|
T.I.E.R.N.O.
Te ve azul el cielo, verde colgado de añejos anhelos, la frente desnuda, el sol suspenso, ingrávidas resbalan las sombras, al tiempo que rizan las piedras, que abaten mordiendo las hiedras, amantes abiertas las cuadras.
Azul triste soñando emergiste, andando destellando volando, al momento feliz embriagando, violetas jazmines claveles vergeles.
A su lado verdoso el horizonte, creías, cruzando la espuma alfarera, de arcilla abrasada la mirada, deshojando palabras profundas, emociones, del fondo palpitante encendido, de la memoria cautiva.
Desnudez honesta, dulzura armoniosa, discreción que embelesa, el jugo pausado en la voz conmovida, de la fruta celeste, del anhelo, satisfecho.
¡A su lado no importa si eres verde!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
EL POBRESOR DIGITAL
Los primeros siglos de la noche se han ido, y aún faltan tres segundos más, primero, para llegar al cementerio de los planes y planetas deshabitados por cada si, pero no, le había dicho el día anterior un sillón cobarde, entre lentes fugitivos y con el crédito por el suelo.
No obstante, meteórico y eufórico, estaba adelante del milenio de esfuerzo camaleónico, donde ha dejado de ser un topo equilibrista y astrónomo de cátedra derretida...
El espacio ya no es como lo recuerda, curvo y azul-negro, ir viendo añejos centenarios buhos lo dejó paralizado en un soplo bajo la puerta invisible.
Pues había vivido al final del Pleistoceno, oh, los huesos del Mamut recuerda, con unos treinta mil apuntes, la nieve, el hielo, y los recibos por pagar de la renta. Nada decían papiros, pergaminos, tablillas de arcilla recocida con el refrigerador a medio llenar, tal vez, se decía, eran códices e inscripciones por descifrar, en las pupilas desgastadas, en la memoria de los dedos, no tan ágiles como hace dos mil siglos, en los cuentos de ciencia ficción qué escribía...
Meditaba frente a la pantalla. Entre somnolientos lápices y grafíticos renglones antiquísimos... ¡Sí, es cierto, y muy serio se veía frente al viejo espejo colgado en el rincón de su cuarto!... Religiosamente se decía: En la explosión del Cámbrico la historia de la vida carga en su maleta quinientos treinta millones de años.
Por su ventana había un pequeño dinosaurio, sonriente, y él, era el último sobreviviente con dos toneladas de fantasía organizando una defensa galáctica contra todo cuadriculado razonamiento, montado en su caballo de madera, con cabeza de mamut. !A veces, sin embargo, se transformaba en la escoba tirada en un viejo bote de basura!.
El, pobresor digital. ¡Nadie lo creería!. Ahora estaba desempleado y la noche anterior había soñado una gran fila de puntos rosados, palpitando adolescente entre unos biberones y se decía: ¡Claro, son unos amables y sagrados cenotes del antiguo Yucatán!. Pero... Y si el volcán tiene faldas nevadas y se derriten. ¡Claro, el bosque de Venus aparecerá enrojecido y el calor me despertará de nuevo!.
Mi almohada. ¿Dónde está?. ¡Se ha perdido!. No la encuentro. Buscó bajo la cama, y ahí estaba, su viejo balero, empezó a jugar, de nuevo. Y luego. ¡Salió de éste cuento!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Antiditirambo
No nacido ni dos veces Mal nacido ha poco____ ¡Va cuo vino!
¡Báculo, vacío...! Si muertos, nadie lee ya... Por los vinos añejos buenos.
¡Ah!__ Melámpides, ¡Ah!___ Filóxenes ___Píndaro y Baquílides!___
¡Balanza desplomada paloma!.
Puertas de va Tracia O Frigia ada helada Apocado Corinto tinto Tábano de Tebas... ___¡Inconexo Naxos, atenido Atenas!___
Di tirambos lados malos y podridos (en-emigos)Vino vacuo. Se va tinto. ¡Bebiendo sólo sangría!.
Eritrocítico tierno funeral Infinitamente santificado Majestuosa brillantez Zafiro perfecto.
¡Ni dos veces!____ Aves apagadas innumerables. Vacuos nidos por estos añejos. ¡Bah!___ Colonato___ Intestino. ¡Bah!___ Columbario_ Columbrando.
Ví__ No___ Segado___ ¡Colosal y oceánico! Ábaco zafio azafirado. Urnificado, unicornio vertiginoso.
Ábaco en bragas vulcanizado. Abanderado adobo adobe adoquinado.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Del sol de mármol
¡Qué lejos se oye el sol del mármol!. ¡Qué blanco huele cada siglo añejo!.
Por el amarillo aliento que buscamos. Por el vientre antorcha que llevamos.
Mientras el alma teje cada cuerpo. Mientras el fuego canta cada flama.
La montaña sueña con campanas. La mañana sigue sin relojes.
Vaya, vaya.-------Ya va el vapor. ¡Por el valle!.---De ventanas. ¡Por el oro!.-----Del desierto.
Vaya, vaya.-----------Ya va el hueco. ¡Arriba del éter!.----Con los ecos. ¡Arriba del sueño!.---Con las nubes.
El mármol del sol. Sí...¡Qué lejos se oye!. Sí...¡Qué blanco huele!.
¡Con el vientre amarillo, amarillo añejo!. ¡Con el alma de fuego, fuego del cuerpo!. Mientras, mañana, la montaña antorcha.
El. Sol del mármol. Aliento cada siglo. Tejiendo campanas. ¡Con montañas de relojes!. ¡Con añejos sueños!. *** Es la sinfonía qué duele, qué buscamos*** Y En El Mármol El Sol Habita Sin Tiempo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|