“Abnegada y más que humana.”
Con tu amor, el más profundo, Madre, me trajiste al mundo, me diste el ser en esencia, sangre, genes por herencia.
Me alimentaste, nutriste, con cariño que, hoy, subsiste, encaminaste mi vida junto a la tuya . . . sufrida.
Entregada, al fin sumisa, tu encomienda fue sin prisa al ritmo de las carencias que, en un hogar, son dolencias.
Fuiste mamá de seis hijos por igual tus crucifijos, los que Dios te quiso dar “haciendo Patria”, al andar.
De aquí pa’ allá en las escuelas en trajín, deja secuelas, hartas faenas, trabajos, agigantaban tus pasos.
Cargando prole en rebozo, apoyando al fiel esposo; por ti me quito el sombrero digna mujer de un obrero.
Siempre te dabas abasto, bien que “estirabas el gasto”, a escondidas, con la pena, lavaste hasta ropa ajena.
Entre múltiples quehaceres, desahogabas tus deberes más allá de obligación con toda resignación.
Soportaste las penurias de jornadas con las furias de la crisis familiar y te pusiste a lidiar.
Con seso, con la rutina, con la realidad genuina, cumpliste con tu tarea de “bailar con la más fea”.
Presta, en verdad generosa a tu modo, de alma hermosa, abnegada, más que humana, mi Madre a la mexicana.
Tu existencia fue muy dura y así fuiste dama pura, quisiera darte un abrazo, no merecí tu regazo.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 10 de mayo del 2021 Dedicado a mi Señora Madre, Josefina Aranda de Ramos (QEPD) Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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