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LOS RECUERDOS Autor: Giuseppe Ungaretti Italia 1888-1970.
Poeta y traductor italiano nacido en Alejandría, Egipto, en 1888. En Paris, estudió en La Sorbona. Voluntario durante la Primera Guerra Mundial. Sus primeros poemas "El puerto sepultado" 1916 y "La alegría"1919. En 1921 trabajó como Periodista en Roma, su obra más conocida "Sentimiento del tiempo" 1933,en 1936, vivió en Brasil oficiando como profesor universitario. Después en Roma 1942, enseñó literatura moderna, publicó "El dolor" en 1947 y la compilación de su labor poética entre 1942 y 1961, bajo el título "La vida de un hombre". Esta obra es versión de Jesús López Pacheco
Los recuerdos
Los recuerdos, inútil infinito, pero solos y unidos contra el mar, intacto, en medio de estertores infinitos...
El mar, voz de una libre grandeza pero inocencia enemiga en los recuerdos, tan rápido en borrar las huellas dulces de un pensamiento fiel...
El mar, sus blanduras indolentes tan feroces y esperadas tanto, tanto, y en su agonía, presente siempre, renovada siempre, en el despierto pensamiento, la agonía.
Los recuerdos, el revolverse vano de arena que se mueve sin pesar sobre la arena,
ecos breves y lentos, sin voz, ecos de los adioses a minutos que parecían felices...
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Poeta
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PIENSO CÓMO ERA ANTES ___FU HUIAN (Poeta Chino) Del Siglo IV
Antes tú y yo estábamos estrechamente unidos, como el cuerpo y la sombra. Ahora que ya eres mía, como una nube que huye después de la tormenta.
Antes tú y yo estábamos como el canto y el eco, acordados en uno. Ahora que ya eres mía, como las hojas muertas que se caen de las ramas.
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Poeta
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Unbreakable
Abrió lentamente los ojos, despertando finalmente de su sueño. Sin embargo, los cerró nuevamente a causa de la pesadez de sus párpados, propia del cansancio de la noche en vela, y también producto de la luz solar que se filtraba por la ventana y encandilaba su visión. Se movió perezosamente en la cama hundiéndose más entre la almohada y las cobijas, tal vez intentando prolongar unas horas más aquel reparador sueño.
Abrió los ojos bruscamente contemplando la figura del joven que dormitaba junto a ella, se veía tan frágil e inocente… Parecía incluso un pequeño niño necesitado de cariño.
Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro, era curioso que aquel joven fuera el mismo que la había protegido durante tanto tiempo, aquel que demostraba tanta fortaleza y seguridad en sí mismo, aquel que se veía inquebrantable, aquel que era su luchador.
Llevó su mano a la frente del castaño, tanteando su temperatura corporal y alegrándose que la fiebre hubiese desaparecido completamente.
Una oleada de sentimientos recorrió su cuerpo.
Fue entonces cuando aquel extraño pensamiento cruzó por su cabeza ¿Y si desde ahora ella lo protegía? Tal como lo había hecho él con ella desde el mismo día en que se conocieron ¿Y si a partir de ahora era ella quien lucharía por él?
En aquel momento cayó en cuenta de algo, y se sobrecogió un tanto al entenderlo, ella casi no sabía nada de él… No sabía de su pasado, ni de sus sentimientos, ni de la razón por la que él era de esa manera.
Llevó su mirada a su muñeca izquierda, leyendo una vez más (como tenía costumbre hacer) la marca en ella.
“Unbreakable” decía.
Gracias a estos instantes de ensimismamiento, no se percató que el joven había despertado, llevándose un pequeño susto al verlo sentado frente a ella, con su mirada somnolienta fija en sus ojos. Hecho que por alguna razón aceleró los latidos de su corazón.
El joven llevó las manos a sus ojos frotándolos con fuerza, tal parecía que no había terminado de despertar, redirigiendo su mirada a los ojos de ella. Pudo percatarse que lucía algo cansada, y llevaba todavía la ropa del día anterior.
“- Estaré en la otra habitación, tienes que descansar y no quiero molestarte- sonrió cálidamente, reflejando, sin embargo la preocupación que la embargaba.
- Espera…- La detuvo tomándola del brazo con las escasas fuerzas que aun tenía- No te vayas. No me dejes solo…"
Recordaba perfectamente de la noche anterior.
Le sorprendió de gran manera la sonrisa que de pronto se dibujó en la chica de ojos verdes, logrando de ésta manera, que apartara la mirada y se sonrojara un poco, acelerando los latidos de su corazón.
- ¿Qué hora es?- fue lo único que acertó a decir, ganándose una mirada confusa de la chica- Olvídalo, yo mismo revisaré- agregó levantándose bruscamente de la cama dirigiéndose hacia la salida de la habitación.
La joven sonrió de nuevo.
Tal vez no sería tan mala idea.
Miró de nuevo la marca en su mano izquierda decidida, apretando luego el puño y llevándola hacia su pecho, donde se supone va el corazón. Desde ahora lo protegería sin importar cual era el papel en que de verdad estaba destinada a realizar, se convertiría en su luchadora pasara lo que pasara. Al mismo tiempo, y sin saber el por qué, el joven observaba la marca en su muñeca derecha:
“Unbreakable” decía.
Después apretó el puño y llevándolo luego hacia su pecho, dejó escapar un suspiro.
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Poeta
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