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SOCOLOR
Por Eso Entre las palabras que se pierden. Visibles los sueños vuelan, con los versos en ropa interior, con los tabacos en paños menores. ¡Sin pensar qué habrá tañido!. Lo que ninguna bufanda teje tibia. En el plato enamorar del hambre. la mesa escribe a una silla vacía.
Socolor, sólo, socolor.
Por Eso Del contemplar al ver mismo, fraternal entraña cada frase, del vivir punzante la esperanza, en el sonoro límite arbitrario, una rama las hojas pinta. El espacio y la presencia. De la espalda y adioses extendidos. ¡En lo granítico del pulso a cuestas!.
Solo, socolor, sólo.
Por Eso De lo mineral el fuego duele acuoso. Al fiel confín del simulacro grácil. Donde un aliento luce compacto viaje. Amenazando de calor al precipicio. Qur vende una tempestad de golondrinas. Al remordimiento confidente temerario. ¡Del reloj dónde se baña el tiempo tenso!. ¡Del relámpago dónde despierta el viento!.
Socolor solo, socolor sólo.
Por Eso Está el cuadro que paréntesis recorren. Porqué tañerá hueso a hueso injusto. Entre las campanas misiones nocturnas. Y dicen, por eso, y eso. ¡Aspera alterna anida!. ¡Qué tañan solo castañas!. Teñidas como están. Hogaño. ¡Que tañan año tras año ya hoy mañana!. Por atadura tierna aguda e insinuante colorida. La carnalidad concisa del mundo destruido y decolorado.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Nublada Ternura
En la tarde violeta desearía ser nube. Selva tierna. Desierto nublado... ¡Húmedo el horizonte!. Y del alma sentir los labios. ¡Qué iluminan hablando!. En el dolor. En las pupilas nocturnas. En el amor. En las hojas perennes. Más que un recuerdo. ¡Inmortal!. Más que una esperanza. ¡Atemporal!. ¡Se cultiven almas nobles!. En todo lugar. ¡Posible!. Como un ave fresca y sublime. ¡Entre memorias sin manchas!. En La frente las ramas, de la vida.
¡Nublada la ternura, espera, esperanzada, espera!.
Más allá de los otoños en hojas. Nieves de inviernos alegres. Veranos jóvenes. Primaverales.
Nublada ternura. Entre las ramas. La frente. ¡Limpia!. Con los pétalos que laten. ¡Las distancias fuera!. Del nido, del polvo, del olvido. Al subir a una pequeña ola. Y decorar los corredores. Entre sabores amables. Donde... Los mil suspiros. ¡Descienden!.
Nublada ternura. De la raíz a las ramas. Hoja del tiempo, fuente de vida. ¡Cuán generosos se dan!. Y también... ¡Cuán crueles se quitan!. Sin esperar recibir. Lo mismo. Sin pretender nada. ¡Del mal qué se hizo!. Debiendo. Ser. ¡Solo dar lo qué se tiene!. ¡De bello, noble y bueno!. Del corazón del alma. Y la piel de cada hueso.
Aún... En la violeta nube. Aún en cielo negro. Entre cualquier tarde. Desearía ser nube. Al sol hermano...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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*Frutas profundas*Como Llamas frías Las brechas Indomables
Almidonan Implacables... Una tormenta de ramas, ríos, Derramando sin escamas una leyenda, ¡Frutas profundas frutas!.
En la sombra sábana tierna, en la risa que relampaguea. Esperanzadoramente Un Recuerdo. Alegremente... Victorioso entretejido en el tiempo, amalgamado, fundido el reflejo en el espejo, perfume, brillante rubí esmeralda en él. ¡Diamante monolítico, menos que líquido!.
¡Profundas frutas profundas!. Quedándose... ¿Qué dándose?... De todo, lleno del mismo temple. ¡Al que contempla su fondo!. ¡Al debatirse que llueve y arde sus tormentas!.
Lleno del mismo temple ¡Qué llueve y arde!... A veces, vuelo y pluma, ave y viento, nube bajo el lago, un océano de volcanes arrullando entre las pieles del aliento,
fruto, raíz de hojas, fragancias a lo lejos, perfumes en cada codo, código indescifrablemente sencillo, un suspiro de latidos corazones del alma.
¡Profundas... Frutas! Son A veces Muchas Puntas Redondeadamente afiladas, blandamente. Y Del plumaje el desconsuelo.
¡Brilla la balanza justa!. Del alado vestido, más allá de fuegos fríos, en dos. ¡Miradas, miriadas, emocionadamente templadas!.
Abrazados, los humildes momentos eternizados. Por... ¡El mismo mundo compartido! Y Quedan... Dándose... Jugos soñados, despiertos.
¡Frutas...Profundas! Cuando El lecho se vuelve vestido. Estando, en la tierra viendo el cielo. Los frágiles tiempos en torno. Las primaveras del espejo. ¡El mismo reflejo, desnudo, imaginado, amado!.
Con El ¡Arrullo del porvenir que palpita!. Remontando, cabellos, caballos, anhelos, triángulos, túneles abrigadores, y montañas.
Con ¡El corazón de un beso, en el fondo del sabor, suave ternura, que fusiona el tiempo y su eternidad, cultivan las pieles de relojes, desconocidos, en la distancia que evaporan!.
Las Frutas Profundas De La Raíz Al Tallo El Polen Un camino Labrando Son De firmeza La casta Dinamita. ¡Frutalmente inundadas, con la vida del amor, un mañana, llamas, frías, y una leyenda, arde, amando!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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