Esos morbosos neurotípicos, voluminosos se ceban sin parar de un placer que no ven, del que no se dan cuenta, qué fastidio.
Felices, propietarios capitalistas a punto de aumentar su patrimonio, yo no puedo sentir eso, solo veo un montón de papeles verdes con poder para dominarlos, inconscientemente les han dado la misma consciencia, no puedo sentirlo, qué envidia.
Cuan fácil sería hablarte si por cada mirar tuyo alguien me chivara los versos que habría de pronunciarte.
Cuan fácil sería estar contigo si viviéramos en una guerra de amor, si mañana mismo nos separase la espada y nos guardase el escudo en distintas trincheras sin fervor.
Cuan fácil sería esta criba de amores, que fácil sería si por cada manzano nacieran mil inviernos que dieran piedad a un solo fruto de mismos olores.
Cuan fácil sería una conversación si no cubriera el odio su manto, si no se instalara en mi cabeza el tedio canto.
Cuan fácil sería escuchar tu voz si cuando se entonara no me secuestraran aturdimientos, mal pesares de viajes lentos.
Cuan fácil sería atender al primordial tema si no viniera casado con la mosca de los desvaríos, si pudiera ver con tus ojos y no con los míos, si este estrés flatulento e hinchado no estuviera junto a mí en mi almohada, si no me vislumbrara con toda placentera vida ajena y sus amoríos.
Hay veces en las que contemplo el blanco techo de pintura desgastada y busco la luz que no veo, esa que no veo por culpa de otra que lo revela y esconde todo; le falta vacío, le falta el negro color que me permita ver mi luz deseada en este sentir tardío.
Otras veces contemplo la marrón puerta de madera lijada, en su manilla dorada se esconde mi estañado destino, en el que pienso mucho, al que no doy la mano por temor, no muevo la manilla por el horror de la madera resquebrajada, porque resista la divina puerta y me guarde junto al techo de pintura ya sonada.
Muchos me creen loco, otros me creen raro, yo también lo pienso, también farfullo entre el sí y el no, aunque en el fondo no me sienta así.
Todos somos humanos, todos estamos locos; loco el que no es normal por ser distinto y el normal, loco también por ser igual a todos.
En este poema intento hacer una crítica corta y un poco abstracta a como veo el mundo, desde el punto de vista de una persona con Asperger.
Imagina que fueses el dios de los poetas sangrantes, imagina los versos infinitos pensándote, adorándote, vertiendo su sangre.
Imagina que volases sobre los oscuros pensamientos, con un gesto, una mirada, pudieses atormentar a las tormentas pensantes, pudieses aclarar nuestro cielo juicio.
Imagina que sintiendo los latidos del mar te sintieran los peces, los moluscos, los crustáceos,… os sintieseis juntos y pudieseis conversar, romper fronteras con versos danzantes.
Imagínate rodeado de soñares, sirviéndolos en bandejas doradas, imagina las súplicas desechas, los ruegos dormidos, los lamentos ajusticiados.
Imagina que mirando al abismo te viese de vuelta, imagina que os besaseis entre calores desesperados y fríos vacíos, que os comprendieseis como nadie y os aceptaseis como nunca.
Imagina que surcases el arcoíris de norte a sur, de este a oeste, en busca de tesoros de oro y plata, de la suerte imaginaria de la que todos carecemos.
Imagina los albores del tiempo, puros, caóticos, desordenados, estruendosos,… pero pacíficos, bellos, silenciosos,… voces en el antiguo desolado, sin nadie que las escuche, apagadas.
Imagina que les dieses vida con tus latidos, como espectador de lo nunca visto, como oyente de lo nunca oído, como palpante de lo nunca tocado.
Imagina, imagínate divino, dios de cada sílaba silbante, señor de sonetos y odas, general de haikus y canciones, de elegías, de letrillas, de madrigales, …
Imagínate junto a la diosa Inspiración, dándonos sentido a los mortales, a tus siervos poetas de pluma perecedera, desplumándonos con cada verso minuto.
Y mientras se nos caen las plumas tejedoras, imagínate los miles de poemas olvidados, sepultados por el tiempo, apartados del recuerdo, imagina que dolor sentirlos a la mayoría perdidos.
Pues esta es la realidad de tus siervos, meros peones de tu amante Inspiración, esclavos, cautivos, prisioneros de una dicha que a pocos corresponde, que a muy pocos destaca en este guión.
En este poema estoy interaccionando con el lector, invitándolo a imaginarse como el dios de los poetas, con todos sus dones y misterios, y al final intento transmitir una sensación de dolor y vacío ya que la realidad es que la mayoría de obras caen en el olvido, y las que no son recordadas poco tiempo. Son muy pocas las que perduran recordadas.