016 Dedicado a mi compadrito grande, Don Ernesto Juan Castillo Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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“Por la barranca enmarcada . . .”
Bendito Dios, el Eterno Padre que, cariñoso, compuertas abre brotando el agua, nueva alborada por el torrente de la cascada.
En su desplome se adhiere al río, los borbollones en desvarío causan estruendo, fragor, poder, la magia, hechizo, de un renacer.
Surgen espumas blancas fragantes, burbujas, pompas, frescas radiantes, en la corriente que bien contenta por la bajada recia, irredenta.
Va serpenteando en sus fugas locas chocando fuerte contra las rocas, mientras que el viento silba en concierto, musicaliza un destino cierto.
El medio ambiente y la ecología tornan realista la apología de vida, linda naturaleza, que nutre el bosque con entereza.
La flora emerge en aquel paisaje sin querer nunca saber de estiaje, así que viste muy colorida en sus dominios de orgullo henchida.
Toda la fauna feliz se encanta en la barranca del “río que canta”, el Cupatitzio, lugar sagrado del bello Uruapan enamorado.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Parque Nacional de Uruapan, Michoacán de Ocampo, México, a 21 de octubre del 2016 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Sin tus aguas nada valgo . . .”
Todo inicia en la montaña, bajar verdadera hazaña del agua que, milenaria, en su acción perpetua, diaria.
Serpenteando la cañada cadenciosa, apasionada, rebota de piedra en piedra con voluntad que no quiebra.
Las rocas se miran lisas, las van puliendo las prisas del fluido que va corriente, como alocado, imprudente.
Formando los remolinos, acuosos conos genuinos que las burbujas ahogan y el oxígeno desfogan.
Espumas blancas preciosas plasman ondas cadenciosas; el cántico del arroyo se convierte en un arrullo.
Cristalino transparente, el maravilloso afluente refleja la luz del sol, de la luna, eterno rol.
Su caudal es generoso, como de la fe un esbozo de que aún hay esperanza, de que vendrá la bonanza.
El Milagro se le llama, la naturaleza . . . emana religiosa da la vida que, a veces, vemos perdida.
La vegetación abunda, en ecología redunda, la fauna está en libertad con su imperio y majestad.
En el río que Dios desea, donde devoto se asea, la liquidez es primor salpican gotas de amor.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Río “El Milagro”, Municipio de el Mineral del Chico, Estado de Hidalgo, México, a 12 de junio del 2019 Dedicado a Don Mariano Osorio Gutiérrez, cuyo espíritu habita el río . . . Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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“La mente, . . . libre piragua.”
¿Qué pensarán las montañas de sus marchitas entrañas?, ¿qué colegirá su bosque de la erosión, cruel estoque?
¿Qué meditará la flora cuando la aridez aflora?, ¿qué discurrirá la cuenca de la humanidad mostrenca?
¿Qué cavilará mi lago por futuro tan aciago?, ¿qué supondrá la ribera de esa lluvia pordiosera?
¿Qué imaginará el caudal cuando decrece humedal?, ¿qué siente profundidad cuando ve su nimiedad?
¿Qué dirán las tristes olas cuando se han quedado solas?, ¿qué rumiarán las espumas por lo negro de sus brumas?
¿Qué opinarán las burbujas cuando su oxigeno estrujas?, ¿qué gozoso estará el lirio por su plaga, que es martirio?
¿Qué tanto se mece el agua cuando en el dolor se fragua?, ¿qué tanto se mece el agua cuando su vida naufraga?
Pues, se mece . . . porque sufre, porque percibe el azufre de la muerte que la acosa, de tal desgracia . . . ¿quién goza?
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Lago de Pátzcuaro, Michoacán, México, a 10 de agosto del 2013 Dedicado al Profesor Everardo Hernández Campos Reg. SEP Indautor No. 03-2013-111212464200-14
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“Cuando la zona era virgen . . .”
En cada gota del lago hay historia, hay empalago, leyenda, recuerdos vivos, ensueños, sendos motivos:
Sucedió hace mucho tiempo entre soplidos del viento, Curicaveri, testigo de todo esto que les digo.
En épocas harto remotas en las áreas más ignotas de la extensión michoacana, en su época temprana.
Cuando era imberbe natura y p’urhépecha cultura todavía no florecía, cuando existencia nacía.
En lo que fuera un buen valle, para dar mayor detalle de floreciente belleza, fértil, donde la entereza.
De primeros habitantes sedentarios muy pujantes los llevaba a ser felices germinando en sus raíces.
Fue un día en que, entrada la tarde, “la cosa se puso que arde” porque Eolo huracanado bufó a “pulmón desatado”.
Sobre de los cuatro puntos cardinales con barruntos de que algo iba a suceder, de inminente acontecer.
Cabe mencionar, por cierto, el miedo, el desconcierto, que las ráfagas primeras inusuales, duraderas.
Causaron entre la gente que, ante el peligro latente, se espantó y despavorida huyó como en estampida.
Junto con los animales, a ciertos aledaños lares implorando, al fin, clemencia a los dioses su indulgencia.
Magia, presagio de abrojo, el cielo pintó de rojo desprendiéndose gran masa ardiente, roca argamasa.
La cual, con terrible estruendo, el de un bólido tremendo, pegó de forma muy fiera entre sembradíos, en tierra.
Siguió al duro cataclismo, terremoto, intenso sismo, que hizo tambalear los montes, las colinas y horizontes.
Ese lugar, hoy tan sagrado después fue bien bautizado, como preludio de dicha, con las voces “Huecoricha”.
“Huecorencha”, también “Huecorio”, “lugar de la caída”, exordio de formación de arroyuelos, de veneros en los suelos.
Abiertos desde su entraña, líquida, divina hazaña de “ojos de agua” cristalina dulce, prodigiosa mina.
Que conformaron el Lago de Pátzcuaro, tierno halago, que a la región dio más vida después de la tal caída.
Aliviando, al fin, el trauma, pues, reforzó flora y fauna, con tul, zacate, chuspata, vegetación toda grata.
Humedales, peces, lustre de este sitio tan ilustre, endémicos del caudal thirus, acúmara, charal.
Urápiti, chehua, achoque, todos milagroso brote para bien del ser humano desde entonces fiel hermano.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Huecorio, Pátzcuaro, Michoacán de Ocampo, México, a 24 de octubre de 2020 Dedicado al Maestro Melchor Ramos Montes de Oca (QEPD) Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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