Poemas :  El humo del espejo habló
EL HUMO DEL ESPEJO HABLÓ

Y en un perfecto Náhuatl, con los mismos,
sonoros vientos de los alientos,
la poesía sin palabras,
la poesía del corazón,
del alma.
Habló del humo, del espejo, del ser voz,
historia y fantasía, dolor y alegría,
en las mismas entrañas esféricas del cosmos.

El
Humo
Del
Espejo
Habló.

Cuando los sonidos mueren dentro,
de los estruendos de amargas armas,
la consciencia humana desaparece,
en las playeras cotidianas de la vida,
bajo los suelos, en el pasado simulado,
dentro de los escombros del futuro.
¡Nada se edifica sobre la nada, la verdad,
no se cultiva con mentiras, no se acaba!.

En
Éste ahora, mil siglos nos preceden.
En
Éste futuro infame de fracasos.
En
Éste espacio doblado del metal.
Es
La sombra ficticia de las ciencias.

Sí, sí... Bien lo sé, con el humo que nos precede.
¡Dónde todo está!. Legítimamente clonificado,
en lo tecnológico del espíritu disperso,
en las mismas armas que a la humanidad hacen ceniza.

El
Humo
Del
Espejo
Habló. ¡Más allá de los lenguajes,
en la comprensión pura del oyente,
dispuesto a oír, en la piel sensible del alma,
en la voz de los dioses del pasado,
y del futuro, en el único y múltiple,
en el todo cósmico insondable.

A pesar de los textos que dicen los absurdos,
más actualizados, y la bruma misma confunden.
Sentado, en un pasado vigilante de historias,
implacablemente sepultadas, en la novedad,
definitiva, una flama vela, la débil luz,
de un sol ancestral. ¡Qué no niega a los otros!.

En
El
¡Espacio atemporal!.
En
La
¡Sombra incandescente!.
Habló
Sin
Una
Sola
Palabra.


Seguido del rincón de sueños, en el mismo humo,
del espejo, la esencia misma, la forma crista-
lina, configurando proyectos, sin artificios,
bordando fantasías, incansables héroes,
desconocidos hablaron.

Son ellos.
Allá. ¡Míralos!.
Dioses hijos primigenios, del gran creador eterno.
¡Ometéotl!. De los mil nombres, de los infinitos,
dioses que engendra, y que a sí mismo se engendra,
si lo quiere, nada lo abarca, todo lo da,
y en nada disminuye, y la nada hace si quiere.
¡Es ó no es, donde sea, nada pide, los mismos
sueños hace posibles, uno a uno o simultáneos,
de todos los seres engendrados, y de aquéllos que hayan sido ó que vayan a ser!.
Son ellos... Allá... ¡Míralos!.

El rojo Xipe Tótec
El negro Tezcatlipoca
El azul Colibrí Zurdo Huitzilopochtli
El blanco serpiente emplumada Quetzalcóatl.

Habló
Del
Espejo
El
Humo.

¡Ven, vamos, la realidad bebamos de los antiguos,
sueños, de todos los mundos posibles, en los her-
manos de sangre, de tierra, madera y del alma
en cualquier lugar y tiempo!. ¡Ven, vamos!.

Y
Dijo:
¡Sólo!. El humo habla al que escuchar quiere,
en la lengua no inventada, jamás olvidada, está,
en el corazón humano. Frágil protector,
de la omnipotencia divina, con la ínfima fe,
que carga en el fondo de cada hueso,
y en la misma piel del alma.

¡Solo el espejo es esclavo del reflejo!.
Eslabón de su propia cadena, no puede,
ignorarlo, solo se separa si,
son uno y la misma cosa, ninguno es sin el otro.

Habló
El
Humo
Del
Espejo.
¡En el mismo reflejo del vacío!.
¡Espejo interior del fuego, de carne y hueso!.
Sin el reflejo. ¿Dónde está el espejo?.
Y...¿Dónde, dónde?. El mismo se observa.

"En el hombre, verdadero, auténtico y genuino,
ser eterno y transitorio al mismo tiempo, un
instante, una burbuja, un grano de playa,
y desierto, hay consciencia,
que con su consciencia dialoga". Es, es... En el humo...¡Liga de fuego y cielo!. La voz de carne y polvo.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta